Romina Graiver, responsable adjunta de renta variable internacional de BNP Paribas AM
Japón no merece el descuento con el que cotiza actualmente y el proceso de recuperación moderada que está viviendo, apoyado en la fortaleza de sus empresas y en las exportaciones al Asia emergente, favorecerá un mercado bursátil que escenifica la amplificación del sentimiento mundial de turno (ahora negativo) debido a su dependencia exterior y que a lo largo de la historia ha llevado a los inversores a oscilar entre los extremos, a apostar por el todo o nada.
“Aunque no preconizamos una fuerte sobreponderación, resulta peligroso estar fuera porque los fundamentales no justifican el desamor de los inversores, al igual que en 2005 tampoco era lógica su pasión por el mercado nipón”, asegura Romina Graiver, responsable adjunta de renta variable internacional de BNP Paribas AM, convencida de que un incremento mínimo de los flujos garantiza un repunte importante, desde una posición negativa a una neutra, debido al desinterés que ha habido hasta el momento.
De hecho, el relevo económico mundial hace que el área asiática resulte un refugio frente a EEUU o Europa, situación de la que Japón puede sacar partido: “Es la forma más segura de jugar a los emergentes, con exposición a su crecimiento estructural y sostenible pero sin verse expuesto a la corrección de posibles burbujas en algún sector, si bien necesita más confianza y apetito por el riesgo que los demás, debido a la dependencia de las empresas japonesas en la economía mundial y a la mayor volatilidad de este mercado”, afirma.
Igual que en 2002
Graiver compara la actual situación actual nipona con la vivida a 2002 y cree que, al igual que en ese momento y a pesar de la deflación y el relativamente débil consumo interno, Japón podrá despegar gracias a las exportaciones. “Tras tres años dejado de la mano del inversor, Japón se verá impulsado por los sólidos resultados de sus empresas y por la sólida demanda externa China”, afirma. La diferencia con reside en la fortaleza el yen, que puede limar la competitividad, pero Graiver considera que este factor negativo se verá compensado por una demanda asiática mucho más fuerte que en 2003. Además, el país comenzó en 2007 a descontar una crisis financiera a la que no estaba expuesto de forma directa y amplificó las caídas en 2008, algo que no merecía teniendo en cuenta que contaba entre sus vecinos con los principales motores de crecimiento del momento.
Luces y sombras de la recuperación
El segundo catalizador de la recuperación serán las empresas locales, que han sido “capaces de adaptarse a la crisis y al nuevo contexto económico, ajustando su nivel de producción e inventarios, lo que denota una mayor disciplina”. Y eso, sin contar con que el PIB sigue en positivo, el consumo se mantiene relativamente estable gracias a las medidas de estímulo gubernamentales (especialmente destinadas a la compra de automóviles y electrónica de consumo), el paro está en niveles bajos y el sentimiento mejora, como muestra el índice Tan Kan. Con todo, la experta no olvida que el impulso de las empresas y las exportaciones propicia, más que un boom, una “recuperación moderada” en un contexto en que la economía doméstica sigue inmersa en una situación estructural de consumo débil y deflación, acompañado por el envejecimiento poblacional y el déficit, si bien, a diferencia de Europa, la deuda la tienen en su mayoría los propios japoneses, lo que disminuye el riesgo.
La gestión disciplinada y activa de Parvest Japan, partner de BNP cuyo equipo está liderado por Hubert Goyé y que cuenta con una experiencia de 20 años existencia (13 de los cuales bajo el mando de Goyé), utiliza una estrategia de stock picking a través de la cual elabora una cartera de alta convicción concentrada en unos 50 valores de alta capitalización (de un universo de entre 200 y 300 que excluye firmas más pequeñas para evitar problemas de liquidez) y totalmente invertida. El fondo cuenta con activos de 460 millones de euros a finales del primer trimestre 2010, una quinta parte del patrimonio de 2007, lo que muestra el comportamiento cíclico de los inversores. Con la excepción de 2008, la estrategia de BNP ha batido a su índice de referencia, el Nikkei 300, en todos los años de la década.
Su original gestión, llamada “model driven”, se basa en la aplicación en primer lugar de un modelo cuantitativo desarrollado por el equipo de gestión (en base a extensos backtests para identificar las constantes en el comportamiento de los inversores en el mercado japonés) para analizar el atractivo de las compañías en el universo de inversión. El modelo produce recomendaciones que son analizadas mediante un enfoque fundamental clásico por los analistas especializados en Tokio y por el gestor en París. Un modelo cuyos resultados han propiciado, en la fusión de BNP Paribas y Fortis, el traslado de su estrategia a la sicav de Japón de Fortis, así como la integración de un equipo de small y mid caps en el suyo, bajo el mando de su gestor jefe Goyé.
Sesgo cíclico moderado
En cuanto a los sectores que favorecen, sobreponderan recursos, industria básica y tecnología, es decir, cuentan con una exposición cíclica moderada. “Se trata de balancear o equilibrar el tema cíclico con valores de crecimiento ligados al mercado local o en áreas muy precisas como los videojuegos, que poco a poco hemos ido incorporando”, afirma Graiver.
El sesgo está orientado a sacar partido del contexto económico y el horizonte de inversión de la cartera es de medio plazo. “Lo importante es captar buenas tendencias y si el fondo esta bien posicionado, el modelo no recomienda hacer cambios, como fue ocurrió en el primer trimestre del año, lo que no impidió que el fondo batiera el índice en un 4% durante el periodo”, dice la experta.