Estabilidad en medio del caos: la mirada de Mobius sobre Arabia Saudí

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Nuno Coimbra

Mientras que países como Siria, Irak, Libia, Israel o Egipto cada vez preocupan más a la comunidad internacional, en medio del avispero de Oriente Próximo hay un oasis de tranquilidad. Se trata de Arabia Saudí, objeto de uno de los últimos análisis de Mark Mobius publicados en su blog. El gurú de los emergentes de Franklin Templeton Investments afirma que en el país “soplan vientos de cambio que traen el potencial de un giro drástico en el clima de inversión de la región” gracias a la posibilidad cada vez más cercana de que abra su mercado de valores a inversores extranjeros.

“El clima de inversión puede volverse más acogedor para los inversores extranjeros después de que el regulador financiero del Reino (Capital Market Authority, CMA), con sede en Riad, anunciase que a partir de 2015 los extranjeros podrán comprar y vender acciones en el Índice Tawadul All Shares”, explica el experto. Hasta que se implemente esta decisión histórica, recuerda que la legislación vigente actualmente solo permite a los inversores que no pertenecen al Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (Gulf Cooperation Council, GCC) acceder de forma indirecta al mercado, principalmente a través de canjes y fondos negociables en bolsa. Mobius también indica que este es el siguiente paso de un proceso que comenzó en 2005 con la entrada de Arabia Saudí en la Organización Mundial del Comercio (OMC).

“Desde mi punto de vista, el anuncio de la CMA constituye un punto de inflexión para la región. La economía saudí, de 745 mil millones de dólares, empequeñece a muchos otros países de la región y su mercado está bien capitalizado y es maduro”, explica el gestor. También defiende la profundidad de este mercado, al afirmar que “la liquidez en materia de negociación en el mercado de valores de Arabia Saudí es la más alta de la región”. Asimismo, considera que la nación dispone del “canal más sólido de la región para realizar ofertas públicas de venta”. Una vez abierto el mercado a inversores de otros países, el guión que podría seguir esta nación es el que traza el gurú a continuación: primero podría recibir una clasificación de mercado frontera del proveedor de índices MSCI en los próximos dos años, después pasar a ser clasificado como 'mercado emergente' y luego, “probablemente, captar el interés de más inversores como consecuencia de esto”.

A continuación, el experto comenta brevemente los fundamentales de esta economía. Comienza indicando que terminó 2013 con una cuenta corriente sólida y un superávit fiscal, consecuencia de los altos ingresos provenientes del petróleo. A continuación, recuerda que en los últimos años el país ha realizado un fuerte gasto público destinado a diversos proyectos con el fin de diversificar la economía y promover el crecimiento económico. Como resultado, el PIB saudí ha crecido una media del 6% en los últimos cuatro años, aunque este año está siendo más lento el crecimiento. “Arabia Saudí se encuentra bien posicionada para mantener el gasto y cuenta con reservas en divisas extranjeras que actualmente superan el 100% del PIB”, concluye el representante de Franklin Templeton.

Mobius también rompe una lanza a favor de los recursos con los que cuenta la economía saudí más allá de los 'petrodólares'. Así, asegura que “la administración de varias empresas del país es impresionante, no solo en el sector de la energía”. Desde Franklin Templeton favorecen bancos y empresas orientadas a los consumidores, como la venta minorista o el sector de alimentos y bebidas, dado que trascienden al mercado doméstico al exportar a otros países de Oriente Próximo.

Este entorno positivo lleva al equipo de emergentes de Franklin Templeton a concluir que el país “es un buen representante del crecimiento en la región del Golfo y creemos que un mayor interés de los inversores en Arabia Saudí probablemente tendrá un efecto de propagación”.

¿Exceso de entusiasmo?

Mobius también es consciente de los riesgos: “Podría haber un exceso especulativo relacionado con lo que vimos en los Emiratos Árabes Unidos y en Catar cuando MSCI anunció que estos mercados pasarían de ser mercados frontera a mercados emergentes; ambos sufrieron posteriormente fuertes correcciones”.

La economía saudí también tiene sus fallos. La carencia más notoria es la elevada tasa de desempleo juvenil. “La edad promedio de la población de Arabia Saudí es 26,4 años y, desde 2010, hay aproximadamente 8,5 millones de trabajadores inmigrantes, casi un tercio de la población total. Por lo tanto, se puede comprender por qué el desempleo ha sido un tema importante para la población local”, explica el gurú. Sin embargo, el gobierno ha intentado atajar este problema con planes de empleo y educación, como el lanzamiento de la Universidad Rey Abdallah de Ciencia y Tecnología.

Mobius explica que, en los últimos dos años, se ha incrementado el enfoque hacia las acciones de capacitación y contratación orientadas a mejorar la formación general de la población joven. Al respecto, señala que “la incompatibilidad entre el sistema de educación nacional y los requisitos del sector privado podría continuar”. De hecho, el gestor incide en este aspecto dado que su postura es que se necesita más empleo en el sector privado: dos tercios de los ciudadanos saudíes trabajan en el sector público.

Las tensiones geopolíticas ocupan obviamente una posición destacada dentro de los riesgos que entraña Arabia Saudí, aunque cabe recordar que, durante la Primavera Árabe, este país apenas registró altercados. La explicación de Mobius es que “se debió en parte a una economía en consolidación y al aumento general en los niveles de vida, junto con la popularidad del rey y de sus reformas”. En cuanto a los recientes conflictos que vive la región, el experto destaca que “hasta ahora no han tenido un impacto considerable sobre la economía de Arabia Saudí, excepto por el posible repunte de la volatilidad en el precio del petróleo”.