El 'efecto septiembre': los 13 riesgos que afrontan los mercados en los próximos meses

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Soft Luz Azul, Flickr, Creative Commons

Después de un verano marcado por acontecimientos micro (Gowex, Espirito Santo) y otros de calado geopolítico, los mercados inician el curso escolar con un poco más de volatilidad, con la renta fija soberana en mínimos (caso de Alemania, Estados Unidos y España) y con el S&P 500 por encima de la cota psicológica de los 2.000 puntos por primera vez en la historia. 

En este caldo de cultivo, ¿qué han de esperar los inversores? El escenario base con el que están trabajando los expertos de Nordea Investment Funds incluye una recuperación gradual de la economía mundial apoyada todavía por las políticas hiperacomodaticias de los principales bancos centrales y una reducción de las tensiones entre Ucrania y Rusia (sin ir más lejos, el miércoles pasado trascendían las conversaciones para un alto al fuego permanente entre ambos países). No obstante, en el radar de la gestora nórdica han aparecido hasta trece tipos de riesgos diferentes, que han clasificado como positivos o negativos.

Riesgos positivos

Son siete los posibles eventos con repercusiones positivas sobre el mercado que en Nordea ven más probables. El primero de ellos es que el sentimiento se fortalezca más de lo esperado a medida que van difuminándose las preocupaciones geopolíticas. 

Otros dos riesgos positivos están relacionados directamente con Estados Unidos: que la recuperación sea más fuerte de lo esperado a medida que vaya liberándose la demanda, que ha estado contenida hasta ahora, y que la Reserva Federal no endurezca su política monetaria tanto como esperan los mercados.

El siguiente riesgo también tiene que ver con la política monetaria; particularmente con la europea: desde Nordea consideran positivo el anuncio del BCE de la creación de su propia versión del programa QE, “llevando a un crecimiento mayor a través del efecto riqueza y un euro más débil”. Aquí se ha de añadir otro posible escenario: que los países de la zona euro adopten políticas fiscales más relajadas, estimulando así la demanda agregada. 

En el apartado de las materias primas, las consideraciones de la gestora giran en torno a los precios del petróleo: éstos podrían caer como consecuencia del incremento de la producción de gas pizarra (shale). Finalmente, en lo relativo a los países emergentes, la previsión es que se ejecuten reformas estructurales en países como la India (ya en desarrollo) o en Brasil (donde podrían empezar a implementarse tras las elecciones). 

Riesgos negativos

Entre los eventos que podrían dañar seriamente al mercado, Nordea sitúa en la primera posición de la lista una escalada de las tensiones geopolíticas en los 'puntos calientes' actuales, es decir, en Ucrania, Gaza, Siria, Irak y Libia. Esto afectaría negativamente a la confianza y podría suscitar una escalada de los precios del petróleo. En materia de política monetaria, el principal riesgo es que los tipos de interés suban más de lo esperado por los mercados. “Potencialmente, podría provocar un incremento del proteccionismo”, señalan.

El resto de riesgos están localizados por países o regiones, a saber: que se expanda la crisis en los países emergentes como consecuencia del regreso a la ortodoxia monetaria en los países desarrollados; que reviente la burbuja inmobiliaria en China; que la incertidumbre política y/o regulatoria en Estados Unidos siga reprimiendo las inversiones corporativas, y que vuelva a aflorar la crisis en Europa, con el sector financiero como punto de contagio por unos hipotéticos malos resultados en la evaluación de la calidad de los activos bancarios (AQR) que está llevando a cabo el BCE.

El efecto septiembre

A todos estos peligros en ciernes se añaden las dos advertencias que realiza Russ Koesterich, director de estrategia de BlackRock, en su última revisión semanal de los mercados. La primera es que las condiciones del mercado se han desarrollado lo suficiente como para que se produzca un repunte de la volatilidad. 

Koesterich hace notar en este sentido que la volatilidad media registrada en agosto ha sido un 15% superior a los niveles de los tres meses previos. Uno de los posibles efectos de esta escalada es que se intensifique la atención prestada a la primera subida de tipos de la Reserva Federal en años. “Marginalmente, es probable que unas condiciones monetarias más estrictas apoyen la tendencia hacia una volatilidad algo más elevada”, considera el experto. 

El representante de BlackRock también tiene presente la escalada del riesgo geopolítico como otra posible fuente de volatilidad: “Aunque los inversores cada vez hacen más oídos sordos a la escalada del conflicto en Ucrania, hasta el punto de que la situación continúa deteriorándose, es probable que esto produzca un revés abrupto en el momento de la renta variable”. 

La segunda advertencia requiere algo de historia que la ponga en contexto. “Nos estamos acercando a un periodo históricamente bajo para la renta variable. Generalmente tenemos poca fe en los sesgos estacionales, ya que la mayoría solo son ruido estadístico”, explica el estratega antes de añadir que “septiembre, sin embargo, parece diferente. Mirando los datos de Estados Unidos de los últimos 100 años, septiembre destaca estadísticamente como el mes con un récord significativo de rentabilidades pobres”. 

“Lo que es interesante es que esta tendencia no solo ocurre en Estados Unidos, sino también en mercados lejanos como Alemania, Reino Unido e incluso Japón”, subraya el experto. Con todo, cree que hay una posibilidad de rally navideño por la confluencia de una recuperación más fuerte, la baja inflación y los tipos extraordinariamente bajos de los treasuries. Pero, para el corto plazo, Koesterich termina con una advertencia: “La estacionalidad negativa y la complacencia con respecto a los crecientes riesgos geopolíticos nos sugieren que los inversores deberían tomar precauciones durante el otoño”.