Andrew Etherington (AXA IM): “Un multiactivo con una cartera 65/35 ya no nos dice nada”

Andrew_Etherington
AXA IM

“El contexto de envejecimiento de la población, con el consecuente incremento de sus necesidades de obtener fuentes de rentas en el largo plazo, no es ninguna novedad para los inversores. No obstante, la aplicación de estímulos cuantitativos, más la baja inflación, están volviendo muy difícil generar esas rentas al comprimir los rendimientos de la renta fija, por lo que necesitamos ir más allá de las fuentes tradicionales de rentas”. Esta afirmación es de Andrew Etherington, gestor principal del fondo AXA World Funds Global Income Generation.

El gestor aporta un gráfico esclarecedor: en el año 2000, invertir 100.000 euros en un bono europeo a diez años podía aportar al inversor una renta de casi 6.000 euros; este flujo se redujo a 2.444 euros en 2011, al principio de la crisis de la deuda soberana, y actualmente quien realice una inversión de estas características se llevaría una renta de tan sólo 684 euros.

Captura_de_pantalla_2017-12-18_a_la_s__13

Este fondo multiactivo de AXA IM, calificado como Consistentes Funds People, acaba de cumplir cuatro años de track record, tiempo en el que ha destacado por un enfoque un tanto distinto al de otros fondos de income: para obtener esas rentas a las que se refiere el gestor, no sólo recurre a una mezcla de acciones y bonos, también apuesta por otras fuentes de diversificación y por un enfoque global. “No manejamos predicciones sobre la curva de tipos y no entendemos la curva de Phillips; para gestionar el fondo lo que hacemos es ser pragmáticos, y por eso nos centramos en determinar cuáles son las fuentes actuales de rentas y qué riesgo plantean para la cartera”, declara Etherington.

De esta forma, la cartera se divide en dos bloques principales: activos que ofrecen potencial de crecimiento en el largo plazo y activos que ofrecen rentabilidad (que el gestor etiqueta como de “quality income”). Etherington sitúa en la primera categoría a clases de activos de los que se espera un flujo constante de rentas: bonos ligados a la inflación, acciones del sector salud y del sector de materias primas y, curiosamente, renta variable emergente. En la segunda categoría figuran activos con los que el gestor espera realzar el perfil de rentabilidad de la cartera: high yield, bonos con grado de inversión, acciones del sector inmobiliario, acciones que pagan un dividendo alto y renta fija emergente.

“Un multiactivo tradicional tendría una cartera compuesta en un 65% por bonos y un 35% por acciones. Eso ya no nos dice nada, porque las valoraciones de los activos están distorsionadas”, declara el gestor. La asignación a los activos ya citados es muy dinámica: el equipo gestor puede invertir entre el 0% y el 30% en activos como high yield, deuda emergente o renta variable de alto dividendo; se puede asignar entre el 0% y el 45% a crédito global, y entre el 0% y el 20% a bonos ligados a la inflación. El peso de las acciones de real estate y de renta variable emergente puede oscilar entre el 0% y el 15% y, finalmente, la asignación a renta variable del sector salud o de commodities tiene un rango entre el 0% y el 10%.

Actualmente, debido a lo ajustado de las valoraciones, la cartera está compuesta con un 72% de activos que ofrecen rendimientos y un 18% de activos que ofrecen crecimiento. El objetivo final es generar una renta anual del 5%, que se descompone en aproximadamente un 3,5% de rentas y un 1,5% de apreciación del principal. “Estamos infraponderados en crédito con grado de inversión y estamos vendiendo los bonos a mayor plazo de la cartera – treasuries y bunds-, porque vemos que tienen una valoración elevada”, aclara Etherington.

El fondo tuvo un posicionamiento muy largo en duración hasta el verano de 2016, pues quería reflejar así el contexto macroeconómico marcado por la deflación. Ahora que se han vuelto más evidentes los signos de una recuperación global y sincronizada del crecimiento, se ha optado por añadir más riesgo en la parte de renta variable, sin cubrir la exposición a divisas distinta del euro. Actualmente la cartera está expuesta al euro en un 68%, y mantiene también exposición a dólares estadounidenses (15%), de Hong Kong (4%), Singapur (1%) y Canadá (1%), así como a yenes(2%) y otras divisas (8%).