El posicionamiento de las carteras: el antes y el después del COVID-19

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El impacto del COVID-19 en los diferentes sectores productivos ha sido dispar, por lo que su efecto en las carteras ha sido también muy variado. Varios responsables de gestoras reflexionan sobre lo ocurrido y explican cómo han reaccionado ante un evento tan inesperado y negativo como la pandemia del coronavirus en un desayuno organizado por FundsPeople y patrocinado por DNB AM.

Salomé Bouzas, analista de Inversiones de Tressis SV, explica que durante esas fatídicas tres semanas entre febrero y marzo no hicieron cambios en las carteras, “no estábamos preparados para gestionar una situación de ese calibre, por impredecible y porque se escapa a nuestro conocimiento, y seguimos sin estarlo”, pero sí que por el momento del ciclo, por las valoraciones y por las incertidumbres que había en el mercado, “llevábamos varios meses en 2019 tratando de reducir nuestros sesgos sectoriales y riesgos activos de cara a que cualquier problema no impactase a nuestras carteras de forma relevante”.

En ese momento mantenían sesgo en compañías de calidad, “entendiendo como tales aquellas con un posicionamiento de mercado fuerte, una marca solvente, capacidad de establecer precios y, por ejemplo, una generación de flujo de caja que sea recurrente y que sea predecible”. También tenían cierto sesgo, menor, a compañías de crecimiento: “Esa distribución de activos nos ha permitido, sin saber que iba a suceder esto, recoger una menor parte de las caídas y participar de las subidas”, explica la analista de Inversiones de Tressis. No todo es positivo, también tenían una apuesta en el sector inmobiliario cotizado europeo, que cayó más que la media de mercado, y que ya han vendido.

 “Lo que vimos en aquel momento fue que el mercado estaba seguramente siendo castigado por una situación crítica de liquidez, pero no de fundamentales, y lo que hemos aprendido es que en esas situaciones uno no vende, aguanta y si es posible compra, que es lo que hicimos”, explica Ignacio Muñoz-Alonso, estratega jefe macro de Inversis. De forma que en esas últimas semanas de marzo y primeras de abril reconstruyeron carteras “volviendo al benchmark original (45% renta fija, 45% renta variable, 10% liquidez y algo de alternativos), del cual nos habíamos alejado en los últimos años”. El resultado ha sido bueno y considera que todavía por delante queda recorrido, dependiendo en gran medida de cómo sea el perfil de recuperación. “Yo creo que la V hay que descartarla, tampoco creo que se vaya a producir en forma de W ni incluso de L, seguramente vamos a estar más cerca de una U”.

Dicho lo cual, el estratega jefe macro de Inversis cree que de aquí a septiembre u octubre “tenemos por delante un escenario de recuperación que conviene aprovechar, siempre que no haya otro drama sanitario”. Ve oportunidades, en concreto, en el entorno del high yield, y en renta variable destaca el sector sanitario, que está cotizando a 17 veces beneficios, “no parece excesivamente alto”. Añade que “si hacemos una selección de sectores, por delante nos quedan todavía unos meses, que si va todo más o menos bien, nos permitirán cerrar el año en positivo en el caso de la mayoría de las carteras”.

En una crisis sanitaria sin precedentes como la sufrida la opinión de un médico es especialmente interesante. Armando Cuesta, socio fundador de Ilana Capital y gestor del Abante Biotech Fund en Abante Asesores, explica que este fondo, con sede en Luxemburgo, tiene vocación de largo plazo, y por folleto han de estar invertidos un 70%, “por tanto, a la hora de cubrirnos jugamos con esa liquidez del 30% restante o bien estando invertidos en empresas que llamamos defensivas en el sector salud, grandes compañías farmacéuticas como Gilead o Bayer frente a otras empresas biotecnológicas que son mucho más volátiles y más arriesgadas”.

