El patrimonio de los planes de pensiones individuales, a un paso del máximo pre-crisis

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Heart Industry, Flickr Creative Commons

El patrimonio de los planes de pensiones españoles del sistema individual está a punto de igualar y, quién sabe, superar su máximo histórico, en 2007, justamente el año previo al inicio de la crisis económica y financiera actual. Si por aquél entonces su patrimonio era de 54.211 millones de euros, a cierre del primer semestre de este año ya alcanza los 54.009 millones, según datos de Inverco, una recuperación que llega cinco años y medio después de aquella fecha y tras superar el bache que supuso 2008, cuando se pasó de los 54.211 millones de un año antes a los 49.018 millones de ese curso.

Así, el patrimonio de los planes de pensiones individuales nacionales crece un 1,6% en lo que llevamos de 2013, frente al aumento del 8,22% que registra a 12 meses. Las aportaciones netas al sistema durante la primera mitad de año casi marcan los 850 millones. “Aunque haya menos partícipes, todavía las aportaciones son mayores que las prestaciones, por eso los fondos acumulados crecen”, explica Diego Valero, presidente del Grupo Novaster, quien cree que “es factible que ese crecimiento vegetativo nos lleve a superar los niveles del 2007”.

Básicamente, por categorías de activos, el dinero de los planes de pensiones individuales en los últimos años ha salido de la renta fija a corto plazo y de los mixtos de renta fija y ha ido a parar, sobre todo, a los garantizados, aunque también a la renta variable. Los planes para la jubilación orientados a bolsa pura aglutinan hoy día cerca de 4.900 millones, pero lo más importante es que, durante 2013, llevan 30,6 millones en aportaciones netas, la única categoría -junto a los mixtos de renta variable- en positivo. De ellos, 123 millones corresponden a las aportaciones conseguidas y, por el contrario, 92 millones a las prestaciones pagadas.

En lo que a planes de renta fija se refiere, tanto puros como mixtos, “es bastante probable que las opciones de liquidez que permite la normativa, o situaciones de jubilaciones anticipadas o prejubilaciones, hayan aumentado las salidas de dinero en este tipo de planes”, contextualiza Valero, que justifica la hipótesis en que “suele ser una vía razonable para paliar las consecuencias de la crisis”.

En el lado opuesto de la orilla, el de la renta variable, “el que haya más aportaciones supone que hay un mayor apetito por el riesgo, pero no significa que los planes de bolsa necesariamente funcionen bien y den alta rentabilidad”, advierte el presidente de Novaster, quien recuerda que “sólo ha sido así en la renta variable de Estados Unidos”.

“Es muy posible que las captaciones en renta variable tengan más que ver con la bajada de tipo, más en España, que hace que los inversores busquen alternativas de más rentabilidad aunque tengan algo más de riesgo”, señala Valero. Además, “se ha podido comprobar que la renta fija también es un activo de riesgo debido a las fluctuaciones de las primas de riesgo”, continúa, por lo que “el avance de la renta variable se debe, en general, a la mejora económica en Estados Unidos, Japón y, en menor medida, Europa”.

La industria, con el ojo puesto en la reforma de las pensiones

“Toda reforma de pensiones públicas que tienda a reducirlas, como es la que se espera en España, inducirá a un aumento en los sistemas complementarios de pensiones y, por ello, también a los planes individuales”, explica Valero. De todas formas, a su juicio, “ese aumento no será inmediato, sino que se irá produciendo poco a poco, sobre todo cuando se plasmen también medidas legislativas para el desarrollo de los sistemas complementarios y, paralelamente, mejore la situación económica”.