El mayor fondo de pensiones del mundo lanza la pregunta: ¿Es ético el préstamo de valores?

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El debate está servido: dónde está la línea ética en el préstamo de valores y el uso que se le termina dando. Es la cuestión que se ha planteado el fondo de pensiones de Japón. El Government Pension investment Fund (GPIF) ha anunciado que suspende por su parte el préstamo de acciones por su inconsistencia con sus responsabilidades fiduciarias. Es una medida que no aplicarán a emisiones de deudas.

“El GPIF requiere que sus gestores de activos mejoren el valor a largo plazo de las compañías en las que invierten al ejercer conscientemente el derecho a voto para todas las acciones que poseen, así como construir un diálogo con dichas empresas a lo largo de todo el año”, explican en el comunicado.

Basándose en esa máxima, al fondo le preocupa que el préstamo de acciones resulta en una transferencia temporal de los derechos de propiedad al prestamista. “Esto se puede considerar inconsistente con el cumplimiento de las responsabilidades fiduciarias de un inversor a largo plazo”, explican. “Además, el actual sistema de préstamo de acciones flaquea en transparencia en términos de quién es el prestamista final y sus propósitos”, argumentan.

El fondo no cierra la puerta completamente a retomar la actividad. Siempre y cuando vean una mejora en la transparencia y si se hacen frente a las inconsistencias que destacan.   

La decisión afecta la mitad de la cartera de 160 billones de yenes que maneja el fondo de pensiones, según cálculos de Reuters. Supone renunciar a comisiones por valor de 345,91 millones de dólares que ha generado a lo largo de tres años (a cierre de su año financiero, en 2018).