Doyle, de M&G: Las probabilidades de ver un "QE 10" en EEUU aumentan

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Joel Filipe (Unsplash)

2011 es un año que pasará a la historia como uno de los más volátiles, pero en el que los bonos públicos han ofrecido atractivas rentabilidades, según Anthony Doyle, analista de renta fija de M&G Investments, en su comentario titulado  “Government bond returns and "back door" QE policy” (“Los retornos de los bonos gubernamentales y la puerta de atrás de la política relajación monetaria”). El experto dibuja un entorno complicado en el que las autoridades monetarias podrían tener que llevar a cabo más estímulos monetarios, lo que le hace avistar la posibilidad de que en EEUU llegue a verse un décimo “quantitative easing”.

 

Así, considera que hay un gran elefante en la habitación, y que Trichet lo está montando. “El BCE, a través de su Securities Markets Programme, gastó 13.300 millones de euros en compras de bonos las semana pasada, lo que deja su balance de bonos de la eurozona en 188.600 millones”, manteniendo las rentabilidades de la deuda por debajo de los niveles de equilibrio. “La gran cuestión que intentamos digerir es cómo los gobiernos y los políticos pueden estimular sus economías sin más medidas extraordinarias de relajación monetaria. Nos parece que ha sido una recuperación sin trabajo, con un bajo consumo y en el que la política fiscal de estímulo puede ser anulada debido al gran endeudamiento de los gobiernos”.

 

“Las probabilidades de ver un QE10 en EEUU están creciendo. La agenda del Banco de Inglaterra es si debería utilizar más relajación monetaria y el BCE se podría ver forzado a proporcionar más apoyo crediticio, también conocido como la puerta de atrás de las medidas de relajación monetarias en M&G, para lo que queda de año”, indica el experto-

 

Analizando la deuda pública, en lo que va de año, bonos a entre 7 y 10 años en divisa local de EEUU ha ofrecido rentabilidades del 13,7% y la de Australia, del 12,2%. Mirando a los integrantes de la Unión Europa, el mercado alemán ha sido el mejor, con un retorno del 10%, seguido por Irlanda (9,1%) y Austria (7,4%), mientras en España fue del 7,1%. Cifras que contrastan con la de Italia, pues los inversores en su deuda pública sólo han ganado el 1% a pesar del ensanchamiento de los CDS a cinco años desde 240 hasta 450 puntos básicos (lo que supone poner en precio una posibilidad de default del 30% en dicho periodo).

 

Según Doyle, en estas cifras juega un papel clave las divisas de cada país, cuyos movimientos se reflejan en las curvas. Por ejemplo, Suiza y Noruega se han beneficiado por el apetito hacia su deuda pública y el fortalecimiento de las divisas frente al dólar. “El tiempo dirá si la intervención del Banco Nacional Suizo en los mercados de divisas se podrá mantener sin que la inflación se convierta en una preocupación. Aunque podría haber una forma más fácil para Suiza de beneficiarse de una débil divisa: unirse al euro”, sugiere Doyle.

 

Para el analista, los mercados de bonos europeos lo han hecho muy bien este año a pesar de las preocupaciones sobre la capacidad de los gobiernos para financiarse en los mercados de capital. Los retornos muestran que Alemania sigue siendo un activo refugio a pesar de la situación en la eurozona. “Como resultado, la rentabilidad del Bund se ha colapsado, algo de lo que se han beneficiado los mercados periféricos: los diferenciales son anchos, pero las rentabilidades absolutas han caído”, explica.