Sin embargo, Carstens sostiene que para garantizar un crecimiento sostenido y acelerado es necesario continuar implementando reformas estructurales que busquen incrementar la productividad y competitividad de la economía mexicana, fortaleciendo así las fuentes internas del crecimiento.
Asimismo, el organismo estima que el tipo de cambio peso dólar se situará en 2012 en los 13,15 pesos por dólar mientras que la tenencia en valores gubernamentales de extranjeros se mantendrá al alza. Las expectativas de inflación del organismo para el país se mantienen por debajo del 3,7% para 2012 y en el 3,6% para 2013.
A pesar de que la actividad económica mundial se ha debilitado los últimos meses por la incertidumbre en los mercados financieros, Carstens sostiene que la regulación y supervisión del sistema financiero mexicano, con políticas fiscales y monetarias adecuadas y un tipo de cambio flexible, han fortalecido la confianza en la economía del país, lo que ha ayudado a “atenuar el impacto negativo de choques externos.”
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