Según Suzanne Hutchins, gestora del BNY Mellon Global Real Return, a pesar de que los mercados parecen estar poniendo en precio una normalización de la política monetaria y de la situación económica, esto no se producirá.
El BNY Mellon Global Real Return es uno de los fondos de BNY Mellon IM más populares en España. El patrimonio que atesora esta estrategia de retorno absoluto en el mercado español ha ido creciendo a lo largo de los últimos años, hasta superar los 700 millones de euros, lo que le ha servido para ganarse la calificación Blockbuster Funds People. Gestionado por Aron Pataki y Suzanne Hutchins, se trata de un fondo multiestrategia con objetivo anual Euribor a un mes + 4% y un horizonte de inversión de cinco años, que está siendo utilizado por los inversores para descorrelacionar sus carteras. Pero más allá del objetivo de rentabilidad que se han fijado y de la descorrelación que aporta, Hutchins pone sobre la mesa lo que para ella es lo más importante de la estrategia: su significado. “Generar un retorno real, lo cual está explícitamente en el nombre del producto, quiere decir ofrecer retornos que superen a la inflación para que los partícipes no pierdan poder adquisitivo. Así es como debe ser entendida la denominación del fondo”, afirma en una entrevista con Funds People.
Esta cuestión es importante, ya que no todos los inversores tienen el mismo concepto de los términos que, a veces, se utilizan en las nomenclaturas de los fondos. En este caso, por ejemplo, para un inversor americano el concepto de real return le podría inducir a pensar que se trata de un fondo que invierte en activos de real estate y baja liquidez, cuando se trata de todo lo contrario: una estrategia global, flexible, diversificada y muy líquida. Esto último, para los gestores del fondo, es algo crucial. De hecho, analizan diariamente la liquidez de la cartera para estar seguros de este aspecto. “El mercado se está volviendo más y más ilíquido. En momentos de crisis de liquidez, nuestra estrategia no ha sufrido porque hacemos una gestión muy rigurosa en este sentido. Invertimos principalmente en grandes multinacionales y el tamaño de la posición se adopta teniendo en cuenta la liquidez del subyacente. No entramos en small caps, ni en productos apalancados, ni en cualquier activo que pudiera ser ilíquido”.
En estos momentos el 40% del patrimonio lo destinan a Estados Unidos y el 35% en Europa (Eurozona y Reino Unido). No están en renta fija corporativa europea, ni en financieras, ni en compañías cíclicas… Tampoco en los mercados emergentes, ni en los de renta variable ni en los de renta fija… “No invertimos en estos segmentos no porque no podamos, sino porque no queremos estar en ellos. Y, aún a pesar de ello, la estrategia es muy líquida. La clave es que el BNY Mellon Global Real Return no se ve limitado por ningún índice de referencia. Podemos ir donde queramos y esa libertad es el pilar central de nuestra estrategia y la que hace que la capacidad de la estrategia no sea un problema”. El fondo ha superado holgadamente los 4.000 millones de euros de patrimonio y podría seguir creciendo. Según Hutchins, existe margen suficiente para que así sea sin que afecte al enfoque y estilo de gestión que lo ha llevado al éxito. De hecho, en el equipo no han puesto por el momento ninguna cifra exacta al volumen que podría llegar a alcanzar.
En lo que va de año, la rentabilidad generada por el fondo supera el 6%. Llegó a ser incluso superior, alcanzando el 7,5% en agosto. “En el equipo mantenemos nuestra visión de que los tipos de interés permanecerán bajos por un tiempo muy prolongado de tiempo. Tenemos sensibilidad a los tipos de interés, por lo que la subida de las tires ha tenido un impacto negativo en la cartera. También nos ha afectado la rotación cíclica que hemos visto de valores defensivos a cíclicos, así como la caída del precio del oro. Estos tres factores, los cuales explican en buena medida el extremadamente buen comportamiento registrado por la estrategia hasta finales de julio, nos ha restado rentabilidad en octubre, ya que el mercado ha puesto el foco en un aumento de las expectativas de inflación y en una posible subida de tipos de interés en Estados Unidos a finales de año. Creemos que la Fed subirá un cuarto de punto los tipos en diciembre, pero no esperamos más incrementos de cara al próximo año”.
Hutchins se muestra convencida de que, a pesar de que los mercados parecen estar poniendo en precio una normalización de la política monetaria y de la situación económica, esto no se producirá. “Durante los últimos años, los bancos centrales han estado manipulando el precio de los activos financieros, adulterando los tipos de interés, el precio del dinero… Y seguimos en un entorno de bajo crecimiento económico. No hemos visto una gran recuperación. La enorme cantidad de dinero que ha sido inyectada tendría que haber disparado la economía y eso no ha sucedido. El QE guarda más relación con hacer subir el precio de los activos financieros para que empresas y ciudadanos adquieran confianza y gasten que con otra cosa, pero esto no está funcionando. Y ahí está el problema”. A todo esto hay que añadir que las políticas monetarias del Banco de Japón y el BCE se están basando en tipos negativos, lo cual es algo que está dañando a las entidades bancarias, otro problema añadido, según Hutchins.
Esta visión es el motivo fundamental por el que tanto Pataki como Hutchins están volviendo a mostrarse constructivos sobre activos en los que ya mantenían posiciones en cartera, como por ejemplo bonos de corta duración, deuda pública americana, oro y renta variable de compañías defensivas, como utilities o determinados valores tecnológicos. Los últimos años han puesto a prueba la capacidad de los inversores para mantener una visión de conjunto, dada la multitud de retos planteados por la crisis financiera global, algo a lo que no han sido ajenos en BNY Mellon IM. En el equipo que integra el BNY Mellon Global Real Return siguen manteniéndose fieles a un proceso que comienza con la identificación de los temas de inversión. Los establece Newton como grandes tendencias a largo plazo, los cuales les ayudan a concentrarse en lo importante a la vez que filtrar las interferencias. La lista de temas que manejan se resumen en diez cuestiones centrales, las diez cuestiones más trascendentales.