Perspectivas favorables para el oro en 2025 apoyado en tipos reales bajos, desdolarización de las reservas de los bancos centrales, incertidumbre geopolítica y descorrelación con otros activos.
El oro ha comenzado 2025 con una fortaleza notable, recuperando las caídas de finales de 2024, y desafiando las expectativas del mercado. En lo que va del año se anota un alza superior al 8,8%, tras rentabilidades de doble dígito en 2024. Todo esto en un entorno donde las políticas económicas y geopolíticas están en constante cambio, el oro ha logrado mantener su brillo como activo de refugio y pilar estratégico en las carteras de inversión.
Su valor ha aumentado a pesar del fortalecimiento del dólar estadounidense y el alza de los rendimientos de los bonos, rompiendo con las correlaciones históricas que han dominado su comportamiento durante décadas. Este fenómeno no es casualidad. En episodios como el vivido a comienzo de la semana, con el anuncio de la imposición de aranceles por parte de Trump, a pesar del fortalecimiento del dólar el oro sigue actuando como valor refugio, llegando a superar los 2.800 dólares.
La incertidumbre geopolítica, el aumento de los déficits fiscales y, sobre todo, la demanda sin precedentes de los bancos centrales han cimentado el papel del oro como un activo estratégico clave.

A medida que nos adentramos en 2025, expertos de WisdomTree, Allianz Global Investors y Vontobel Asset Management coinciden en que el oro sigue contando con un respaldo estructural sólido, convirtiéndose en un pilar fundamental para inversores institucionales y gobiernos. Pero, ¿qué está impulsando realmente este resurgimiento del oro y qué podemos esperar en los próximos meses?
Un metal que desafía la teoría económica clásica
Durante años, el oro ha mantenido una relación inversa con los rendimientos reales de los bonos y el dólar estadounidense. Cuando los tipos de interés subían, el oro tendía a debilitarse, ya que los inversores preferían activos que generaran rentabilidad. Sin embargo, en los últimos dos años, esta dinámica ha cambiado.

Según Allianz Global Investors, a pesar de que los rendimientos reales han aumentado y las tenencias de oro en ETFs han caído, el precio del metal ha subido un 70% en el mismo periodo. Este comportamiento sugiere que los inversores han comenzado a ver en el oro algo más que una cobertura contra la inflación.
Para Hartwig Kos, director de Inversiones Multiactivos en AllianzGI: "La narrativa del oro como simple cobertura contra la inflación ha evolucionado. Ahora vemos una creciente demanda por razones geopolíticas y de estabilidad financiera." Esto le lleva a una de las razones más poderosas detrás del ascenso del oro: el papel que están desempeñando los bancos centrales.
La geopolítica, los bancos centrales y pilar en las carteras
Uno de los factores más determinantes en la reciente fortaleza del oro ha sido la acumulación masiva de reservas por parte de los bancos centrales. En un mundo cada vez más fragmentado, donde las tensiones comerciales y las sanciones financieras son herramientas de presión política, muchas economías han comenzado a reducir su dependencia del dólar estadounidense.
Según el World Gold Council, los bancos centrales han comprado oro a un ritmo récord en los últimos dos años, fortaleciendo sus reservas y diversificando sus activos. Países como China, India y Turquía han incrementado significativamente sus tenencias como una estrategia para blindarse ante fluctuaciones del sistema monetario internacional y posibles restricciones al acceso a dólares en el futuro.

Pero no son solo los bancos centrales los que están aumentando su exposición al oro. Los inversores institucionales también han intensificado su asignación al metal precioso como una herramienta de diversificación y cobertura contra la volatilidad. En un contexto donde la renta fija ya no es refugio seguro y la bolsa es volátil, el oro estabiliza carteras al ser un activo descorrelacionado, que puede estabilizar una cartera en momentos de estrés financiero.
Para Gianluca Ungari y Sven Schubert, de Vontobel AM: "El oro cubre la inflación y aporta estabilidad ante la volatilidad en renta variable y deuda." La creciente demanda de bancos centrales y fondos de inversión respalda el precio del oro, consolidándolo como pieza clave en las estrategias de asignación de activos.
Déficits fiscales y la pérdida de confianza en la deuda soberana
Mientras los bancos centrales acumulan oro, los mercados financieros enfrentan una realidad preocupante: los déficits fiscales en economías desarrolladas, especialmente en EE.UU., han alcanzado niveles alarmantes.
El aumento de la deuda pública ha llevado a algunos inversores a cuestionar la sostenibilidad del mercado de bonos. AllianzGI señala que los inversores buscan en el oro una alternativa a los bonos del Tesoro, especialmente en un momento en que la Reserva Federal sigue navegando entre presiones inflacionarias y riesgos de recesión.
Según Frederik Fischer, gestor sénior de Multiactivos en AllianzGI: "El oro emerge como alternativa a los bonos del Tesoro ante crecientes déficits y preocupaciones sobre la deuda soberana." Además, desde WisdomTree advierten que las políticas de Trump han alterado el arbitraje del oro, aumentando la prima de los futuros, como ocurrió en 2020 durante la crisis del COVID-19.
¿Hacia dónde se dirige el oro?
Hay tres factores que influirán en su evolución. Por un lado, el rumbo que tomen los bancos centrales, en especial la Fed. Si decide pausar o incluso revertir las subidas de tipos ante señales de desaceleración económica, los rendimientos reales de los bonos podrían bajar. Esto favorecería al oro como activo de reserva.
Para Vontobel, "si los rendimientos reales retroceden hacia su promedio histórico del 1,5%, el oro tendrá un fuerte respaldo para seguir subiendo", aclaran. Sin embargo, si la inflación persiste y obliga a la Fed a mantener una política monetaria restrictiva durante más tiempo, el oro podría encontrar resistencia en su ascenso. En este escenario, los inversores podrían optar por activos que ofrezcan una rentabilidad superior, reduciendo el atractivo del metal precioso. Por otro lado, también señalan que "el oro ha demostrado ser el activo más resiliente a shocks geopolíticos, y 2025 no será la excepción", como hemos visto en esta semana con los decretos de Trump.
Además, Nitesh Shah, responsable de Análisis Macro y Commodities en WisdomTree Europa, apunta que la volatilidad de los mercados financieros ha llevado a los grandes fondos de inversión a incrementar su exposición al oro como instrumento de diversificación de carteras. "La entrada de capital en fondos respaldados por oro (ETF) podría recuperar terreno tras un 2024 de salidas moderadas, lo que impulsaría aún más su precio", concluye.
Las proyecciones de distintos analistas sitúan al oro en un rango de precios entre 2.400 y 3.000 dólares por onza, dependiendo de la evolución de los factores antes mencionados.