“El 'no' a la austeridad por parte de los italianos podría tener graves implicaciones para la eurozona”

Murphy
Foto cedida

Las elecciones celebradas en Italia el mes pasado terminaron con un resultado fragmentado: el mercado anticipaba una coalición liderada por Pier Luigi Bersani, pero el inesperado éxito del Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo, que recibió más del 25% de los votos, fue toda una sorpresa. “Ante todo, el resultado de las elecciones fue un voto contra la austeridad y ello plantea muchas más preguntas de las que responde. De hecho, esta situación supone riesgos bajistas a largo plazo”, afirma Brendan Murphy, miembro del equipo de Standish, especialista en renta fija a cargo del BNY Mellon Euroland Bond Fund.

En un artículo publicado en la Newsletter de BNY Mellon, Murphy indica que, aunque el programa de Transferencias Monetarias Directas (OMT) proporciona una red de seguridad a las economías en apuros de la eurozona, su principal característica es el compromiso con la austeridad y las reformas. “Un alejamiento de esta postura por parte de la troika (el BCE, la Comisión Europea y el FMI) podría sentar un precedente peligroso y provocar la indignación de las demás economías de la periferia que sí están sujetas a condiciones tan estrictas. Sin el respaldo del electorado, el nuevo Gobierno –adopte la forma que adopte– se enfrenta a serios desafíos para evitar la parálisis política”.

En este sentido, en Standish creen que Italia corre el riesgo de mayores costes de financiación y de nuevas revisiones a la baja de su calificación crediticia. De hecho, la agencia Fitch ya rebajó la nota de Italia a BBB+, situándola en perspectiva negativa. “No obstante, a diferencia de antes de las elecciones, Bersani, Berlusconi y Grillo parecen estar dispuestos a negociar. De cualquier modo, la incertidumbre será inevitablemente una fuente de volatilidad, aunque gran parte de este escenario ya se halla descontado en los precios de los activos”, explica el gestor. Italia no es, sin embargo, el único país europeo sumido en la incertidumbre tras haber visto rebajado recientemente su rating.

Durante las últimas semanas, Moody’s también recortó la calificación crediticia del Reino Unido (Aaa). Sin embargo, los mercados apenas se han hecho eco de la medida, reflejada desde hace tiempo en las cotizaciones. “Aunque el momento elegido fue un tanto extraño –entre la declaración de otoño del ministro de Hacienda británico y los presupuestos de marzo–, sin duda era solo cuestión de tiempo”, reconoce el experto. “No creemos que ello vaya a tener un impacto significativo sobre la percepción de la deuda pública británica como ‘activo seguro’. De hecho, ante la perspectiva de nuevas medidas de relajación cuantitativa este año, el entorno debería seguir siendo favorable para la clase de activo. “El recorte, sin embargo, podría redundar negativamente sobre la libra esterlina”.

Obligados a ajustar la cartera

Este trasfondo le ha llevado a Murphy a ajustar el posicionamiento de la cartera, reduciendo el riesgo con anterioridad a las elecciones italianas (sustituyendo ciertas tenencias de la periferia por posiciones en bunds alemanes). “Pese a sentirnos cómodos con nuestra exposición a Italia y España, estamos dispuestos a reducir nuestras posiciones en Italia de producirse un aumento de la volatilidad. No obstante, vale la pena recordar que –si bien no es necesariamente aplicable a Italia– la mayor volatilidad creará seguramente oportunidades de inversión, sobre todo en las áreas de divisas y mercados emergentes.

Al mismo tiempo, el equipo mantiene la duración de la cartera del BNY Mellon Euroland Bond Fund por debajo de la del mercado. “Si bien no prevemos la llegada de un mercado bajista, creemos que las rentabilidades de la deuda podrían subir en los mercados de mayor calidad”, asevera.