El gas y la energía nuclear entran en la Taxonomía: la opinión de las gestoras

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El gas y la nuclear son energías verdes. La decisión de la semana pasada de la Comisión Europea de incluirlos en la taxonomía de la UE sigue causando revuelo dentro de la industria de gestión de activos (y más allá). Aunque se refiere únicamente a las actividades relacionadas con las dos fuentes de energía en consonancia con los objetivos climáticos y medioambientales de la Unión, la propuesta de Bruselas, que antes de entrar en vigor a partir del 1 de enero de 2023 deberá ser examinada por el Parlamento y el Consejo Europeo, está provocando un intenso debate.

De hecho, al calificarlas de sostenibles, la Comisión las hace entrar en el ámbito de las inversiones para la transición energética del Viejo Continente. "Este es un cambio considerable, si tenemos en cuenta que hace exactamente dos años, el 15 de enero de 2020, el Parlamento Europeo aprobó el Green Deal con una amplia mayoría, marcando las dos fuentes controvertidas como insostenibles", observa Massimiliano Comità, gestor de AISM Luxemburgo.

La crisis energética

Pero las cosas han cambiado desde entonces. El repunte de la economía global después de la crisis de COVID-19 ha disparado los precios de la energía. Y hasta la fecha, las fuentes renovables como la eólica y la solar no pueden satisfacer por sí solas las necesidades energéticas de los países. Especialmente si estos últimos se ven obligados a reducir el uso de combustibles fósiles para lograr los objetivos de cero emisiones netas. Y es precisamente en este contexto que la Unión está abriendo las puertas al gas y la energía nuclear. "Europa tiene una necesidad urgente: energía. Y en previsión de un reinicio, esta necesidad se vuelve cada vez más urgente”, explica Comità.

Además, según los planes de transición energética, la UE tiene como objetivo reducir los gases de efecto invernadero en al menos un 55% para 2030 y lograr la neutralidad en carbono para 2050. El gas y la nuclear se convierten así en buenos candidatos para reemplazar los combustibles fósiles. "La energía nuclear produce el mismo nivel de gases de efecto invernadero que la energía eólica y solo el 25 % de la energía solar a lo largo de todo su ciclo de vida, lo que incluye la extracción de uranio, el transporte, etc.", señala Yun Bai, director de Factor Investing Research en Vontobel. “Por lo tanto, podría facilitar mucho la descarbonización”, añade.

¿Es o no una opción viable?

Además, según el análisis del experto de Vontobel, la energía nuclear ha evolucionado mucho en los últimos años, volviéndose más segura. Aunque reconoce que las empresas se sienten desalentados por los accidentes nucleares del pasado, a menudo temen el riesgo de fuga de radiación de los vertederos nucleares, según Yun Bai la tecnología actual de gestión de residuos es bastante madura con un riesgo extremadamente bajo de accidentes.

Por su parte, Comità invita a reflexionar sobre la alternativa que ofrece el gas y la nuclear, teniendo en cuenta la temporalidad del proceso de transición energética de la UE. “Tratemos de hacer los cálculos. Hace falta siete años para construir una planta de energía nuclear y la vida promedio de un reactor de tercera generación se estima en 60-100 años. ¿Se puede considerar un proyecto de este tipo como transitorio, cuando el objetivo de cero emisiones netas está fijado para 2050?”, pregunta el gestor. “La verdad es que el dinero invertido en gas y nuclear hoy es menos dinero para energías más verdes”, reclama.

Posiciones contrarias

La decisión de la Comisión suscitó una disputa entre los Estados miembros, dividida entre a favor, principalmente Francia, y en contra, encabezada por Alemania. E incluso dentro del sector de gestión de activos hay posiciones divergentes. "Es difícil garantizar que no haya otros resultados ASG negativos de la energía nuclear en este momento”, dice Isobel Edward, analista de inversiones en bonos verdes de NN IP.

Mientras que para Yun Bai, los últimos desarrollos tecnológicos podrían permitir que la energía nuclear sea aún más importante e incluso una corriente principal de la energía en el futuro. "Las plantas más pequeñas, con costes más bajos y tiempos de construcción más cortos que las tradicionales, reducen la intensidad de capital. El uso de residuos para la producción de energía es eficiente en los procesos de eliminación; la tecnología para mejorar la flexibilidad del programa operativo de las plantas permite una planificación óptima del suministro energético”, afirma el experto de Vontobel.

Impacto en la taxonomía

En lo que respecta al gas natural, NN IP tampoco cree que no debe considerarse como una actividad verde. “El metano, componente principal de gas natural, es 28 veces más potente que el dióxido de carbono en atrapar el calor en la atmósfera. Hay muchas preguntas sin respuesta sobre la tasa de pérdida de metano a lo largo de la cadena de suministro de la producción de gas natural”, explica Edward.

Candriam llama la atención sobre el hecho de que la inclusión del gas y la energía nuclear podría dañar la credibilidad de la estructura proporcionada por la taxonomía como base de la agenda financiera sostenible europea. “Debería haber brindado a empresas, inversionistas y gobiernos una definición común de lo que significa sustentabilidad. Comenzando con el clima, que es probablemente el más simple de los temas de sustentabilidad que la taxonomía pretende cubrir”, dice la analista senior de ASG, Alix Chosson. “La inclusión de la energía nuclear agregará mayor complejidad. El riesgo es crear confusión más que consenso y claridad”, añade.

Según NN IP, el hecho de que una fuente de energía esté incluida en la Taxonomía no significa necesariamente que también deba incluirse en las estrategias de inversión sostenible. "Para nuestra estrategia de bonos verdes, las noticias sobre la taxonomía no cambian mucho”, asegura Edward. "Por el momento, la taxonomía solo proporciona una guía útil y las mejores prácticas en cada sector. Los fondos relevantes deberán aclarar su alineación con la Taxonomía de la UE a partir de 2023”, concluye.