¿En qué invierte un fondo de renta fija que ya gana un 18% este año?

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sgym@BMX, Flickr, Creative Commons

Después de un año en el que todas las clases de activos cerraron en negativo, 2019 ha dejado la puerta abierta a obtener retornos positivos. Y de qué manera. Hay un fondo de renta fija español que ya gana un 18% este año, Serendipity Structured Credit Fund, más que duplicando al siguiente mejor. Un producto dirigido a inversores profesionales e institucionales cuya inversión mínima es de 100.000 euros.

¿Cómo es posible? En primer lugar, una de las claves que hay que tener en cuenta es que este mismo producto perdió más de un 15% en 2018 y que el tiempo, además, favorece al fondo porque a medida que se acerca el vencimiento de algunas posiciones va acercándose a la rentabilidad esperada, que es del 10% anual.

Se trata de un FIL con carácter global que está asesorado por la EAFI unipersonal de Francisco Galiana Guiu. El fondo invierte en el mercado europeo de tramos junior de índices de crédito. Se especializa, por tanto, en un producto puramente bancario que es utilizado por bancos fundamentalmente para cubrir los márgenes de intermediación de sus carteras de préstamos a grandes empresas europeas. 

En esta operativa, Serendipity Structured Credit Fund funciona como contrapartida tomando una exposición directa en este tipo de riesgo (riesgo de préstamos o bonos de grandes empresas europeas). Para ello, el instrumento subyacente de referencia es el índice sintético europeo de crédito, el iTraxx Main, compuesto por 125 empresas europeas de primer nivel (100 empresas no financieras y 25 financieras) y con elevada calidad crediticia, ya que todos los componentes tienen inicialmente una calificación crediticia de grado de inversión (rating mínimo de BBB-).

El término sintético, cuenta Galiana, hace referencia a que se utilizan derivados y no préstamos reales, “lo que desde el punto de vista de inversión es una enorme ventaja porque permite que el peso relativo en el índice de cada uno de los componentes sea el mismo, que todas las exposiciones de riesgo tengan el mismo vencimiento y que en el caso remoto de un evento de crédito (una quiebra, por ejemplo) sea posible liquidar el contrato subyacente en muy poco tiempo, estandarizando de esta forma los términos y condiciones de la inversión a realizar”.

El mayor factor de riesgo de este producto es el de default  o quiebra de alguno de los nombres del índice en el que invierte. No obstante, este queda mitigado porque, aunque invierte en el mercado de titulizaciones sintéticas en el tramo de primera pérdida, la cartera subyacente es de gran calidad crediticia. “Lo que hace la inversión atractiva es que en más de 15 años de historia de este tipo de productos y en la mayor crisis económica y financiera en Europa solo ha habido dos eventos de crédito que nunca coincidieron en el tiempo. El primero, en 2009, tuvo una recuperación del 80% y el segundo, en 2016, no hubiera tenido impacto en el plazo de 5 años, que es el vencimiento de referencia del fondo. En definitiva, el impacto en el fondo hubiera sido marginal y las rentabilidades, solo de crédito, muy cercanas a las objetivas del fondo”, arguye.

 

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Estos tramos de primera pérdida alcanzan rentabilidades a día de hoy que superan el 10% anualmente a plazos de referencia de 5 años, explica Galiana, que subraya que “son productos de renta fija (que tienen un vencimiento determinado y fijo) pero tienen características también de renta variable al poder compararse su estructura con las acciones de un banco con un balance simplificado”.