¿Es la inversión en depósitos el lastre del crecimiento en Europa?

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Charles on Unsplash

En lo mejor de la recuperación de los mercados tras la crisis de 2008, los inversores particulares siguieron refugiando su dinero en los depósitos. Ni fondos de inversión, ni acciones, ni planes de pensiones, ni seguros. El ahorro de los hogares europeos en la última década crecido principalmente en depósitos. Y el coste de oportunidad es significativo. Según cálculos de la Asociación Europea de Fondos y Gestoras (EFAMA, por sus siglas en inglés), la riqueza de los hogares europeos podría ser 1,2 billones de euros mayor hoy si tan solo hubieran reducido su participación en depósitos del 41% al 30% e invertido más en fondos de bolsa y bonos en 2018-2019.

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Es cierto que desde 2008 hasta 2015 el peso de los depósitos en porcentaje de la riqueza de los hogares fue menguando. Y llegó a suponer menos del 20%. Pero en los últimos cinco años ha vuelto a crecer hasta rozar de nuevo el 40% de su riqueza el año pasado. “Las estadísticas sobre la composición media del ahorro de los hogares en Europa sobrestiman cuánto invierten los ciudadanos en instrumentos del mercado de capitales. La realidad es que mientras algunos hogares invierten cantidades sustanciales, la gran mayoría de los hogares europeos no ahorra vía activos directos en absoluto”, identifican desde EFAMA.

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Y las consecuencias de que el depósito sea el vehículo de inversión por excelencia no solo tiene que ver con el coste de oportunidad en rentabilidad perdida para el ciudadano directo. En opinión de la asociación, es también un lastre para el crecimiento de Europa. “Hay una correlación negativa general entre el nivel de desarrollo económico de un país y la participación de la riqueza financiera en depósitos bancarios”, afirman en el reciente informe Household Participation in Capital Markets.

Según calculan, se podría poner a disposición casi 1,6 billones de euros para financiar la economía europea y el crecimiento sostenible, si los hogares europeos redujeran en 5 puntos porcentuales la proporción de su riqueza financiera en depósitos. “Esto subraya el enorme impacto que tendría una mayor participación minorista en los mercados de capitales sobre la financiación de las empresas europeas, al tiempo que demuestra que los hogares podrían beneficiarse simultáneamente mediante un aumento de la rentabilidad de sus ahorros a largo plazo, asegurando así mejores ingresos de jubilación”, insisten.

Los países con la menor proporción de depósitos tienden a tener la mayor proporción de riqueza financiera invertido en fondos de pensión. Según concluyen, esta situación refleja esfuerzos políticos duraderos en estos países para lograr una alta cobertura de las pensiones financiadas mediante acuerdos obligatorios o cuasi-obligatorios. “Son pocos los hogares que invierten en los mercados de capitales sin que les empujen u obliguen a hacerlo”, identifican. Es una conclusión que confirma la última encuesta del Banco Central Europeo. Si bien los hogares europeos tienen el 10% de su ahorro en fondos de inversión, solo el 10% invierte en fondos. O lo que es lo mismo, un pequeño grupo de hogares invierte mucho en fondos.

Numerosos estudios en varios países europeos ayudan a identificar el miedo a una pérdida en la inversión como el principal motivo de esa baja participación en los mercados. Y en parte es comprensible. Los hogares europeos tienen aún recientes las cicatrices de grandes caídas como la de la burbuja punto com, la financiera de 2008 y la del euro en 2012. Pero en parte la regulación no ha trabajado para subsanar las carencias.

“En general, el marco regulatorio tiende a estar sesgado hacia los depósitos bancarios, ya que tener una cuenta bancaria se considera un servicio bancario básico. Las inversiones en instrumentos del mercado de capitales, sin embargo, requieren seguir un procedimiento mucho más engorroso, que tiende a disuadir a mucha gente de dar este paso”, entienden desde EFAMA. “Si bien existen buenas razones para esto, tiene un impacto en la composición de la riqueza financiera de los hogares y su capacidad para aumentar sus ahorros y protegerlos contra la inflación”, insisten.