Defiende que de cara a 2024 la renta fija presenta mejores perspectivas que la renta variable ante una economía que no descarta que pueda entrar en recesión.
Tras alcanzar, en pleno inicio de la guerra de Rusia y Ucrania, niveles de inflación del 10% no vistos en décadas, el IPC ha afrontado constantes bajadas que han llevado a que el coste de vida hoy en la zona euro se sitúe en el 4,3% y en el 3,2% EE.UU. Niveles mucho más moderados pero que siguen lejos de ese 2% que como objetivo se marcan los bancos centrales.
Es por ello que desde A&G consideran que el mercado se muestra un tanto complaciente con respecto a las perspectivas que manejan en cuanto a qué harán los bancos centrales con respecto a sus políticas monetarias. "Los bancos centrales no pueden dar el problema de la inflación como solucionado atendiendo a su mandato. Tienen la inflación por encima de lo que quieren, no le pueden declarar la victoria a la inflación", afirma Diego Fernández Elices, director de inversiones de A&G.Bajo su punto de vista, la idea de bajada de tipos no casaría con ese escenario de crecimiento leve que descuenta el mercado y avisa: "Una bajada de 100 puntos básicos en los tipos de interés solo puede ir ligada a un miedo de recesión significativo".
En concreto, su expectativa para la economía en 2024 es que en EE.UU. sí se vea una recesión, aunque suave, tal y como ha sucedido cada una de las veces en la historia en la que ha habido subida de tipos. Y afirma que si esa recesión no se ha producido todavía es por cuatro factores: un empleo más fuerte de lo esperado, un exceso de ahorro provocado por la pandemia, una política fiscal que ha limitado los efectos de la política monetaria restrictiva y el hecho de que muchas familias han podido refinanciar sus deudas a coste 0 en un contexto de tipos bajos como el que se ha visto los últimos años.
Con todo, y de cara al posicionamiento de las carteras para 2024, defiende que la renta fija sigue presentando mejores perspectivas que la renta variable teniendo en cuenta el binomio rentabilidad/riesgo. "Es difícil que la renta fija pierda dinero, hay opciones de que incluso pague más que la renta variable a corto plazo atendiendo al comportamiento histórico", explica.
De ahí que en las carteras tengan levemente sobreponderada la renta fija e infraponderada la renta variable. "Los precios de las acciones seguirán los beneficios de las compañías pero pensamos que el mercado está complaciente en renta variable teniendo en cuenta el crecimiento económico esperado y las expectativas de beneficios", afirma.