Hablar claro es algo que los clientes agradecen. Cuando las cosas están difíciles en el mercado es mejor que los gestores lo digan abiertamente. Es lo más honesto y, también, la forma de que el cliente entienda la estrategia y posicionamiento que mantiene el gestor. Es raro encontrar gestores que lo hagan, pero los hay. Uno de ellos es Frank Lipowski, gestor del Flossbach von Storch Bond Opportunities, fondo con Sello FundsPeople 2020, con las calificaciones de Blockbuster y Consistente, quien reconoce que hoy ser gestor de renta fija es una de las profesiones más difíciles que existen en la industria de gestión de activos.
"La renta fija está muerta. Ha dejado de ser fija. Las rentabilidades a vencimiento que ofrecen los bonos no te dan una fotografia real de lo que al final vas a obtener invirtiendo en renta fija porque, si algo es seguro, es que sentarse en un bono y mantenerlo a vencimiento no es hoy en día una opción. Es el caso obviamente de los bunds, pero también de los bonos del Tesoro español, ya que si descuentas la inflación y los gastos que acarrea mantener abierta esa position, la rentabilidad es prácticamente negativa", explica.
Eso no significa, sin embargo, que en el mercado de bonos sea imposible generar dinero. Él lo ha conseguido ofreciendo con su fondo una rentabilidad anualizada desde su creación, en 2009, del 5,6%, según datos de Morningstar. Ha sido primer cuartil todos los años desde 2013, habiéndose posicionado como el tercero mejor de su categoría en 2019. "El fondo es ya el mejor de la categoría Morningstar (RF Flexible Global - Euro Cubierto) a un año, segundo a tres años, y primero a cinco y 10 años", destacan desde la entidad.
Desde principios de año, el fondo ofrece una rentabilidad positiva, todo un logro en los mercados de bonos tan turbulentos desde llegada de la crisis del coronavirus.
Una de las claves que ha permitido a estos activos alcanzar estos resultados es su flexibilidad y el hecho de ser plenamente conscientes de cuáles son las condiciones prevalecientes en el mercado.
"Entramos en 2020 con un posicionamiento muy defensivo en comparación con el recorrido histórico del fondo", dice Lipowski. Por supuesto, de ninguna manera fue porque el gestor del fondo esperaba el estallido de una pandemia global. “Vimos claro, a principios de año, que las altas valoraciones de los bonos corporativos probablemente ofrecían poca protección en caso de que algo saliera "mal" en el mercado de capitales".
Adoptó un enfoque muy defensivo ante la crisis, la proporción de bonos corporativos nunca había sido tan baja desde que se lanzó el fondo en 2009. El gestor se centró principalmente en papel de buena calidad, la proporción de deuda subordinada y bonos high yield fue muy baja. En el curso de la crisis del coronavirus, Lipowski se ha mantenido fiel al enfoque del fondo de ser muy activo y actuar anticíclicamente, a pesar de todo el drama y las importantes variaciones de precios.
En la venta masiva, Lipowski utilizó la liquidez y la orientación fundamentalmente defensiva para aumentar de nuevo y sucesivamente su exposición a los bonos corporativos. En marzo, el fondo tuvo flujos de entrada netas. Durante la venta masiva, Lipowski aumentó la exposición del fondo a los bonos corporativos, pasando de menos de un 60% a más del 85% para, a partir de ahí reducir de nuevo en la última semana. "En particular, nos centramos en bonos con sólidas calificaciones crediticias de emisores con modelos de negocio bastante resistentes, buenas posiciones en el mercado y suficientes activos líquidos para sobrevivir al período de recesión sin daños sostenidos", dice.
A pesar de este enfoque más cauteloso, la rentabilidad de la cartera creció significativamente. Después de haber infraponderado los bonos corporativos denominados en dólares estadounidenses en la cartera durante algún tiempo, esta venta masiva ofreció oportunidades de entrada muy atractivas, especialmente para emisores de alta calidad y bonos a largo plazo.