“En el universo de small y mid caps americanas existen ineficiencias que las hacen muy atractivas para la inversión”

JennyJones
Foto cedida

Aunque el tapering provocó una salida momentánea de dinero del universo de empresas de pequeña y mediana capitalización, este ha sido un movimiento que ha durado poco en el tiempo. “El inversor prefiere invertir en empresas de gran tamaño y opta por el segmento de pequeña y mediana capitalización como segunda opción, lo cual es una estrategia que  tiene sentido. Sin embargo, muchas de las compañías que integran los índices Russell han ofrecido una atractiva rentabilidad ajustada al riesgo, que a menudo ha superado a la de las large caps”, asegura Jenny Jones, responsable de compañías de pequeña y mediana capitalización de EE.UU. en Schroders.

En una presentación celebrada en Madrid, la experta asegura que en el universo de small y mid caps americanas existen ineficiencias que las hacen muy atractivas para la inversión. “La cobertura que hacen los analistas en este segmento de mercado se va reduciendo a medida que vamos bajando en el universo siguiendo criterios de capitalización bursátil. Esta menor cobertura te permite encontrar ineficiencias que otros no hallan. El hecho de que el mercado no esté recogiendo toda la información, las ‘steady eddies’ (compañías que no crecen rápido pero sí de manera estable) y la inversión a largo plazo son los pilares sobre los que se cimenta nuestra estrategia”, afirma.

Aunque desde su creación en 2005 el Schroder US Small & Mid Cap ha ofrecido una rentabilidad anualizada del 8,8%, dos décimas por encima del Russell 2500, el fondo ha sufrido a lo largo de los últimos 12 meses un retorno del 24,2%, cinco puntos por debajo del índice de referencia. Esto ha sido así por el porcentaje que el gestor reserva a liquidez, actualmente del 7,8%. “Somos conscientes de que gestionamos un fondo que en periodos de rally, en el que el mercado suba más de un 20%, nos vamos a quedar por debajo. Sin embargo, también sabemos que la naturaleza de las compañías en las que invertimos nos da cierta protección en periodos de caída o mercados planos”, indica.

Entre el 50% y el 60% de la cartera lo invierten en compañías que, a pesar de estar experimentando un periodo de crecimiento, el mercado no las ha puesto en precio. Son las empresas que se suelen comportar mejor en periodos de subida de los mercados. Entre el 20% y el 50% lo reservan para compañías con un crecimiento estable y con fuertes flujos libres de caja. Este segmento centra la parte core de la cartera. Finalmente, está el espacio (0-20%) que el equipo gestor destina a aquellas empresas que han registrado ‘profit warnings’, pero que pueden volver a ver aumentar su beneficio. Se trata de la parte de mayor riesgo de la cartera.

A la hora de analizar compañías, Jones afirma que lo primero que hace el equipo es tratar de entender el modelo de negocio. “Lo importante es saber si es sostenible, las barreras de entrada, las ventajas competitivas que presenta... Entender el modelo de negocio es fundamental. Entre los aspectos concretos a los que prestamos atención están las necesidades de capital que tiene la compañía, la dinámica del negocio, cómo genera los ingresos…Todo ello nos sirve para conocer mejor los riesgos y hacer una criba en nuestro universo de inversión”, explica. A nivel sectorial, el equipo sobreponderan tecnología, sanidad y materiales, en detrimento de servicios financieros consumo no cíclico.

Según explica Jones, la selección sectorial ha añadido valor en seis de los nueve sectores. El hecho de haber infraponderado el sector financiero y las utilities también ha tenido un resultado positivo en el performance attribution. Por el contrario, además de la importante posición en liquidez, lo que más ha restado al fondo es el hecho de haber infraponderado bienes de consumo básico. De cara al futuro, la intención de los gestores del fondo es ir incrementando paulatinamente el peso de las ‘steady eddies’. “El número de valores en nuestro universo se ha reducido en los últimos 15 años hasta prácticamente la mitad, al pasar de las más de 6.000 a las poco más de 3.000”.

La responsable de compañías de pequeña y mediana capitalización de Estados Unidos en Schroders reconoce que el universo de inversión se ha reducido mucho. “Necesitamos nuevas compañías que entren dentro de los mercados de capitales”, afirma Jones. De no ser así, el número podría incluso decrecer si se reanuda el proceso de fusiones y adquisiciones. “Es indudable que el número de operaciones corporativas es menor que años atrás. Sin embargo, no sería raro pensar en una reanudación de las operaciones de M&A si tenemos que cuenta que las posiciones de caja de las empresas de gran capitalización está en niveles máximos”, indica.