“Es improbable que el increíble comportamiento de los mercados en los últimos años vaya a repetirse en el futuro”

Retrovisor, réplica, pasado, track record
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Después de todo lo que se ha escrito en los últimos años sobre el Standard Life Investments Global SICAV Global Absolute Return Strategies Fund (GARS), ¿cómo se podría describir rápidamente la esencia de este producto? “El GARS es un fondo de retorno absoluto que es fundamental en su naturaleza e incluye puntos de vista sobre la inversión de largo plazo. Está muy diversificado, ya que busca generar retornos a partir de la inversión en un amplio abanico de estrategias, y tiene libertad para adaptar su posicionamiento y las asignaciones en función del entorno de mercado” resume William Martínez, especialista de productos multiactivos de Aberdeen Standard Investments.

Este producto, calificado como Blockbuster Funds People, ha destacado históricamente por su gestión del riesgo. La idea es generar una rentabilidad del efectivo más 5% antes de comisiones en un periodo de tres años consecutivos, con unos niveles muy controlados de volatilidad; desde su lanzamiento, sólo ha incumplido este mandato en 2008 y 2016. “El fondo no es un proxy de la renta variable, es una inversión más estable. No se busca maximizar los retornos; el fondo no va a incrementar el riesgo después de un periodo de retornos negativos, y no va a reducirlo después de registrar un periodo de retornos positivos”, aclara el experto.

Martínez añade que, aunque el horizonte de inversión variará en función de las necesidades de cada cliente, en líneas generales y para el marco de la inversión multiactivo, “puede ser atractivo invertir a tres años vista por dos motivos”. El primero de ellos, porque la mayoría de participantes del mercado suelen tener un enfoque más cortoplacista, “por lo que vamos a encontrar más oportunidades de inversión en las áreas menos atestadas de gente”. El segundo, porque al tener un horizonte más extenso, “se incrementa la probabilidad de éxito de nuestros puntos de vista sobre la inversión; en horizontes de inversión más cortos, se incrementa la aleatoriedad”.

Preocupaciones macro

Uno de los principales temas macro reflejados actualmente en cartera es la visión de que las divisas emergentes batirán en rentabilidad a las desarrolladas. En consecuencia, durante los últimos meses se han cerrado la mayoría de posiciones largas en dólares, y en cambio se ha implementado una cesta de bonos soberanos de mercados emergentes denominados en monedas locales, manteniendo el riesgo divisa, y la han combinado con posiciones más específicas, como largos en rupias indias y cortos en francos suizos. Esto no quita para que haya algunas posiciones en divisas desarrolladas en cartera, con la misión de aportar correlación negativa como por ejemplo largos en yenes y cortos en wons coreanos.

Otro gran tema macro es el rumbo hacia la normalización monetaria por parte de la Fed y el BCE. “Nos estamos dirigiendo gradualmente hacia un territorio desconocido”, comenta Martínez al respecto. El escenario con el que trabaja el equipo gestor es “una reducción moderada de las políticas monetarias de emergencia, que la Fed suba los tipos de interés tres veces en 2018 y que el BCE empiece a reducir su QE”. Todo ello en un contexto donde continuarán las siguientes tendencias: crecimiento económico sincronizado a nivel global, bajos niveles de volatilidad, rentabilidad de los beneficios corporativos al alza, bajas presiones sobre los costes e inflación muy apagada. “Han sido todas ellas condiciones excepcionalmente benignas para los activos de riesgo. El interrogante de aquí en adelante es cómo reaccionarán los mercados a la retirada de los estímulos, especialmente porque por primera vez vamos a tener varios bancos centrales haciéndolo al mismo tiempo”, matiza Martínez.

En el capítulo de riesgos, el especialista cita el riesgo geopolítico, el gran interrogante que representa la implementación de la reforma fiscal de Donald Trump y tres hechos inéditos: los niveles persistentemente bajos de la volatilidad, el regreso de los diferenciales de crédito a niveles pre crisis, y la acumulación de seis trimestres consecutivos de crecimiento positivo de los beneficios, “algo que no se ha visto en los últimos 20 años”. La creencia del equipo gestor es que “es improbable que el increíble comportamiento de los mercados en los últimos años vaya a repetirse en el futuro”.

El especialista se muestra preocupado asimismo por los signos de complacencia en los mercados: “Los niveles tan bajos de volatilidad realizada de las acciones y lo limitado de las caídas ha generado entre los inversores la percepción de que la renta variable es menos arriesgada de lo que es en realidad. Aunque históricamente las correcciones de la renta variable pueden alcanzar el 15% - 18%, este año hemos visto correcciones de sólo el 6-7%. Esto está fomentando una actitud más centrada en la generación de retornos y menos orientada en la gestión del riesgo”. Entre las estrategias empleadas por el equipo para poder generar alfa en este contexto de baja volatilidad se incluye la implementación de posiciones a través de opciones y derivados, con las que beneficiarse de los bajos niveles de volatilidad implícita en opciones de largo plazo, o una estrategia diseñada para monetizar el diferencial entre la volatilidad implícita en las opciones de corto plazo con respecto a la volatilidad realizada, un diferencial atractivo ya sea en entornos de baja o alta volatilidad.

Construcción de la cartera

La respuesta del equipo gestor del GARS ha pasado por la búsqueda de estrategias “que tengan la habilidad para buscar muchos motores diferentes de crecimiento”, combinarlas con coberturas sobre activos menos tradicionales y controlar férreamente el riesgo. “Aproximadamente la mitad de la cartera está invertida en estrategias largas, con posiciones en renta variable estadounidense y en Corea del Sur, largos en deuda emergente, algo de exposición a high yield o en REITS globales, donde hemos vuelto a invertir después de algún tiempo”, explica el experto.

La otra mitad de la cartera invierte en estrategias de valor relativo, con las que el equipo expresa sus puntos de vista sobre valoraciones y riesgos. Aquí van algunos ejemplos: cortos en bunds alemanes y largos en gilts británicos, cortos en renta variable brasileña y largos en renta variable emergente, o largos en bancos europeos respecto a la media del mercado. Con esta última exposición  se pretende incrementar el sesgo de la cartera hacia los bancos para beneficiarse de una normalización progresiva de la política monetaria y de la reevaluación de las expectativas de los mercados en cuanto a los beneficios del sector bancario.