¿Dónde guardan los multimillonarios sus obras de artes y demás objetos de valor?

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-JeNiFeR-, Flickr, Creative Commons

Los gigantescos depósitos de aspecto industrial son la última moda de los multimillonarios para almacenar sus fortunas, o al menos aquella parte que está representada por obras de arte, antigüedades, vinos añejos, etc.

Suiza tiene una media docena de estos depósitos, también llamados "freeports" o zonas francas, explica BBC Mundo. El principal, en Ginebra, tiene un tamaño equivalente a 22 canchas de fútbol y obras de arte tasadas en unos 100.000 millones de dólares. Luxemburgo, por su parte, acaba de abrir un freeport muy cerca de su aeropuerto denominado Le Freeport, el Principado de Mónaco tiene otro, Singapur se unió a esta lista en 2010 y China planea el freeport más grande del mundo para obras culturales.

El coste de guardar estos objetos en zonas francas varía. En promedio, indica BBC Mundo, almacenar un cuadro puede costar en torno a los 1.000 dólares anuales, mientras que un pequeño cuarto para albergar diversos objetos de valor puede ascender a 12.000 dólares

¿Pueden ser un problema?

El auge de estas zonas de almacenamiento para ricos supone para algunos un fenómeno problemático. Andrés Knobel de Tax Justice international, una organización que lucha contra la evasión fiscal, indica a BBC Mundo que los freeports tienen usos diversos. "En su origen tenían como función facilitar el comercio internacional permitiendo la circulación libre de impuestos de mercancías en tránsito. Con el tiempo se usaron para desarrollar una zona específica de un país con ventajas impositivas. Lo que nos preocupa es que cada vez más están siendo utilizados para almacenar objetos de valor que permiten la evasión impositiva y el lavado de dinero".

Hay unos tres mil puertos francos en 135 países del mundo, pero los que más preocupan a organizaciones como Tax Justice International se encuentran en jurisdicciones catalogadas de paraísos fiscales. Sin embargo, David Arendt, director gerencial de Le Freeport, señaló que las sospechas de lavado de dinero o evasión fiscal son infundadas. "La legislación contra el lavado de dinero se aplica a todos los operadores. La ley permite seguir el rastro de cada producto por medio de las declaraciones que se hacen y los inventorios. Los operadores tienen que comunicarles toda la información cuando la aduana lo solicita y son responsables de asegurarse de que están tratando con gente honorable a riesgo de perder su licencia", indicó a BBC Mundo.