La inteligencia artificial está transformando todos los sectores de la economía a una velocidad sin precedentes. La responsable de IA en EMEA en Microsoft detalla cómo esta tecnología ha avanzado desde sus inicios en los años 50 hasta las últimas innovaciones en modelos generativos.
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En el Workshop FundsPeople: el Día de los Selectores de Fondos, Invesco invitó a Elena González-Blanco, responsable de IA para EMEA en Microsoft, quien comenzó señalando que la IA no es un concepto nuevo. Desde que Alan Turing publicó "Computing Machinery and Intelligence" en 1950, la IA ha tenido hitos importantes, como los algoritmos basados en reglas, el auge de las redes neuronales y la revolución del aprendizaje profundo desde 2015.
Sin embargo, el verdadero salto cualitativo llegó en 2021, cuando la tecnología empezó a ser utilizada exponencialmente. La experta explicó que “fue en 2021 cuando todo dio un salto, la tecnología empezó a funcionar mucho mejor y los usuarios empezaron a utilizarla exponencialmente".
El crecimiento exponencial de los datos, la clave del avance
Uno de los factores cruciales en el avance de la IA ha sido la cantidad masiva de datos disponibles para entrenar estos modelos. La experta destacó que "cada año se generan más datos que todos los años anteriores combinados", lo que ha permitido que modelos como GPT-4, entrenado con 18 trillones de datos, ofrezcan respuestas cada vez más precisas. Esta explosión de información ha sido fundamental para mejorar la capacidad de los sistemas.
En el centro de esta revolución están los Modelos de Lenguaje de Gran Escala (LLMs). Estos, como GPT-4, son capaces de generar texto de manera coherente y relevante gracias a su arquitectura basada en transformers. Sin embargo, la experta aclaró que estos modelos no "piensan" ni "razonan" como los humanos: "El modelo no tiene inteligencia. Es una máquina estadística que realiza un análisis probabilístico de cuál es la siguiente palabra más probable".
Velocidad, eficiencia y productividad: el impacto empresarial
Uno de los puntos clave que González-Blanco enfatizó fue el impacto de la IA en la productividad empresarial. Actualmente, la IA realiza tareas que antes requerían grandes equipos y tiempo. Un ejemplo claro es la revisión de documentos extensos, que antes tomaba días y ahora se puede hacer en minutos.
La capacidad de analizar texto no estructurado o realizar búsquedas semánticas eficaces abre nuevas oportunidades, especialmente en sectores como el legal o el financiero. Un ejemplo claro es el ahorro de tiempo en la revisión de documentos largos, donde la IA puede reducir días de trabajo a unos pocos minutos.
Además, la IA está transformando sectores como la publicidad, el marketing y el desarrollo de software. Por ejemplo, GitHub Copilot ha incrementado la productividad de los programadores en un 60%. También se destacó cómo la IA ayuda a personalizar la experiencia del usuario en plataformas como Netflix o Spotify, lo que ahora es posible en otras industrias.
Modelos más pequeños y eficientes: la nueva tendencia
A pesar de la creciente potencia de los grandes modelos, González-Blanco también subrayó una tendencia interesante: el desarrollo de modelos más pequeños, como los modelos Phi, que son más eficientes energéticamente y más fáciles de implementar en dispositivos móviles y con menor coste operativo.
Estos modelos, que funcionan de manera más rápida y con menos recursos, están abriendo nuevas posibilidades para el despliegue de inteligencia artificial en áreas con menos capacidad de computación o en dispositivos más pequeños, lo que supone una gran oportunidad para mercados emergentes.
Retos y oportunidades futuras
Elena González-Blanco concluyó su su intervención abordando los principales retos de la IA. Entre ellos, la creciente regulación en Europa, que podría ralentizar el avance de nuevas tecnologías, y el alto consumo energético de los modelos actuales, que ha superado la "ley de Moore". Sin embargo, según la experta, el verdadero desafío es la adopción empresarial. Aunque la tecnología ya está madura, las empresas necesitan entender cómo aplicarla para transformar sus modelos de negocio.
La presentación finalizó con una nota optimista: “La inteligencia artificial es cosa de todos. Su potencial es ilimitado, pero depende de nosotros entender su funcionamiento para que la magia ocurra”. Con estas palabras, González-Blanco dejó claro que el futuro de la IA será cada vez más profundo en todos los sectores de la economía.