“El mayor consumo de los emergentes es la tendencia más importante de la década”

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Foto cedida

La mejor oportunidad para aprovechar el crecimiento económico de los países emergentes es invertir en las compañías que puedan beneficiarse de lo que, según Anna Stupnytska, economista macro de Goldman Sachs Asset Management (GSAM) y miembro del equipo de Jim O’Neill, es la mejor historia de la década: el crecimiento del consumo en los denominados Next-11 (N-11), término acuñado por el propio O’Neill para referirse a los países que considera tienen un mayor potencial de crecimiento para los próximos años. Esa es, en esencia, la filosofía que aplican en el GS N-11 Equity Portfolio, producto que el año pasado cosechó una rentabilidad del 20%.

Dentro de este grupo se incluyen los cuatro mercados de crecimiento no BRIC (Corea del Sur, México, Indonesia y Turquía) y siete países emergentes (Egipto, Paquistán, Bangladesh, Irán, Nigeria, Filipinas y Vietnam). Según explica Stupnytska en una entrevista, este producto representa una interesante oportunidad de inversión a largo plazo al estar invertido fundamentalmente en compañías que se benefician directamente de la aparición de una incipiente clase media consumista en determinadas regiones del planeta donde antes no existía. “El crecimiento del consumo y de la clase media es la tendencia más importante de la década”, asegura la experta.

“Estos países están consumiendo más, con una demanda de productos cada vez más amplia y de mayor calidad”. Las compañías vinculadas al sector sanitario, educativo, turismo y consumo son, en su opinión, las que ofrecen las mejores oportunidades. “En África, por ejemplo, el fuerte incremento de la demanda de vehículos y teléfonos móviles está generando oportunidades de inversión muy interesantes, especialmente en Nigeria”. A la hora de invertir en estos mercados, al inversor se le plantean inmediatamente dos aspectos clave sobre los que quiere respuestas: la liquidez y el riesgo político. ¿Cómo evitarlos?

En el caso de que la liquidez sea un problema en un determinado mercado, Stupnytska revela que el gestor busca la alternativa en otro mercado más líquido en el que cotice el valor para así no dejar pasar su potencial de crecimiento. En el caso del riesgo político, la fórmula no resulta tan sencilla. En GSAM elaboran un ranking en el que miden la situación política (estabilidad, grado de corrupción), el entorno macroeconómico (inflación, déficit, tipos de interés), capital humano (escolarización, esperanza de vida) o el desarrollo tecnológico (penetración de Internet, PC, telefonía móvil) de cada país.

“No sólo el contexto de crecimiento —como las condiciones políticas, los factores macroeconómicos, el nivel de educación, etc.— en cada uno de los países del N-11 es importante, sino también los avances realizados en la mejora de dicho contexto año a año. El país que consiga mejorar más rápido su entorno de crecimiento tendrá más probabilidades de explotar con éxito su potencial económico”, afirma la experta.

Así, por ejemplo, países como Nigeria o Pakistán cuentan con una nota muy parecida, si bien los progresos que ha hecho el país africano entre 1997 y 2012 ha sido mucho importante, mientras que la progresión de Pakistán en este periodo ha sido casi nula, indica la experta. En ocasiones, uno de estos factores puede frenar el desarrollo de los demás. Este es el caso de Egipto, donde la mejora que hasta ahora se había percibido en términos de desarrollo se podría ver truncado por la crisis política. “Egipto es una buena historia de crecimiento. Su transformación se ha apoyado en el avance tecnológico que ha registrado el país. Si se estabiliza a nivel político, su potencial aumentaría”.

La importancia de China

“Somos optimistas respecto a la evolución económica de China, aunque su economía no va a crecer a un ritmo de dos dígitos como hasta ahora. Queremos que su crecimiento sea sostenible; no paquetes de estímulo artificiales”, afirma. En este sentido, Stupnytska cree que China debería pasar a un crecimiento que se apoye en el impulso de la demanda interna. El aumento de la renta de los hogares, hoy en el 35% del PIB, podría aumentar hasta el 40%. “Este crecimiento más sostenible vendrá por el lado del consumo privado”, indica. Por contra, el incremento de los costes laborales en China podría tener un efecto muy positivo sobre algunos N-11, gracias a las ventajas competitivas que ofrecen países como Bangladesh, Vietnam o Indonesia.

Valoraciones y posicionamiento de la cartera

A la hora de seleccionar valores, Stupnytska revela que el equipo gestor busca buenos negocios con fuertes fundamentales cotizando a precios atractivos. México (23%), Corea (21%), Turquía (19%) e Indonesia (15%) ocupan prácticamente el 80% de la cartera. Actualmente, mantiene en cartera 157 posiciones. El equipo gestor está repartido entre Brasil, Londres y Asia. “Tener presencia local es una gran ventaja, ya que nos permite conocer mejor la compañía, su negocio y al equipo directivo”, indica. Desde su creación en 2011, el GS N-11 Equity Portfolio ha logrado batir en tres puntos al MSCI Frontier Markets Index y en seis al MSCI Emerging Markets Index. El fondo roza ya los 1.000 millones de dólares en patrimonio.