¿Está el mercado subestimando a la Reserva Federal?

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International Monetary Fund, Flickr, Creative Commons

Cada vez más economistas incluyen en sus proyecciones la previsión de una subida de tipos de interés en la próxima reunión del Comité de Mercado Abierto (FOMC por sus siglas en inglés) de la Reserva Federal, programada para el 17 de septiembre. De cumplirse esta previsión, queda menos de un mes para que esto suceda.

Los economistas de Schroders (Keith Wade, Azad Zangana y Craig Botham) esperan que el precio oficial del dinero en EE.UU. sea del 0,75% a finales de año y que alcance el 2% a finales de 2016. Se trata de una expectativa que ha sido corregida a la baja, puesto que la previsión anterior del trío de expertos era de un 1% para finales de 2015 y del 2,5% al término de 2016. Lo justifican así: “El ritmo de endurecimiento es más lento del esperado previamente -con la Fed subiendo tipos en las reuniones que coincidan con conferencias de prensa-, para reconocer la subida del dólar y la caída de los precios de las materias primas, factores que deprimen las previsiones de inflación a corto plazo”. 

La clave de esta próxima subida es que “ahora el mercado no lo piensa. El mercado está poniendo en precio una probabilidad muy baja de que la primera subida de tipos sea en septiembre, pero creo que el mercado está siendo demasiado pesimista”, comenta John Bellows, gestor de Western Asset (filial de Legg Mason Global AM). “Los tipos de interés cero en EE.UU. se han aplicado en situaciones de emergencia y EE.UU. ya no está en esa situación”, continúa Belows. Su punto de vista es que “Janet Yellen quiere subir los tipos y deshacerse de estas políticas de emergencia”. “No quiere subir los tipos rápido ni abruptamente, no quiere dañar la recuperación ni a los mercados, pero creo que sí quiere ver a los tipos en algún punto más elevado de lo que están hoy”, añade. 

El gestor intenta aportar un mensaje tranquilizante sobre los planes del banco central: “La Fed va a ser muy cauta, tiene un sesgo muy dovish. Creo que van a proceder de una forma extraordinariamente prudente”. El único caso en el que cree que podría no comportarse así sería si se produjera un fuerte repunte de la inflación en EE.UU.: “Si viéramos una mayor inflación la Fed tendría que responder agresivamente, con más subidas de tipos, y esto causaría la alteración de la curva de tipos. No obstante, no pensamos que vaya a subir tanto la inflación, porque creemos que está estructuralmente bajo mucha presión. Los salarios no están subiendo muy rápido, globalmente estamos viendo una sobreoferta de materias primas… eso genera presión bajista. Por tanto, el único factor de riesgo es que suba la inflación y no creemos que sea probable en estos momentos”, concluye.

En cuanto a los efectos de esta subida – la primera desde 2006-, Bellows indica que “va a implicar claramente mayores rendimientos en la parte corta de la curva”. Sin embargo, continúa, “no está tan claro lo que va a pasar en la parte final de la curva”. La razón que aporta para esta indecisión es que “mientras que la inflación siga baja y el crecimiento, moderado, y mientras que el entorno de riesgo sea el mismo y la gente siga demandando renta fija como un activo diversificador, los rendimientos pueden seguir estando bajos en la parte final de la curva”. Por tanto, su conclusión al respecto es que “una subida de tipos de la Fed incrementará los tipos en la parte corta de la curva, pero no necesariamente en la parte larga”. 

Bruno Crastes, consejero delegado de H2O Asset Management (parte de Natixis Global AM), también ha alertado sobre este miedo a una falta de alineación con los mercados pese a los esfuerzos de comunicación del banco central americano. En concreto, el experto declaró recientemente que “los inversores han descartado la posibilidad de que el FOMC actúe en septiembre, posponiendo la primera subida para diciembre de 2015 o incluso marzo de 2016”. En su opinión, estas expectativas están subestimando “la disposición del propio FOMC de empezar a normalizar este año”, y que además “son extrañas en relación con algunos problemas técnicos del mercado que vuelven a diciembre una fecha improbable para la primera subida”. Crastes declara que el 17 de septiembre de 2015 “es la fecha más probable para el despegue de la Fed, un escenario que sorprendería al mercado si sigue como hoy”. 

En PIMCO también apuestan por una primera subida de tipos en septiembre, sobre todo tras el buen dato del informe de empleo de este mes. En opinión de Andrew Balls, director de inversiones de renta fija global en la gestora californiana, la economía estadounidense parece lo suficientemente robusta para soportar el inicio de la normalización monetaria: “Las perspectivas de inflación están mejorando, el crecimiento coincide o incluso supera la tendencia y el mercado laboral continúa recuperándose”.
 
Además, tendría sentido que la Reserva Federal prefiriese realizar ahora la primera subida de tipos en diez años mejor que unos días antes de Navidad: “La Fed ya se ha mostrado bastante prudente, lleva mucho tiempo preparando al mercado para esta primera subida, por lo que los datos tendrían que ser muy débiles para que no lo hiciesen”. 
 
Pese a la volatilidad registrada en las últimas semanas por el renminbi, que se ha dejado sentir también en las divisas de mercados emergentes, Balls no ve motivos suficientes para que la Fed posponga la primera subida de tipos hasta diciembre: “La devaluación no ha sido lo suficientemente acusada. Si esperásemos una devaluación mucho mayor en los próximos meses, quizás la Fed sí podría verse afectada pero de momento el impacto directo no ha sido tan significativo”. De hecho, el experto afirma estar “muy positivo en el dólar frente a las divisas del G10 y de mercados emergentes, incluida Asia, y una subida de tipos en septiembre sería importante para el dólar en los próximos trimestres”.

¿Qué podría justificar esta divergencia de expectativas entre lo que piensa el mercado y lo que planea la Fed? Quizá podría aclararlo un vistazo a las previsiones de cada uno de los miembros del FOMC sobre el rumbo de los tipos de interés para el resto de 2015, 2016, 2’17 y en el largo plazo. En este gráfico que ha incluido J.P.Morgan AM en su Guía de los Mercados (dentro del programa Market Insights), se puede observar que la mayoría de miembros del FOMC pronostican que los tipos terminarán el presente ejercicio entre el 0,5% y el 1%. La dispersión de resultados se hace más evidente en los pronósticos para 2016 y 2017; en el primer caso, la firma indica que e punto medio se situaría en torno al 1,5% para 2016  y en el 3% para 2017 (los datos son de junio de 2015).