El BCE sorprende con un giro hawkish: primeras reacciones de las gestoras internacionales

Sanziana Perju/ECB

El Banco Central Europeo era la última gran paloma en caminar entre halcones. El consenso había aceptado las subidas de tipos de la Reserva Federal el próximo marzo y las dos que el Banco de Inglaterra ya ha implementado. Pero la narrativa dominante en el mercado es que el camino de la política monetaria en Europa tomaría otra senda, más laxa que la de sus homólogos en 2022. Hasta ahora. La reunión de enero del BCE ha sorprendido por su tono más duro en cuanto al futuro de su política monetaria.

Y ha sido en cuestión de semanas. En la reunión de diciembre Christine Lagarde afirmaba que una subida de tipos en Europa en 2022 era muy improbable. En esta cita de enero ha preferido no encasillarse. Karsten Junius, economista jefe de Bank J. Safra Sarasin, destaca el mensaje clave: “La presidenta Lagarde confirmó que los tipos solo aumentarán después del final de las compras de activos netos, pero no descartó tipos de interés más altos en 2022”.

Todas las papeletas para dar la sorpresa

En su lugar, Lagarde hizo hincapié en la dependencia de los datos y subrayó la importancia de la reunión de marzo, en la que se anunciarán nuevas proyecciones. “Esto puede interpretarse como un indicio de que, en vista de unas tasas de inflación todavía elevadas, el debate sobre una pronta salida de la política monetaria ultraexpansiva está cobrando impulso también en la zona euro”, analiza Ulrike Kastens, economista de Europa para DWS.

El BCE es el principal banco central que tiene la posibilidad de dar una sorpresa de tipo duro este año comenta Anna Stupnytska, economista macro global en Fidelity International. De hecho, Kastens, de DWS, defiende que una primera subida de los tipos de interés antes de finales de año parece un escenario bastante realista. Y es precisamente el escenario que baraja Frederick Ducrozet, economista de Pictet WM: grandes revisiones al alza de las proyecciones en marzo, una reducción más rápida de compras de activos que termine con las compras netas el tercer trimestre y un aumento de tipos el cuarto trimestre de 2022.

Aunque no se convierta en realidad, pero como mínimo es un riesgo de cola que hay que vigilar, como bien comenta Annalisa Piazza, analista de renta fija de MFS Investment Management. "Lagarde reiteró que la secuencia de subidas de tipos solo después de que termine el QE sigue siendo válida, pero ahora no podemos descartar que, en marzo, el BCE decida cambiar ligeramente su programa APP", afirma.

La previsión (por ahora): despegue de tipos en 2023

Dicho lo cual, por el momento la mayoría de gestoras creen que es precipitado ver una subida de tipos este año. Más bien, casi todas juegan con un escenario de despegue en 2023. Stupnytska por ejemplo cree que Lagarde empezará a preparar a los mercados para la primera subida en 2023, posiblemente ya en la reunión de marzo. Esto sentaría las bases para el cese de las compras de activos a finales de este año y revisar sus previsiones de inflación a medio plazo hasta un objetivo del 2%.

Sebastien Galy, responsable de estrategia macroeconómica de Nordea AM, también defiende que el BCE será mucho más laxo de lo que el mercado descuenta. “Lo más probable es que, con el tiempo, el BCE continúe con su lento giro de halcón y se ponga al día con las expectativas del mercado de swaps. Como consecuencia de ello, el euro se ve respaldado frente al dólar”, prevé.

A favor de este argumento es que el propio banco central aún ve zonas de debilidad en el mercado laboral. “Como Lagarde también destacó la importancia del hasta ahora muy bajo crecimiento de los salarios para la inflación subyacente, las diferencias entre la política fiscal en la zona del euro y EE. UU., y que el BCE no se está precipitando, todavía creemos que las subidas de tipos son poco probables este año”, asegura Junius.

La reunión de marzo se vuelve decisiva

En cierto modo, el cambio en el discurso de Lagarde es comprensible. Es, como explica Nicolas Forest, jefe global de renta fija de Candriam, un tema de credibilidad. El mandato del BCE es lograr una inflación media del 2%. Pues bien, la cifra de enero se cerró en el 5,1% aupada por unos precios de la energía disparados y cadenas de producción interrumpidas. “Esta cifra no solo está muy por encima del objetivo a largo plazo, sino que también es el nivel de inflación más alto jamás alcanzado desde la creación de la zona euro”, subraya Forest. En su opinión, si Lagarde admite que la inflación será superior a la esperada, habrá que esperar hasta marzo para que ajuste sus expectativas para 2022 y 2023.

Así, la reunión de marzo se ha convertido en una cita imprescindible para los mercados. Y todo dependerá del camino que haya tomado la inflación para entonces. “Si las proyecciones de inflación, que ya son razonablemente halagüeñas, se revisan al alza para 2023 y 2024, es probable que el BCE contemple una vía de salida algo acelerada, un escenario que el mercado ya está valorando”, vaticina Konstantin Veit, gestor de carteras de PIMCO. Según nota, el mercado está valorando plenamente una primera subida de tipos de 10 puntos básicos en julio, lo que implica el fin de las compras netas de activos ya en abril.

¿El fin de la era de tires negativas?

Y es que el enfoque del BCE sigue contrastando con lo que está puesto en precio en los bonos. “Es probable que esto aumente la divergencia con los inversores que ven al BCE por detrás de la curva, lo que añade riesgo a la clase de activos de renta fija”, reconoce Pietro Baffico, economista de Europa de Abrdn.

Las palabras de Lagarde tienen un claro efecto en el mercado de bonos. “El efecto neto es que el mercado ha traído hacia delante el momento del despegue de las tipos para la segunda mitad de este año”, explica Paul Brain, responsable de renta fija de Newton (BNY Mellon IM). Ya hemos visto al bund alemán a 10 años subiendo por encima del 0% por primera vez desde mayo de 2019. Ahora, ve Brain, es de esperar que las tires en general sigan subiendo.

El entorno cada vez es más complejo para los inversores en renta fija. Ser selectivos es de vital importancia. Así insiste Brain y lo repite Marilyn Watson, responsable de Estrategia de Renta Fija Fundamental Global de BlackRock. En su fondo insignia, el Global Unconstrained Bond Fund, han optado por mantener una corta en duración alemana y posiciones largas en los bonos del gobierno español, entre otras posiciones europeas.