El Tesoro estadounidense entra en el radar de los inversores españoles

Andrés Sánchez Balcázar, Pictet
Andrés Sánchez Balcázar. Foto cedida Pictet AM

No solo la deuda gubernamental nacional ha despertado el interés de los inversores españoles. El Pictet USD Government Bonds está siendo uno de los fondos con más éxito comercial para la gestora suiza en el mercado español en 2024. En opinión de Andrés Sánchez Balcázar, director de renta fija global en Pictet AM y gestor de este fondo con Rating FundsPeople, la tesis de inversión para los Treasuries estadounidenses es una convicción del valor de los activos a largo plazo. “Actualmente es posible bloquear una rentabilidad a vencimiento del 4,5% a 10, 20 o 30 años”, recuerda.

Los inversores europeos en general están mirando hacia la deuda al otro lado del Atlántico por la divergencia en el camino de su política monetaria. “La renta fija gubernamental en Europa se está preparando para una bajada de tipos bastante importante del BCE y puede ser percibida con menos valor potencial que la deuda de EE. UU., que tiene tipos de interés reales de alrededor de 2% teniendo en cuenta una expectativa de inflación de 2,2 a 2,3%”, explica Sánchez Balcázar.

Impacto de la cobertura de la divisa

La clase de activos está en el radar de los inversores europeos incluso teniendo en cuenta el coste del cambio euro-dólar. “El impacto de la cobertura de la divisa se corresponde con el diferencial de tipos de interés a corto plazo.  A largo plazo ese impacto es relativamente pequeño respecto al potencial de apreciación de la deuda de EE. UU. respecto de la europea”, argumenta el gestor.  

La clave está en que el potencial de mayor rentabilidad de la deuda europea por encima de la liquidez es muy bajo, mientras que en deuda de EE. UU. es bastante interesante. Como bien apunta Sánchez Balcázar el diferencial de rentabilidad a vencimiento entre la deuda alemana y la de EE. UU. es de alrededor de 1,85% y a medio plazo puede situarse en 1,25 a 1,5%, dado que la Reserva Federal está más dispuesta a mantener los tipos de interés reales más altos, mientras que el BCE se ha detenido en tipos de interés reales solo ligeramente positivos.  

Retos y volatilidad

Por supuesto, esa rentabilidad atractiva no está exenta de riesgos. El gestor reconoce el deterioro del déficit fiscal en EE. UU. Recordemos que el pasado 1 de agosto de 2023 la agencia Fitch rebajó el rating del Tesoro estadounidense. Sin embargo, la reacción del mercado entonces fue bastante templada. “El problema es que no existe otro refugio tan líquido, accesible y confiable como la deuda del Gobierno de EE. UU. El Tesoro estadounidense es la reserva global”, argumenta.

No hay alternativas. “Estados Unidos sigue siendo la mayor economía y el mayor mercado de crédito mundial”, sentencia el gestor. Ni siquiera el bono alemán sería comparable por nivel de volumen de negociación. En contraste, la deuda de EE. UU. es muy abundante y disponible. “Es posible emitir deuda en dólares fuera de EE. UU. y conseguir suficiente demanda. El dólar sigue siendo moneda de reserva y de financiación mundial”, insiste.

También es un reto la resistencia de la inflación del país a seguir bajando rápidamente. Unos precios que siguen elevados principalmente por la presión del sector servicios. “Las rentas equivalentes en el índice de precios al consumo, es decir, la estimación de lo que se pagaría en alquiler según el precio de los inmuebles, han bajado muy lentamente y siguen altas. Los precios de otros servicios, sobre todo en salud, han estado subiendo y se han mantenido relativamente altos”, apunta Sánchez Balcázar.

En su opinión, esto es un desafío a corto y medio plazo para la Reserva Federal, que no quiere perder credibilidad bajando los tipos de interés demasiado rápido con la inflación aún por encima de su objetivo, pero que no quiere generar una recesión. “En el balance tienen que seguir siendo creíble”, insiste el experto.

Impacto de las elecciones

¿Cómo pueden afectar los comicios de finales de año? En caso de victoria de Trump el gestor ve probable que el partido Republicano tenga mayoría en el Senado y pueda tenerla en la Cámara de Representantes. “Así que lo primero que haría Trump en enero de 2025 es extender los recortes de impuestos que hizo en 2018, lo que tendrá impacto negativo en el déficit fiscal”, vaticina.

Pero si gana Biden u otro candidato Demócrata va a ser difícil que tenga mayoría en el Senado y puedan prolongarse los impuestos que Trump introdujo en 2018.  En ese caso habrá presión para reducir el déficit. “El caso es que el gasto del Gobierno ha sido el protagonista del crecimiento de la economía de EE. UU. desde COVID.  Ahora los consumidores han gastado el exceso de ahorro de la pandemia y solo queda el gasto gubernamental, sobre todo en salud, educación, infraestructuras y transporte”, comenta el experto.

Dicho esto, ninguna de las dos opciones genera preocupación por el déficit. “Ambos partidos son expansionistas, si bien por diferentes razones”, recuerda Sánchez Balcázar.  El partido Demócrata quiere aumentar impuestos a los mayores patrimonios, redistribuir los ingresos y aumentar gasto público, sobre todo en infraestructuras. En el caso Republicano la idea es mantener impuestos bajos, reducir el tamaño del Gobierno Federal y devolver mucha discrecionalidad a los Estados locales, sobre todo educación y salud -incluso en asuntos controvertidos como el aborto, que divide mucho en EE. UU.

Ambos querrán aumentar el gasto, pero es algo que no será posible en el caso de un gobierno Demócrata.  Además, el efecto macroeconómico del gasto será muy diferente según gane el partido Republicano o el Demócrata, es decir, si se enfatiza la bajada de impuestos o el gasto en infraestructuras. Una bajada de impuestos no tendrá un efecto tan fuerte como hasta ahora ha sido el caso con el gasto en infraestructuras, educación, salud y transporte”, concluye.