James Kwok, gestor global de renta fija y divisas de Amundi
La mayoría de fondos de retorno absoluto invierten en renta variable o renta fija y son muy pocos los que se atreven con las divisas, un activo más complicado de gestionar, pero con muchas posibilidades. Desde hace cinco años, y desde Société Générale AM, James Kwok, gestor global de renta fija y divisas de Amundi, empezó a gestionar la estrategia en su versión francesa, cuya versión UCITS y con sede en Luxemburgo vio la luz hace tres años con el SGAM Fund Absolute Return Forex. Con la integración de la gestora en Amundi, parte del equipo ha cambiado pero se ha respetado un proceso de inversión que ha ofrecido retornos muy estables (su objetivo es Eonia más 300 puntos básicos), con apenas algún bache en 2008, tras el colapso de Lehman Brothers, momento en el que perdió el 1,5%. Kwok recomienda el producto como alternativa a la liquidez en las carteras, pues su estilo de gestión es conservador (no se expone a riesgo duración, ni de otros activos más que de las divisas), con una volatilidad cercana al 2%.
En las posiciones cortas de su cartera se encuentran tanto el dólar como el euro. Su portfolio se diversifica en dos niveles: por un lado, incluyendo tantas divisas líquidas como pueda de un universo de 30 -40 a nivel global, de las que invierte en unas 20 en todo momento, y por otro, aplicando cuatro estrategias distintas de gestión, que a su vez se dividen en dos grupos: análisis fundamental (global macro y volatilidad) y cuantitativo (de carry y tendencias). Precisamente de ese análisis fundamental macroeconómico, James Kwok ha identificado países cuyas economías, después de dos años de crisis, han sido incapaces de volver a los niveles previos a la misma. “Son países o regiones con problemas internos y estructurales que tardarán más tiempo en recuperar la senda de crecimiento”, explica. Y en este grupo se incluye EEUU y la eurozona, con sus respectivas divisas. También el dólar canadiense, país que durante años se benefició del crecimiento de la economía china gracias a las exportaciones de petróleo, pero ahora, en un entorno en el que el precio del crudo se ha reducido, la rentabilidad de esta actividad se ha reducido.
Derivado asimismo del análisis fundamental, James Kwok ha identificado países capaces de normalizar sus niveles de crecimiento y volver a las posiciones previas a la crisis, como Suecia, Suiza o Australia, cuyas divisas están entre las posiciones alcistas de su fondo.
Sin embargo, el portfolio se construye también teniendo en cuenta modelos cuantitativos, que calculan la evolución de las divisas por encima o debajo de una media y las sitúan en la parte alcista o bajista de la cartera, según un modelo matemático que ayuda a posicionarse especialmente en circunstancias donde resulta difícil prever la evolución de las divisas teniendo sólo en cuenta factores fundamentales. “Si estamos muy convencidos por factores macro de la evolución positiva de una divisa pero el modelo cuantitativo nos dice que no lo está haciendo bien, recortamos las posiciones”, indica, poniendo como ejemplo lo ocurrido con el euro con el estallido de la crisis de deuda soberana. “Nuestra cartera sufrió pero detuvimos rápidamente nuestras posiciones gracias a las estrategias de tendencias, que nos han permitido beneficiarnos de la evolución del dólar australiano versus el neozelandés en los últimos meses, mientras las de global macro nos permiten diferenciar a los países que se encuentran en buen estado de salud y a los que están enfermos”, explica.
Entre estos últimos también está Reino Unido, si bien la libra esterlina está en la parte alcista del portfolio. “Una economía débil no siempre es sinónimo de una moneda débil y viceversa”, afirma James Kwok, poniendo como ejemplo lo ocurrido con el yen. Con respecto a la libra, desde Amundi consideran que hay diferencias claves con respecto al dólar, como por ejemplo el hecho de que, cuando la Fed y el Banco de Inglaterra bajaron los tipos a niveles próximos a cero, los hedge funds vendieron las libras, pero el banco central mantuvo sus reservas de dólares, que podría empezar a vender ahora e impulsando el precio a la baja. Algo que ya no puede ocurrir con la divisa británica.
Japón: un intento de ganar tiempo
Dentro del mundo desarrollado, el gestor se mantiene neutral con respecto al yen, debido al empuje bajista del carry y al alcista del análisis fundamental. “Desde este último punto de vista, no hay razones para la depreciación, pues habría que ver subidas de tipos de interés en EEUU para ver una huida del dinero hacia el país”, indica. Kwok interpreta los últimos movimientos del Gobierno nipón para frenar la apreciación del yen como un intento de ganar tiempo para estabilizar las divisas, hasta que EEUU se recupere y la relación dólar-yen pueda estabilizarse.
Entre sus otras apuestas del mundo desarrollado, señala el franco suizo (“a diferencia de la situación deflacionista de Japón, en Suiza la inflación es superior a cero, lo que marca la línea divisoria entre el infierno y el cielo”, explica) y la corona sueca. Según el gestor, la industria sueca se beneficia de la economía alemana, en la medida en que vende maquinaria a Alemania, que a su vez aprovecha la debilidad del euro para impulsar sus firmas exportadoras. “Si no puedes comprar el marco alemán, puedes comprar coronas suecas”, afirma.
Atractivo en emergentes
Con respecto a los emergentes, las posiciones del fondo están ligeramente alcistas en el real brasileño (con un tipo de interés del 8% frente al dólar). Aunque se ha apreciado demasiado, tampoco quieren venderlos, debido al flujo de capital esperado hacia el país ante el lanzamiento de nuevas OPV y el descubrimiento de nuevas reservas petrolíferas. Con la que sí se muestra alcista es con respecto a la rupia indonesia, uno de los países con sus índices de renta variable por encima de los niveles pre-crisis.
“Hace unos años eran los BRICS, pero ahora el futuro son países como Indonesia, Filipinas o Malasia, con una gran población y un mercado bursátil fuerte que apoyará la divisa y unos gobiernos cuya prioridad es el desarrollo del mercado interno”, afirma. Entre sus posiciones alcistas se encuentra también el yuan coreano, el peso mexicano, la lira turca, el peso chileno, y el yuan chino. “A principios de año no teníamos el yuan chino en el portfolio, pero los datos de los últimos meses indican que la economía sigue siendo fuerte y por eso apostamos por la continuidad de su apreciación”, apostilla.