Fondos activos que parecen caros y han resultado ser baratos y ETF que se presumen baratos y son caros

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Tax credits, Flickr, Creative Commons

A menudo, resulta difícil decir si algo es caro o barato si no existe algo frente a lo que compararlo. En la industria de gestión de activos ocurre lo mismo. En el mercado se pueden encontrar fondos de gestión activa que parecen caros y al final han resultado ser baratos y ETF que se presumen baratos que en realidad son caros. El precio puede ser algo muy relativo. En lo que respecta a los productos de gestión activa, por ejemplo, el coste es una barrera inicial con la que el gestor tiene que luchar. Cuanto mayor sea la comisión de gestión, mayor será el esfuerzo que tendrá que realizar para tener éxito. Pero también lo es que hay profesionales con gran habilidad para hacerlo. Algunos cobran comisiones por encima de la media, pero han ofrecido resultados sobresalientes que, sin lugar a dudas, hace que los inversores no se hayan arrepentido de lo que pagaron por ellos.

Un claro ejemplo sería el First Eagle Amundi International. Se trata de un fondo multiactivo gestionado por Matthew McLennan con una comisión de gestión del 2% para la clase de banca privada, a lo que se le añade una comisión de éxito (15% de la rentabilidad anual por encima del Libor 3 Meses USD + 400 puntos básicos al año), lo que hace que su precio esté por encima de la media de su categoría Morningstar (mixtos agresivos). Desde ese punto de vista, se podría afirmar claramente que este producto que comercializa Amundi es más caro que sus competidores. Sin embargo, si se observa el rendimiento ofrecido por la estrategia a largo plazo tal vez al inversor no le haya resultado tan caro el producto. En la última década, McLennan ha conseguido generar una rentabilidad anualizada neta del 6%, situando al fondo como el segundo mejor de su categoría. Sólo una estrategia ha logrado en este periodo ofrecer un retorno superior.

Un estudio realizado a nivel europeo por Morningstar demuestra que, sea cual sea la categoría de fondos mixtos que se elija (conservador, moderado, agresivo o flexible), las rentabilidades a largo plazo han registrado un peor comportamiento crónico con respecto a sus índices de referencia. En líneas generales, los retornos generados por la mayoría de las estrategias han sido muy pobres, hasta tal punto de que, a largo plazo, los fondos mixtos no han logrado batir a sus índices de referencia. En la práctica, esto significa que una estrategia indexada al índice que replican a buen seguro hubiesen ofrecido rentabilidades dignas de primer cuartil en las cuatro categorías de fondos mixtos analizadas (leer más).

En el mundo de la gestión pasiva, donde se presupone que todo es barato, también se pueden encontrar casos paradójicos, de ETF injustificadamente caros. Los inversores deben ser conscientes de que todavía hay una disparidad de precios amplia entre los fondos índices. Según Morningstar, “es poco justificable, por ejemplo, que el iShares S&P 500 ETF (IDUS), el cuarto mayor ETF de Europa con 9.300 millones de libras esterlinas de activos bajo gestión, que distribuye dividendos, cobre una comisión anual del 0,40%. Aunque no es alto en términos absolutos, es muy caro en comparación con las opciones directamente comparables, ya que la gran mayoría de los ETF sobre el S&P 500 cobran menos del 0,15%”.

De acuerdo con la firma de análisis, iShares goza de grandes economías de escala, pero es selectivo en la forma en que las comparte con los inversores. “De hecho, la firma también ofrece el iShares Core S&P 500 ETF (CSP1) por un coste mucho más bajo de 0,07%. Hay que tener en cuenta que este ETF no reparte dividendos sino que los vuelve a invertir, por lo que puede no ser adecuado para inversores que buscan ingresos recurrentes. Para estos inversores, el buque insignia de Vanguard, el S&P 500 ETF (VUSD), que cobra un idéntico 0,07%, es una buena alternativa. De manera similar, el iShares MSCI Emerging Markets ETF (IEEM), que cuenta con casi 4.000 millones de libras en activos, tiene unos costes de 0,75%. Esto es tres veces más que su homólogo que no distribuye dividendos, el iShares Core MSCI Emerging Markets IMI”. Los ETF destacados por Morningstar no son en absoluto los únicos fondos pasivos caros, pero destacan claramente por su tamaño.

En todo caso, tal y como indican desde la firma de análisis, sirven como recordatorio de que la inversión pasiva no siempre es de bajo coste, a pesar de que la mayoría de los fondos pasivos son aún más baratos que sus equivalentes de gestión activa. “No todos los fondos de seguimiento de índices son creados de la misma manera, por lo que es crucial que los inversores hagan sus deberes antes de tomar una decisión”, afirman. En lo que respecta a la gestión activa, la clave está en elegir bien el fondo en el que invertir. Entre los consejos que se suelen dar a la hora de realizar la selección están los de fijarse en aquellos que hayan demostrado a lo largo del tiempo seguir una filosofía sensata y claramente articulada, a la que el gestor haya demostrado fidelidad independientemente de cuál haya sido el entorno de mercado imperante.