Emergentes: las lecciones que han aprendido los gestores en estos años de vacas flacas

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Un cóctel de acontecimientos de dominio público – cambios en la política de la Fed, conflictos geopolíticos, desaceleración en China, desplome del petróleo- ha provocado que los últimos tres años hayan sido de “vacas flacas” para los países en vías de desarrollo. Devan Kaloo, responsable de renta variable emergente de Aberdeen, reconoce que China, la política monetaria en los países desarrollados y el estado de los beneficios de las empresas locales han sido los tres factores que han generado ansiedad entre los inversores. "Sería ingenuo restar importancia a la gravedad de estos vientos en contra. Sin embargo, es igualmente perjudicial centrarse en los aspectos negativos y perder la visión de un contexto más amplio y más equilibrado. Sí, hay varios problemas en China, pero el país tiene varios puntos fuertes a su favor también, como una tasa muy elevada de ahorro y unos hogares poco endeudados. La política monetaria puede haber pesado sobre las divisas de los mercados emergentes, pero esto ha animado a hacer ajustes muy necesarios en las cuentas de muchos de estos países. Y los beneficios son mucho más alentadores de lo que parece a primera vista: si dejamos al margen las empresas de materias primas y analizamos los beneficios  en términos de moneda local en lugar de dólares estadounidenses, la cifra de 2015 tiene en realidad probabilidades de situarse por encima del 10%".

Kaloo no es el único que piensa que, si se mira por debajo de la superficie, es posible encontrar esas señales de estímulo. Los gestores de activos emergentes reivindican que 2016 va a ser distinto. Claus Borm, gestor de Franklin Templeton Investments, explica que los flujos hacia emergentes han sido muy negativos en los últimos cinco años (salvo en 2012). Sin embargo, observa que en 2016 “los flujos están mejorando, sobre todo entre febrero y marzo”. Cree que esta reversión se debe a que los emergentes “están muy baratos en comparación con los desarrollados, sobre todo porque su precio sobre valor en libros (1,3 veces de media) está por debajo de la media histórica”. Por tanto, la tríada compuesta por el cambio de tendencia de los flujos, el sentimiento negativo y las bajas valoraciones son los indicadores que Borm considera claves para identificar un punto de entrada en estos mercados: “Hay que ser anticíclicos en mercados emergentes”, declara.

Estas afirmaciones son tan válidas para la renta variable emergente como para la renta fija. El estratega sénior y gestor de renta fija emergente de BlackRock, Pablo Goldberg, destaca el hecho de que “los inversores mundiales siguen infrainvertidos en deuda de mercados emergentes” que, sin embargo, “representa uno de los pocos segmentos de la renta fija global que ofrece rentabilidad en el entorno actual” (leer más).

Desde Carmignac, el gestor Xavier Hovasse afirma haber aprendido una importante lección en estos últimos años. Una enseñanza que ha tenido una influencia directa sobre la gestión de la cartera del Carmignac Emergents, uno de los fondos consistentes de Funds People: “No creo que el stock picking sea más importante para conseguir alfa diferenciado. De hecho, creo que la gran lección de los últimos dos años es que invertir en emergentes no tiene nada que ver con el stock picking, sino con la macro y el riesgo político”. Pone como ejemplo de esta afirmación el cambio de gobierno en Argentina: “Argentina fue la única sorpresa buena de 2015 en los mercados emergentes. Hemos comprado Mercado Libre, que es un valor del sector del consumo. Yo pensaba que no podría comprar nada en Argentina por el momento y lo he hecho”.

Otra de las lecciones que ha aprendido el gestor es que “la lucha contra la corrupción es un beneficio en el largo plazo, pero un daño en el corto plazo porque siembra el miedo, se han reducido las inversiones y se han registrado muchas fugas de capital de gente corrupta que se va del país”. Para Hovasse, China ha sido un ejemplo claro: “China estaba gestionando muy bien los riesgos para su economía. No era perfecto, había mucho crédito y el sector bancario no estaba apoyando necesariamente a los sectores adecuados, pero lo estaban haciendo bien y emprendieron una campaña anti corrupción que funcionó”.

Cambios estructurales 

La tercera lección de Hovasse tiene que ver con la propia naturaleza del universo emergente, de qué bases viene y hacia dónde se dirige: “Cada vez estoy más convencido de que la distinción entre mercados desarrollados y mercados emergentes es muy cuestionable”. En cambio, afirma que existen una serie de distinciones que pueden ser mucho más relevantes para los inversores, “como por ejemplo entre importadores y exportadores de petróleo por las grandes oscilaciones de los precios: si el petróleo sube, Canadá y Rusia son los grandes beneficiados; si el petróleo cae es bueno para India”. Otra posible distinción es entre economías con superávit y economías con déficit por cuenta corriente: “Las economías deficitarias son más dependientes del coste global sobre el capital, porque necesitan capital para financiar su economía, mientras que las economías con superávit no lo necesitan, están en una posición mejor”.

Es una opinión con la que coincide  Steve Drew, responsable de deuda corporativa emergente de Henderson: “Vemos un cambio de percepción entre emergentes y desarrollados. Han sido tratados hasta ahora como dos universos diferentes, pero esta diferencia es cada vez más baja porque los fundamentales se están equiparando, aunque también hay que tener en cuenta la volatilidad”. En una entrevista reciente con Funds People, Drew también describía un proceso de mayor diversificación y sofisticación de las clases de activos emergentes: “En los próximos diez a quince años, hablaremos de la categoría high yield chino como hablamos actualmente del high yield estadounidense o el europeo”, en la creencia de que “la deuda emergente evolucionará y dará lugar a partes separadas de activos” (leer más).

Desde Franklin Templeton, Claus Borm llama la atención sobre el hecho de que los emergentes siguen sin estar bien representados dentro del universo mundial: “Esta clase de activo no es una parte nicho de la economía, es una parte importante de la economía mundial y va a ganar más ponderación por PIB y por capitalización en los próximos años”, asegura (entre 1994 y 2014, la aportación de los emergentes al PIB mundial ha aumentado hasta el 32%).

En consecuencia, el incremento de la representación de los emergentes en los principales índices tendrá un impacto significativo sobre las carteras de los inversores, habida cuenta de que los países en vías de desarrollo aportan un 30% aproximadamente a la capitalización pero “en el mejor de los casos, los índices de emergentes reflejan un 10%, por lo que si inviertes en línea con el índice – que están construidos con criterios de free float- no tendrás una cartera bien representada”, asevera el gestor.

Un cambio significativo en este sentido ha sido la decisión reciente de MSCI de considerar la introducción de las acciones chinas clase A en su índice MSCI World; este paso llega después de que se haya aprobado la próxima inclusión en el índice de acciones chinas que cotizaban en otros parqués, como es el caso por ejemplo de Alibaba en EE.UU.. “La inclusión de las acciones clase A es un paso muy válido, ofrece un acceso más fácil a los inversores para este mercado, que es muy importante porque es grande, activo y con diversidad”, asevera Borm. Actualmente, China supone entre un 2% y un 3% del índice mundial, lo que el gestor califica como “una ponderación extremadamente baja tratándose de la segunda economía mundial, sobre todo porque EE.UU. representa un 58% del índice”.