Diez criterios básicos en un plan de pensiones para una jubilación tranquila

EFPA España hace diez recomendaciones para aspirar a una buena jubilación a través de la elección del plan de pensiones privado que mejor se adapte a las necesidades de cada ahorrador.

Decálogo sobre la jubilación y los planes de pensiones

1- Tomar conciencia de que nuestra situación financiera durante la jubilación depende, esencialmente, de nosotros, no del Estado o del gobierno de turno. Usualmente no podremos mantener nuestro nivel de vida solamente con la pensión pública.

2- Tomar conciencia de que para determinar cuánto, cómo y a través de qué productos ahorrar es absolutamente necesario pensar en cómo queremos vivir una vez jubilados y cuánto nos costará

3- Tomar conciencia de que nuestra situación en la jubilación depende, primero, de nuestro esfuerzo de ahorro y, después, de la rentabilidad que le exijamos a nuestras inversiones. No podemos pedirle a la bolsa lo que no ganamos con nuestro trabajo o lo que ganaríamos, con muchísima suerte, en la lotería.

4- Tomar conciencia de que la fiscalidad importa y ayuda, pero no debe ser el incentivo fiscal a corto plazo el que nos mueva a ahorrar, sino la situación que queremos tener una vez jubilados.

5- Antes de elegir el producto, con nombres y apellidos, es necesario diseñar qué porcentaje de bolsa, renta fija y liquidez debe tener nuestra cartera. Es más importante que esa distribución de activos esté bien diseñada y sea acorde con nuestros objetivos y perfil que andar en busca del producto más rentable en cada momento.

6- Para elegir un producto, lo importante es que encaje en nuestra estrategia, que esté bien gestionado, que podamos conocer puntualmente en qué y cómo invierte, que sepamos su estructura de comisiones y que ésta esté acorde con el valor añadido que aporta el estilo de gestión y no con el regalo puntual de campaña que la entidad que nos lo vende quiera hacernos.

7- El ahorro para la jubilación, aunque sea a largo plazo, no puede ser algo estático. Las circunstancias del inversor cambian y los mercados también, por lo que habrá que gestionar nuestra cartera y cambiar, en ocasiones, la composición de la cartera y de productos.

8- Un enemigo importante para las inversiones a largo plazo es la inflación. La tasa mínima de rentabilidad que debemos pedir a nuestras inversiones debe ser igual o mayor que la inflación. En caso contrario, de hecho tendríamos rentabilidades negativas.

9- Es preferible empezar a ahorrar para la jubilación desde que se empieza a percibir ingresos del trabajo. Cuanto más tarde empecemos, mayor será el esfuerzo de ahorro que tendremos que hacer, mayor el riesgo que debamos asumir (para obtener la misma rentabilidad) o menores las rentas de las que disfrutaremos.

10- El ahorro para jubilación no termina el año en que nos jubilamos. La gestión de las inversiones que nos permitirán vivir de esas rentas continua una vez jubilados y, las circunstancias no son las mismas, con 65 años que con 75 o con 90, ya que aparecerán nuevos objetivos (dependencia, riesgo de superviviencia del cónyuge sin rentas...)

11- 10 +1: Es muy recomendable apoyarse en un Asesor Financiero cualificado (€FA) para planificar y acometer las medidas necesarias.