"Estamos en un punto de inflexión fascinante de la historia económica moderna"

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Lambroso, Flickr, Creative Commons

El advenimiento del 'tapering' de la Reserva Federal ha hecho reflexionar a los expertos de FRM, filial de Man, sobre la situación del mercado en relación a las décadas pasadas, y que definen como “un punto de inflexión fascinante de la historia económica moderna”, puesto que se tratará del cierre de un círculo, al empezar a incrementarse los tipos de interés después de 25 años consecutivos de bajadas. “Los tipos descendentes de los bonos y la política monetaria cada vez más expansiva que caracterizaron a la mayor parte de los 25 años anteriores a la crisis financiera de 2008 dieron lugar a un sistema financiero excesivamente apalancado que estuvo al borde del colapso”, explican desde la firma. 

Como es sabido, la respuesta adoptada por los políticos desde la quiebra de Lehman Brothers ha sido “resolver las crisis de deuda con más deuda, una política monetaria más flexible y más apalancamiento”. Desde FRM aportan como dato que el balance de la Fed ya asciende a 3,6 billones de dólares, mientras que la deuda pública estadounidense –muchos temen que haya que volver a elevar el techo de la deuda en octubre- ya supone 6,9 billones de dólares. En este contexto, la retirada de estímulos cuantitativos que se propone la Fed es “el principio del fin del estímulo monetario más importante de la historia”, según los expertos de la firma. 

Por tanto, teniendo en cuenta los signos de recuperación y la desaparición del modo risk on/risk off que habían presentado los parqués en los últimos años, desde la filial de Man consideran que “para los profesionales del mercado es fácil centrarse en los cambios graduales de día en día: los problemas suelen surgir en los detalles”, por lo que “ahora es momento de mantener firmemente la concentración en el panorama más general”. 

Desde FRM constatan que, tras los estímulos cuantitativos y continuados desde 2008 hasta la actualidad, ahora se ha producido una divergencia entre las dos funciones principales que desempeña Estados Unidos en tanto en cuanto se trata de la primera potencia económica mundial: custodio financiero mundial y gestor de la política monetaria doméstica. “Desde la perspectiva interna, no tiene mucho sentido seguir inflando el balance de la Fed cuando los datos de crecimiento de EE.UU. vuelven a estar cerca de sus niveles anteriores a la crisis” argumentan los expertos de la gestora, para a continuación asegurar que la economía todavía sigue débil. “Al centrarse únicamente en sus obligaciones domésticas, los responsables de la política de EE.UU. pueden estar ignorando que el país solo representa el 21% del PIB nominal mundial, y que el otro 79% presumiblemente preferiría que el grifo siguiera abierto al menos durante algún tiempo más”. 

Europa y emergentes serán los más afectados por la retirada del QE3: desde FRM consideran que “su salida de la recesión es marginal” y le ven como talón de Aquiles “las debilidades fiscales de sus países periféricos”, con mención especial para Grecia y su tercer rescate; también es una rémora para el continente el retraso en la toma de decisiones comunitarias provocada por las elecciones generales en Alemania que se celebrarán este mes. Pese a estas trabas, consideran que los países en vías de desarrollo podrían resultar más dañados: “Países como India, Brasil, Turquía e Indonesia comienzan a exhibir posibles problemas de balanza de pagos que apuntan a una dependencia excesiva de los flujos de capital extranjero”.

Desde la entidad explican que sus divisas han sufrido una depreciación que va del 20% al 40% según el caso, mientras que sus índices bursátiles han caído en picado desde el anuncio de la Fed en mayo. “Aún no está claro si estamos simplemente ante un reajuste del precio de un activo sobrecomprado o si la menor liquidez mundial ha comenzado a descubrir defectos estructurales más importantes en el panorama económico que podrían precipitar una crisis más peligrosa”, aventuran los expertos de la firma. 

El proceso de desmantelamiento del QE que ha dejado entrever el banco central ha revertido la huida hacia la calidad vista en los momentos más turbulentos de la crisis, abriendo el apetito por el riesgo de los inversores. “La aversión al riesgo genera ahora un movimiento de desapalancamiento; tanto la renta variable como la deuda pública retroceden con la contracción del balance”, señalan desde la gestora. En este momento de mercado, la publicación de buenos datos macro tanto en Estados Unidos como en Europa y Reino Unido han provocado una dinámica que los ingleses definen como 'good news are bad news'. “Mientras el mercado no aprenda a descontar el proceso de retirada gradual de la Fed estaremos en una situación en la que los datos positivos serán negativos para el mercado (al aumentar la probabilidad de una retirada más rápida)”, aseveran desde FRM. 

“La importancia del punto de inflexión de septiembre de 2013 sólo será evidente con el paso del tiempo”, reflexionan sus analistas, que esperan para los próximos años “medidas de endurecimiento en Estados Unidos (y después, de manera más caótica, en otras regiones) que se prolonguen durante al menos tanto tiempo como el proceso de expansión cuantitativa”, al tiempo que lanzan una advertencia: “Si aceptamos la relación entre restricción monetaria y desapalancamiento financiero, debemos reiterar nuestra preocupación por el precio actual de los instrumentos de crédito para los próximos años”.

Sin embargo, esta última afirmación tiene un matiz, puesto que desde FRM consideran “poco probable” que la curva se vea presionada de forma sostenida en el largo plazo. “Salvo que un impago del Gobierno estadounidense se convierta en algo posible, el sector de largo plazo de la curva estará limitado por un techo del 3%-3,5% mientras los tipos a corto plazo estén en cero”, concluyen.