Según una encuesta de TrimTabs/BarclayHedge elaborada en agosto
Sólo el 17% de los gestores de hedge funds estadounidenses tienen una visión alcista sobre la futura evolución del índice S&P 500, según una encuesta de TrimTabs/BarclayHedge a gestores de inversiones alternativas elaborada en agosto, y publicada por Hedge Week.
El estudio muestra que el 47% de los 104 profesionales hedge encuestados la semana pasada se muestran bajistas con respecto a la renta variable, desde el 33% de julio. “El sentimiento negativo se ha disparado bruscamente mientras el alcista ha caído en picado”, afirma Sol Waksman, fundador y presidente de BarclayHedge. Waksman explica que la mayoría de posiciones cortas se centran en los sectores más cíclicos, pues, desde un punto de vista estacional, “septiembre es de lejos el peor mes del año para invertir en renta variable”.
El sentimiento sobre el dólar estadounidense se encuentra dividido, con el 29% de gestores alcistas y otro 29% bajistas. Casi la mitad de los encuestados apostaban por el billete verde sólo hace tres meses. Con respecto a la deuda estadounidense, sólo el 17% es bajista con los bonos del Tesoro a 10 años; el 36% se muestra optimista, frente al 14% de hace dos meses.
“Muchos gestores se han llevado las manos a la cabeza apostando por una subida de los tipos de interés”, dice Vincent Deluard, vicepresidente ejecutivo de TrimTabs. “Si no puedes ganarlos, entonces únete a ellos”, dice. Por ello, los inversores minoristas continúan exibiendo un apetito insaciable hacia los bonos.
La mitad de los gestores piensa también que el déficit bajará, mientras el 18% cre que el Gobierno podría gastar aún más. Casi todos los gestores que prefieren un endurecimiento de la política monetaria también abogan por la misma postura en materia fiscal. “Estos gestores son pesimistas sobre la economía y la renta variable, pues sólo el 6% es alcista con respecto al S&P 500”, dice Deluard. “Saben que sus prescipciones políticas no son del gusto ni del Gobierno ni de la Fed, y temen que los altos déficits y el mantenimiento de las políticas de tipos de interés bajos durante largo tiempo desemboquen en otra tragedia griega”, explica.