Dudas pre-electorales: consideraciones a tener cuenta antes de subirse a la ola Demócrata en EE.UU.

Elecciones Estados Unidos
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Los comicios estadounidenses de 2016 nos recordaron que las encuestas preelectorales no son una ciencia exacta.  Y construir una cartera en base al próximo presidente de un país sería un error. Pero ignorar el peso que tendrá en una de las mayores economías del mundo, y a nivel global, también sería pecar de inocente. Al fin y al cabo, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, promovida por el actual presidente Trump, ha dictado el temple de los mercados los últimos años. A una semana del cierre de urnas, el candidato Demócrata Joe Biden parte como favorito, pero aún no está todo ganado. ¿Qué hay que tener en cuenta antes de posicionar las carteras? Las gestoras responden.

1. Es la ayuda fiscal, estúpido

Estímulo, estímulo, estímulo. El debate del momento es cuándo llegará el siguiente paquete de estímulos fiscales a la economía estadounidense. Nótese que no hablamos de si llegará. Porque contra todo pronóstico tanto el partido Republicano como el Demócrata están de acuerdo en que la economía nacional necesita un segundo paquete de ayuda monetaria. El diablo está en los matices, en la cuantía. Hace unos meses los mercados daban por sentado que el paquete de estímulos llegaría antes de las elecciones, pero ahora nos encontramos a una semana de conocer al nuevo presidente de EE.UU. y las negociaciones en el Senado continúan.

“Cualquier paquete fiscal que se aprobase ahora parecería una victoria demócrata. El debate sobre la ayuda fiscal está muerto entre ahora y las elecciones”, sentencia Jack Janasiewicz, gestor de Natixis IM. Muerto, pero resucitará tras el cierre de comicios.

Dicho lo anterior, no tendrá el mismo impacto el estímulo fiscal demócrata que el republicano, como bien recuerda Julien Scholnick, gestor de Western Asset Management. “Una victoria de Biden será bueno para los activos de riesgo. Pero un mayor estímulo fiscal junto con la subida de impuestos que anticipa Biden podría llevar a tipos de interés más altos y una curva del Tesoro más empinada. Esto podría ser contracíclico al propio impulso que daría la inyección fiscal”, explica. Una victoria de Trump, en cambio, quitaría las subidas de impuestos de la mesa, lo que podría desencadenar una rotación a cíclicos.

2. No basta con ganar

Ahora ya es una discusión que se ha templado bastante, pero hace unas semanas de tema del momento era si el presidente Trump aceptaría una derrota o si intentaría disputar las elecciones alegando fraude electoral. Es poco probable que lleguemos a tales extremos, pero para las elecciones inciertas sigue siendo uno de los riesgos clave. Porque aunque las encuestas tienen favorito, la carrera será reñida.

Como recuerda Janasiewicz, Biden tiene ya asegurados unos 216 votos del Colegio Electoral y necesita llegar a los 270 para ganar. Esto significa que la batalla se libra en solo ocho o nueve Estados clave que pueden inclinar la balanza. De esos, Biden tiene una ventaja del 5% en Minnesota, Michigan, Pensilvania y Wisconsin, lo que le daría esos 270 necesarios.

¿Tiene todo perdido Trump? Para nada. Podría frenar la marea demócrata si gana los otros cuatro-cinco Estados. Desde M&G, Randeep Somel, gestor de renta variable, coincide. Bastaría con que Trump arrebatase cualquiera de los cuatro estados a Biden para ganar. “Ahora mismo no parece probable, pero no está todo claro si nos fijamos en las encuestas nacionales. Aún estamos en una carrera justa”, comenta Somel.

La clave para Janasiewicz: Carolina del Norte y Florida. Dos Estados con alto número de colegios electorales. La buena noticia para los mercados es que ambos permiten el voto temprano y dejan de contar la noche electoral (el 3 de noviembre), pero lo que los resultados de estos dos estados decisivos se conocerán el mismo día. Así que es probable que el 4 de noviembre sepamos con mucha seguridad el nombre del próximo presidente.

Pero como adelantábamos, no basta con ser presidente. Nos lo recuerda Somel, a día de hoy los Demócratas controlan la Cámara de Representantes y los Republicanos el Senado. Y en EE.UU. el Senado tiene la llave para convertir la legislación en ley. “Ya sea Trump o Biden presidente, necesitarán el control del Senado para que no se bloquee su agenda legislativa”, alerta el gestor del M&G. Y a día de hoy es el mayor temor de los mercados: un presidente con un Senado en manos del partido contrario. Para Scholnick, es el peor escenario posible.