El Grupo Premium, relacionado con InterBolsa, "estaba hecho para defraudar"

Kamil Molendys, Unsplash

La firma de auditoría KPMG -contratada por el liquidador del holding InterBolsa, Pablo Muñoz-, inidcó que el principio del fin para InterBolsa empezó en su propia estructura. La sociedad comisionista era el corazón del grupo, representando el 85% de las utilidades. “Era la joya de la corona, y con la tolerancia de otros operadores fue abriendo huecos y huecos que no pudieron tapar, montando todo sobre la especulación de Fabricato”, explica Muñoz.

Al perderse la mitad de los activos de InterBolsa, representados por la comisionista, el holding “quedó valiendo la mitad, por eso se desencadenó el proceso de reorganización y liquidación”, agregó. Fue en este momento cuando Rodrigo y Tomás Jaramillo “se aventuraron a hacer operaciones que resultaron un total fracaso", indicó Muñoz. Opinión que comparte con el superintendente de sociedades, Luis Guillermo Vélez: "La compra de InterBolsa Brasil y Estados Unidos, más un reparto de utilidades, que no se debió hacer, por valor de 66.000 millones de pesos, que desangró a la compañía. Y si a esa cifra se le suma el fondeo de la operación de Fabricato por 86.000 millones de pesos, queda claro que para finales de 2012 la compañía estaba en los rines [que llevó a la intervención de la Superintendencia Financiera]. Todo eso sumó cerca de 300.000 millones de pesos, explica Vélez.

Los siguientes pasos de la auditoría

En este primer informe, además, KPMG analiza cuatro de las operaciones realizadas por InterBolsa. Por un lado, el caso de los bonos en Luxemburgo a través de la filial de InterBolsa, Holdco. Por otro, el de las acciones de Fabricato y las posibilidad de que se manipulara los precios. En tercero y último lugar, la operación relacionada con la Clínica La Candelaria y la aerolínea EasyFly.

Dentro de un mes, la auditoría continuará con el análisis de las acciones de InterBolsa, desde el 2007. Fue entonces cuando el regulador del mercado señaló una posible manipulación de la acción tras la fusión con otra comisionista de bolsa, Proyectar Valores. Entre las irregularidades se encuentra que se hicieron repos con el título, y los accionistas mayoritarios realizaron otras múltiples operaciones “que terminaron sin cumplir ni honrar sus obligaciones”, señala Pablo Muñoz. A raíz de esto, 75.000 millones de pesos de inversores de a pie que querían invertir en el mercado, terminaron como accionistas del holding sin saberlo ni quererlo. Esas inversiones se perdieron totalmente.

La tercera entrega de esta auditoría, que será más importante, es sobre las operaciones del Grupo Premium, tanto nacionales como internacionales, para determinar la triangulación de recursos que se llevó a cabo en ese caso. Actualmente, sus inversionistas están todavía por saber si son los primeros calificados como acreedores.

El caso Premium

El superintendente de sociedades de Colombia, Luis Guillermo Vélez, indicó en una entrevista con Semana.com que encontraron "que la estructura completa del grupo Premium estaba hecha para defraudar. A través de una fachada de legalidad se captaban recursos que aparentemente iban a una sociedad en Curazao pero que, directa o indirectamente, acaban regresando a Colombia para fondear y financiar las actividades especulativas de los controlantes y sus asociados.

Según explica, había operaciones en las que se trasladaba el dinero de Curazao a Colombia a través de dos vehículos corporativos en el país: Rentafolio Bursátil y Valores Incorporados. "Y había otros casos en los cuales el dinero se giraba directamente a compañías en Colombia, como la Compañía Colombiana de Capitales, que yo considero como el eslabón perdido de esta captación ilegal", explica.