ETF vs. futuros: tres cuestiones que inclinan la balanza a favor de los fondos cotizados

Procsilas_Moscas
Procsilas Moscas, flickr, Creative Commons

Desde hace algún tiempo, los fondos cotizados se han convertido en la principal alternativa a los futuros a la hora de ganar exposición a índices de renta variable pero, ¿realmente son más eficientes? El debate lleva algún tiempo sobre la mesa y resulta importante porque podría suponer un potente nicho de crecimiento para la industria de la gestión pasiva: iShares calcula que, solo en contratos sobre índices de renta variable, la asignación actual a futuros supera el billón de dólares.

Por ese motivo, los expertos del equipo de gestión pasiva de Deutsche Asset & Wealth Management han decidido investigar más a fondo la cuestión. Según la firma alemana, que ha plasmado sus conclusiones en el séptimo de sus informes Passive Insights, son varias las razones que han impulsado esta preferencia por los ETF: por un lado, la estructura del mercado de futuros ha cambiado considerablemente en los últimos dos años –entre otras cosas, por la mayor presión regulatoria sobre los bancos– y los costes de renovación (roll-over) han aumentado hasta el punto de rozar el 1% anual.

Además, si la inversión mediante futuros es fully funded, como es habitual entre los inversores a largo plazo, la posición en efectivo podría tener un impacto sustancial en la rentabilidad, sobre todo cuando las rentabilidades de los instrumentos del mercado monetario difieren de los supuestos de tipos que descuentan los precios de los futuros. El análisis realizado por Deutsche AWM revela que, a lo largo de los últimos quince años, la rentabilidad de una inversión en letras del Tesoro alemán a tres meses hubiese generado 39 puntos básicos anuales menos que el euríbor a tres meses, mientras que, en el caso de las letras del Tesoro estadounidense y el líbor a tres meses, la diferencia habría sido de 49 puntos básicos anuales.

Liquidez, diversidad y bajo coste

Por último, las fuertes captaciones que vienen registrando los fondos cotizados –que cerraron un año récord en 2014han mejorado la liquidez del mercado de ETF, contribuyendo a la rebaja de las comisiones y al estrechamiento de los diferenciales: si, en enero de 2012, el spread entre el precio de compra y el de venta de un ETF rondaba los 10 puntos básicos de media, en noviembre de 2014 la cifra había caído a 6, lo que supone una reducción del 40% en tres años.

A esto se suma que los ETF cubren un universo mucho más amplio que los futuros: según datos del informe, en diciembre de 2014 existían más de 2.900 fondos cotizados de renta variable en todo el mundo, frente a 250 futuros líquidos. Y si se comparan productos que repliquen índices de renta variable de múltiples regiones, el estudio identifica 500 ETF frente a 13 futuros líquidos.

Todo esto permite que los inversores puedan emplear ETF para expresar sus opiniones de forma más granular y abre múltiples oportunidades a las que solo se podría acceder mediante futuros si se aplicasen metodologías muy sofisticadas que presentan importantes retos operativos y de costes, concluyen los expertos.

ETF y futuros disponibles para invertir en una región determinada

Fuente: Deutsche AWM