Fitch Ratings, en un informe especial titulado “China and Latin America’s Creditworthiness: What Commodities Can and Cannot Buy,” publicado el 9 de mayo, analiza las interacciones entre las regiones y concluye que en general Latinoam
Países como Brasil, Chile y Perú mediante un aumento en el comercio bilateral, la inversión extranjera directa (IED) y los préstamos respaldados por materias primas, mostraron el mayor dinamismo en sus calificaciones soberanas, así como la mayor integración con China durante el ciclo expansivo de los precios de los commodities. Shelly Shetty, Jefa del Grupo de Soberanos Latinoamericanos de Fitch comenta al respecto que “el extraordinario desempeño económico de China y sus efectos expansivos sobre los precios de los commodities han contribuido a aumentar el crecimiento económico, fortalecer las hojas de balance externas y fiscales de los gobiernos y ampliar los vínculos comerciales y financieros en Latinoamérica.”
Sin embargo, Fitch destaca que el ascenso de China no ha tenido efectos tan favorables sobre los países importadores de materias primas y los productores de manufacturas en la región como son Centroamérica, el Caribe y México. Ya que además de incrementar la competencia en mercados como los EEUU, el incremento en los precios de las importaciones de energía y alimentos ha vuelto estos países “más vulnerables a desequilibrios en la balanza de pagos, presiones en los tipos de cambio y shocks de confianza."
El Estudio señala que las exportaciones, inversiones y flujos de financiamiento acumulados entre China y Latinoamérica, alcanzaron un total de 300.000 millones de dólares en 2010. Los productos primarios representaron 92% del total de exportaciones a China, y las industrias extractivas atrajeron el 85% de la IED y el 60% de los préstamos de China hacia la región.
El informe especial también señala como el déficit comercial con China se ha duplicado, alcanzando 0.8% del PIB regional durante 2006-2010, comparado al 0.4% durante 2001-2005 e incluye los resultados de un análisis de sensibilidad que cuantifica el impacto en la región tanto de una desaceleración en China como de un shock en los precios de los commodities.
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