El equipo de John Bennett, responsable de renta variable europea de Henderson,considera que es un campo que esperan proporcione interesantes rentabilidades a largo plazo
En el último año, el equipo de John Bennett, responsable de renta variable europea de Henderson, ha estado incrementando la ponderación de los componentes de automoción en el Henderson Gartmore Continental European Fund, al considerar que es un campo que esperan proporcione interesantes rentabilidades a largo plazo. “El sector de la fabricación de automóviles tiende a ser muy cíclico y presenta una elevada sensibilidad a la confianza de los consumidores y a la coyuntura económica, aunque se benefician de un elemento de crecimiento estructural intrínseco que debería ayudar a compensar, en parte, la naturaleza cíclica del sector automovilístico general”, afirman.
En el equipo siguen siendo muy prudentes sobre las perspectivas de los grandes fabricantes de automóviles, exceptuando el mercado de marcas de gama alta, donde se siguen inclinando por BMW. “Las empresas especializadas en el desarrollo de tecnología y componentes parecen estar bien posicionadas para satisfacer la demanda de tecnología de seguridad y, por lo tanto, ofrecen oportunidades de inversión interesantes”, explican.
Según explican en Henderosn, existen tres principales tendencias tecnológicas en el sector automovilístico: 1) la necesidad de reducir las emisiones de dióxido de carbono al tiempo que también se minimiza el peso de los vehículos; 2) La electrificación: Continental, proveedor del sector del automóvil con sede en Alemania, la describe como una "megatendencia", en vista del crecimiento de la demanda de vehículos híbridos y completamente eléctricos y 3) seguridad: la temática que les resulta especialmente interesante. “Todos conocemos la seguridad pasiva: es la que proporcionan elementos como los airbags o los cinturones de seguridad. Sin embargo, la seguridad activa —la tecnología que ayuda a evitar accidentes— no para de crecer”.
“La seguridad activa comenzó con tecnologías como los sistemas de frenos antibloqueo (ABS) y los programas electrónicos de estabilidad (ESP), aunque ahora también abarca sistemas de ayuda a la conducción capaces de evitar que el conductor invada otro carril en una autopista, advertirle de la presencia de peatones, ayudarlo en las maniobras de aparcamiento o incluso frenar antes para evitar un accidente”. En este sentido, en la gestora consideran que los avances tecnológicos seguirán desdibujando la línea que divide la asistencia a la conducción y la conducción automática.
De acuerdo con Continental, los vehículos realizarán trayectos por autopista con conducción totalmente automática de aquí a 2025 gracias a la comunicación entre vehículos, mientras que el fabricante de coches Renault cree que esto podría ser una realidad ya en 2020.
“Gran parte de la expansión que detectamos en el ámbito de seguridad está impulsada por el marco normativo. La asistencia en materia de seguridad es uno de los cuatro parámetros que intervienen en la calificación de los vehículos según la normativa del Programa Europeo de Evaluación de Automóviles Nuevos (NCAP). El NCAP premia y reconoce a los fabricantes de vehículos que desarrollan nuevas tecnologías en el segmento de la seguridad, desde el control de puntos ciegos hasta sistemas para detectar la somnolencia del conductor”.
Entre los títulos con los que el equipo cuenta actualmente se encuentran empresas como la proveedora francesa de componentes para vehículos Valeo y Continental, compañías que “ya se están beneficiando de la demanda de tecnología de asistencia a la conducción”.