Domini Rossi (Fidelity): “Los mercados de renta variable han adelantado las rentabilidades de 2018”

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En 2017, las bolsas de todo el mundo han sido capaces de cosechar rendimientos de dos dígitos en dólares. La pregunta obvia es si esta racha continuará el año que viene. Según Dominic Rossi, director de inversiones de renta variable en Fidelity, no está tan claro: “Los mercados han descontado ampliamente las rentabilidades futuras y algunos valores han subido hasta alcanzar valoraciones elevadas. A consecuencia de ello, los mercados básicamente han anticipado o adelantado a 2017 buena parte de las rentabilidades de 2018”.

Rossi hurga más en la llaga, puesto que afirma que no sólo 2018 será un año complejo para los inversores en renta variable, sino que cree que “podremos considerarnos afortunados si vemos rentabilidades positivas en las bolsas durante los próximos doce meses”. No obstante, aclara que no espera ver el año que viene un mercado bajista en toda regla, sino más bien “una fase de consolidación sostenida o tal vez un ligero movimiento a la baja en las bolsas”. En conclusión, el experto cree que “el próximo año será ciertamente un periodo para concentrarse en el alfa activa, más que en la beta de mercado”.

Preguntas y respuestas

El experto define como territorio de burbuja aquel en el que los mercados siguen subiendo sin haber una justificación por parte de los fundamentales. ¿Es esa la situación actual de los mercados de renta variable? Según Rossi, sí se han presenciado “algunos movimientos destacables de los precios en algunas áreas muy activas de la bolsa estadounidense (sobre todo en el sector tecnológico) que parecen provocados por el sentimiento inversor y van más allá de los fundamentales”.

¿Suponen estos indicios la puntilla al segundo mercado alcista más largo desde el final de la Segunda Guerra Mundial? Según Rossi, “es comprensible que los inversores estén nerviosos”. No obstante, también comenta que se ha tratado de un mercado que “no ha disfrutado de una gran aceptación” y ha mostrado varias pautas inusuales, como por ejemplo que no se hayan visto “compras fuertes y sostenidas por parte de los inversores minoristas y una euforia generalizada en torno a las acciones”.

¿Qué podría desencadenar, entonces, una corrección profunda? “Creo que las expectativas de tipos de tipos de interés tendrían que cambiar de forma bastante acusada para justificar un descenso significativo, o tendría que haber una recesión”, contesta Rossi. ¿Qué probabilidades hay de que esto suceda? Según el experto, no demasiadas, aunque sí admite que “2018 podría ser perfectamente el año en el que los bancos centrales sigan adelante y hagan lo que dijeron que harían con los tipos de interés”, frente a la desconexión vista en los últimos cuatro años entre las previsiones sobre la trayectoria de los tipos de interés de los propios bancos centrales y las expectativas de subidas de tipos de interés puestas en precio en los mercados.

Rossi cree que la inflación sería la clave para un mayor alineamiento entre bancos centrales y mercados en 2018: “Los riesgos en torno a la inflación son ahora mucho más simétricos que en el pasado. Eso animará a los bancos centrales a aplicar las subidas de tipos de interés que prometieron y, por primera vez en bastante tiempo, son los mercados y los inversores los que corren el riesgo de quedar con el pie cambiado”.

Dado este escenario, el experto insiste en esperar una revisión a la baja de las valoraciones en la parte final del ciclo, “conforme los inversores se vayan dando cuenta de que los mercados se han alejado de la realidad”. ¿La razón? Una vez más, por el hecho de que “los mercados han adelantado las rentabilidades de 2018” y, por tanto, “las fuertes expectativas de crecimiento de los beneficios ya están descontadas en las cotizaciones”. ¿Cuál sería el desencadenante de esta revisión a la baja? Pues lo expuesto anteriormente por el experto: la revisión “estaría estrechamente ligada a cualquier indicio de que los tipos de interés comienzan a normalizarse gradualmente en todo el mundo”.

Existe según Rossi una última derivada de esta predicción sobre una posible corrección y escaso potencial alcista de las bolsas. A lo largo de 2017, la volatilidad se ha mantenido muy baja. Si se cumple el escenario vaticinado por el experto, en el que estima además una subida nominal del 3%-4% del S&P 500 más dividendos hasta finales de la década, estas modestas rentabilidades serán atractivas para los inversores sólo si la volatilidad se mantiene en niveles bajos. “Si la volatilidad aumenta, estas rentabilidades no serían suficientes para justificar el riesgo”, sentencia.