Emergentes: ¿quién puede ser el siguiente en caer?

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Foto: -Merce-, Flickr, Creative Commons

La ralentización de la economía china y la caída de los precios de las materias primas, junto con los riesgos políticos, ya se han cobrado como víctimas a Brasil – que perdió el grado de inversión en 2015- y recientemente Polonia, después de que S&P rebajase su rating en su escalón el pasado 15 de enero, hasta BBB+, basándose en factores de riesgo político. Dado que las tendencias macro anteriormente expuestas seguirán con toda seguridad dominando los mercados, desde AXA IM el analista Manolis Davradakis analiza quién puede ser el siguiente en caer en esta delicada red de interconexiones dentro del mundo emergente. 

Son varios los candidatos, pero para Davradakis quienes tienen más papeletas para perder el grado de inversión son Sudáfrica (rating Baa2 de Moody’s con perspectiva negativa, rating BBB- de S&P con perspectiva negativa y rating BBB- de Fitch con perspectiva estable) y Turquía (rating Baa3 de Moody’s con perspectiva negativa, rating BB+ de S&P con perspectiva negativa y rating BBB- de Fitch con perspectiva estable). “Sus CDS ascendieron a una tasa similar a los CDS brasileños a cinco años antes de su degradación a bono basura a mediados de diciembre de 2015”, indica el analista, que también opina que “una Fed más dovish reduciría la probabilidad de una rebaja de rating, particularmente en Turquía”. 

A continuación, el analista pasa a analizar la dependencia de estos países a las materias primas, el estado de sus finanzas, los niveles de inflación y en dónde se encuentran sus tipos de cambio. En primer lugar, Davradakis afirma que “Sudáfrica está significativamente más expuesta a los precios de las materias primas que Turquía, tanto directa o indirectamente a través del comercio con exportadores de materias primas”. De hecho, las exportaciones de materias primas suponen el 48% de todo lo que exporta el país, equivalente a un 12,3% del PIB. Asimismo, el analista opina que “Sudáfrica está más expuesta a la caída de los precios de las commodities que Brasil”, pues en el segundo caso las exportaciones de materias primas suponen un 63% de todas las exportaciones o un 8% del PIB. En cambio, las exportaciones de materias primas suponen sólo un 19% de todo lo que exporta Turquía, equivalente a un 4% de su PIB. 

Siguiendo con la comparativa entre Sudáfrica, Turquía y Brasil, el analista indica que en los tres casos se han podido ver indicios de hiperinflación, especialmente en Brasil y Turquía. En el primer caso, la inflación está casi seis puntos porcentuales por encima del objetivo fijado por el banco central brasileño, mientras que en el caso turco la inflación ha rebasado en un 3% el objetivo.  En cambio, en Sudáfrica el coste de la vida está casi en línea con el objetivo de su banco central. 
“De aquí en adelante, es probable que la inflación se acelere en Turquía tras el incremento del 30% del salario mínimo, que se espera que añada un 1,5% a la inflación de acuerdo con su banco central”, indica el experto de AXA IM. Éste considera no obstante que el impacto sobre el crecimiento puede ser discutible, puesto que las empresas pueden optar por sustituir a los trabajadores con mayores costes laborales por mano de obra que salga más barata. 

Otro paralelismo entre Sudáfrica y Turquía viene de la mano de sus respectivas divisas, que se han depreciado frente al dólar en tasas de doble dígito. En concreto, el rand sudafricano cedió un 34% interanual en 2015 y la lira turca un 25%, mientras que el real brasileño perdió un 49%. “De hecho, la depreciación del rand y la lira fue la mayor entre los países con rating BBB-“, afirma el experto de AXA IM. A su vez, esta depreciación contribuyó a estrechar el déficit comercial de ambos países. 

Posibles desencadenantes de una rebaja de rating

“Se podría desencadenar una rebaja en Sudáfrica tras el anuncio del presupuesto gubernamental de 2016, que será presentado al parlamento el 24 de febrero. Cualquier desviación de la estabilización de la deuda pública y el recorte del déficit de gobierno  (el déficit presupuestario fue del 4% en 2015, y la deuda pública bruta equivalió al 50% del PIB) podría impulsar una rebaja del rating soberano”, asegura el analista. 

En cambio, en el caso de Turquía, el analista indica que el motivo de la pérdida del grado de inversión sería con mayor probabilidad el “el riesgo político debido al debate que atañe a  las inminentes enmiendas constitucionales sobre los poderes ejecutivos del Presidente de la República de Turquía”. 

Dicho esto, Davradakis comenta que “el riesgo de una rebaja hasta bono basura es más pronunciado para Sudáfrica que para Turquía, pues el desencadentante es más tangible para el primero que para el segundo”.