First Eagle Amundi: debatiendo sobre el bitcoin, la inflación y la necesaria redefinición del value

Jan Vormoor. Foto cedida (Amundi)

Quizás no seamos conscientes de la transformación tan profunda que ha supuesto la pandemia para los mercados financieros. Y no hablamos de la histórica ayuda en forma de política monetaria y fiscal sino en la manera en la que se ha movido el mercado. Generalmente en una gran corrección los activos más defensivos tienden a batir los índices. Esta vez hemos vivido lo contrario.

La corrección provocada por la expansión del COVID-19 impulsó la tendencia del mercado previa a la pandemia de un liderazgo de los valores growth. Pero tras cuatro años de concentración del mercado cada vez mayor hacia valores growth cada vez más caros, las preocupaciones sobre la valoración y la llegada de las vacunas de la COVID rompieron la racha de dominio del growth frente al value iniciada en 2016. Desde marzo de 2020 ambos estilos han tenido sus momentos alcistas. Es decir, que en conjunto ambos estilos han funcionado bien. Y esto es un cambio estructural en los mercados. Ya no hay un claro ganador.

Para, Jan Vormoor, especialista de inversión del First Eagle Amundi International Funds desde hace una década, podríamos estar tan solo a las puertas de un cambio de tendencia en los mercados. En la última década, la apuesta ganadora ha sido aferrarse a la beta para capturar las subidas casi ininterrumpidas. Ahora, en su opinión ha llegado el momento del apha. “Los próximos 10 años en los mercados podrían ser muy laterales. Porque la deuda y las valoraciones son muy altas y hay áreas que dan señales de estanflación”, sugiere.

Toca redefinir la noción de la inversión value

Por eso, la clave para la siguiente década será la generación de alpha. Y esto requerirá más que elegir entre growth o value. “Porque muchos de los negocios growth, aunque ofrecen perspectivas atractivas, cotizan a precios altos pero algunos sectores value, aunque parecen estadísticamente más baratos, se enfrentan a una importante disrupción de su industria”, explica. Es una afirmación valiente para un equipo conocido por ser precursores de la inversión en valor. “Pero es que nosotros entendemos el value como una filosofía no como un estilo”, aclara Vormoor. “Preferimos ser muy pragmáticos con lo que realmente importa. La cartera del First Eagle Amundi siempre será un reflejo de las valoraciones del mercado”, sentencia.

Por eso, a pesar de reconocer que las valoraciones del mercado son exigentes, no se muestra pesimista con el potencial de la renta variable. “Mira. Hay 9.000 compañías en las bolsas. El equipo de inversión sólo tiene que elegir un 100+ para la cartera. Siempre hay algún área del mercado que está pasando por una corrección injustificada. Solo hace falta ser pacientes. Nuestra ventaja competitiva es el tiempo”, afirma.

El tiempo. Y tener claro lo que se busca. Curiosamente, si bien la filosofía value se ha mantenido en las tres décadas de vida de la estrategia de First Eagle, la noción del concepto sí ha evolucionado. “Hasta los años 80, la inversión en valor se centraba en activos tangibles. Hoy en día el grueso de nuestras apuestas son asset light. El foso defensivo de las compañías que nos gustan son elementos como la marca, el know how, la escala y los efectos de red de las plataformas digitales”, explica.

Preguntas que aún desconocemos sobre la inflación

La gran pregunta es, entonces, hacia donde se moverán los tipos. Por ahora, el consenso sigue apuntando a una inflación transitoria. “Pero puede que presenciemos un cambio en el paradigma”, alerta Vormoor. Incluso el lenguaje de los bancos centrales ha cambiado con respecto a hace unos meses. Y es que hay fuerzas cíclicas, sí, pero también elementos más estructurales, incluso en las cadenas de suministro, que presionan los precios. “Pensemos incluso en la inversión ASG. ¿No es acaso la ASG inflacionista en sí? Por ahora a las empresas les salía más barato no invertir en desarrollo sostenible. Pero ahora tienen que renovar las industrias”, plantea el gestor.

Incluso hay elementos con potencial para ser disruptores que no están en el radar de los mercados. Por ejemplo, las implicaciones más profundas de la dificultad de muchos sectores para encontrar trabajadores. “La gente ahora pide más. No solo en cuanto a salarios sino en calidad del empleo. La pandemia ha redefinido lo que es verdaderamente importante para muchos. Podríamos estar ante un cambio estructural en el mercado laboral”, reconoce el experto.

¿Destronará el bitcoin al oro como protección contra la inflación?

Una característica propia del First Eagle Amundi International Fund es el papel que tradicionalmente ha jugado el oro en cartera. El equipo gestor de este fondo con Sello FundsPeople 2021 por su calificación de Blockbuster siempre ha defendido la necesidad de tener oro físico en el fondo como protección del capital ante correcciones. Y ahora, con la vuelta de la inflación, su papel cobra más relevancia que nunca. Especialmente porque el coste de mantener liquidez ha subido. De hecho, el precio por tener oro físico en algunos países ha caído al cero o es incluso positivo. “Es un gran cambio con respecto a hace 20 años cuando la liquidez ofrecía una rentabilidad real positiva”, reconoce Vormoor. “El valor relativo de tener oro frente a caja ha aumentado”. Como resultado, parte del poder adquisitivo diferido del fondo se ha transferido del efectivo a los valores relacionados con el oro.  

Pero los gestores no son ajenos al debate que está surgiendo sobre el bitcoin como alternativa a la protección frente a la inflación. Esto es, ante la erosión del poder adquisitivo, las criptodivisas se están presentando como opción. De momento no es una clase de activos que vayan a incorporar a la cartera pero sin duda lo han analizado desde el punto de visto fundamental. “En ciertos aspectos el bitcoin se está comportando como una opción sobre el oro digital. Hasta cierto punto, tiene aspectos que le hacen parecerse al oro”, reconoce el gestor. Están monitorizando ese nuevo mercado. De hecho, han elaborado un extenso paper sobre el debate. Pero por ahora, les preocupan aspectos como las altas valoraciones, la volatilidad, el corto historial del activo y la falta de correlaciones claras.