El gestor del Abante Biotech Fund cuenta que a finales de 2019 tenían una inversión en empresas de biotecnología de en torno al 70% y el resto era liquidez porque “pensábamos que las cotizaciones, en general, eran relativamente altas y era preferible estar lo máximo posible en liquidez. Evidentemente no vimos esta crisis pero sí que pudimos aprovechar para poder destinar toda esa pólvora que teníamos a nuestra disposición para comprar muchas empresas cotizadas que teníamos detectadas en nuestro radar, pero en las que no habíamos podido entrar porque estaban, a nuestro juicio, cotizando a unos precios elevados”. Así que aprovecharon las caídas para estar invertidos al 100% en esas oportunidades. Ahora de nuevo han vuelto a retroceder al 70% de la inversión. Asegura que “el play del COVID no es interesante o inteligente jugar porque hay más de 200 empresas en la carrera por conseguir la vacuna y algunas están cotizando a unas valoraciones desproporcionadas a día de hoy”.

Desde el punto de vista de cartera, Eduardo Ripollés, Desarrollo Negocio Institucional de Mapfre AM, comenta que, por defecto, “el sesgo de Mapfre ha sido siempre evitar los sustos, como buena compañía de seguros. Esa prudencia histórica hizo que a principios de año ya estuviéramos con un asset allocation bastante neutral (50% renta variable, 50% renta fija)”. Destaca, además, que mantienen un sesgo blend y que desde hace tiempo en la selección de activos están teniendo en cuenta los criterios ASG, no solo en los fondos temáticos sino en los fondos más tradicionales. Y nada de eso ha cambiado mucho: “Estábamos muy neutrales en renta variable, y la hemos sobreponderado un poco en momentos puntuales”. Desde el punto de vista de la selección sí que explica que “ha habido sectores en los que teníamos un peso determinado y lo hemos reducido, como es el caso de farma, bancos y consumo duradero; mientras que hemos aumentado en tecnología, consumo discrecional e industriales”.

La prudencia también guía la toma de posiciones en renta fija. “Hemos reducido la duración de las carteras. Tenemos tres tramos: el duración 2, 3 y 5 años, y en todos los hemos bajado cinco puntos básicos. Además, hemos reducido el peso de corporate para subir algo el de gobiernos: la ponderación normalmente es 60% gobiernos, 40% corporate, y ahora es 35% corporate y 65% gobiernos. Y en el caso de este último hemos distinguido entre países. En Italia, por ejemplo, solo invertimos en letras del Tesoro, mientras que estamos largos en España y Francia y con una duración media y relativamente positivos en Portugal, Bélgica o Irlanda”.

Mikko Ripatti, senior client portfolio manager de DNB AM, vuelve al origen de la crisis. “Empezó como un problema de la cadena de suministro en Asia y, de repente, en pocas semanas se produjo un colapso total de la demanda para las empresas. Otra cosa distinta esta vez respecto a la crisis de 2008-2009 es que en esta ocasión los bancos son más parte de la solución que del problema. Hay  características diferentes”. Obviamente, según explica,  el impacto ha sido muy fuerte y rápido, pero también lo ha sido la recuperación, no en todos los sectores pero sí en muchos. “Por ejemplo, nuestros fondos de tecnología, acciones nórdicas o health care ya están en positivos en el año. Es cierto que activos como nordic high yield han sufrido un poco más”.

El senior client portfolio manager de DNB AM reflexiona también sobre el papel de la tecnología. “La demanda de servicios de varias empresas de este sector ha crecido mucho. Se ha acelerado la adaptación a las tecnologías, no porque hayan surgido nuevas en unos pocos meses sino porque los usuarios han sido obligados a adaptarse a la nueva realidad”. Pone el ejemplo de Netflix, que en el primer trimestre del año ha aumentado a más del doble el número de los usuarios esperados. “La cuestión es saber si este crecimiento de corto plazo es algo adicional al crecimiento de largo plazo o si, por el contrario, este crecimiento de corto plazo está fuera del crecimiento de largo plazo. Hay empresas para las que será un crecimiento adicional, pero, en algunos casos, estás ‘robando’ ahora el crecimiento de largo plazo”. En cualquier caso, afirma que “son tiempos muy interesantes. Creo que la industria, las empresas, los gobiernos, las autoridades…, todos estamos aprendiendo, y si viene una segunda ola, por lo menos estaremos mejor preparados”.