Fuerte corrección en Wall Street: ¿señal de alerta, o señal de compra?

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thetaxhaven, Flickr, Creative Commons

Estaba siendo un inicio de año muy tranquilo. De hecho, estaba siendo el mejor arranque de los mercados bursátiles desde 1999. Pero ayer el Dow Jones cerró con la mayor caída de su historia, al perder un 4,6%, y el Nasdaq se desplomó otro 3,9%, perdiendo el nivel de los 7.000 puntos. Estos indicadores arrastraron con ellos a los principales parqués del mundo, siendo el Nikkei japonés el más castigado, con pérdidas del 4,7%. Las pérdidas se están repitiendo por tercera sesión consecutiva y a escala mundial; después de un 2017 extremadamente tranquilo, el regreso de los fuertes niveles de volatilidad ha despertado el miedo y la preocupación entre muchos participantes de mercado.

De hecho, el VIX rebotó un 115% en una sola sesión, un movimiento que no se había visto nunca antes en los mercados y que deja al indicador del miedo por excelencia en niveles inéditos desde 2011. Hoy sigue subiendo, y ya roza los 50 puntos. “Una de las razones de la corrección es el retorno de la volatilidad”, corrobora Jack McIntyre, gestor de renta fija global de Brandywine Global (Legg Mason). Éste afirma que, “estamos empezando a ver una reversión a la media y un repunte en esa volatilidad. Y con el retorno de la volatilidad, llegará un mercado con altibajos”.

“El movimiento del índice de volatilidad VIX fue más extremo que el de cualquier otro mercado debido al rebalanceo de los futuros a corto plazo sobre el VIX”, observa François Rimeu, responsable de Cross Asset de La Française AM. Éste añade que el nivel actual del indicador “implica que el S&P debería moverse en una media de casi el 2% diaria, lo que representaría un cambio significativo desde el actual entorno de baja volatilidad si esto continúa”.  

Dicho esto, Rimeau considera que “la mayor volatilidad materializada actualmente (18% en 2018) no es lo suficientemente alta como para justificar el nivel actual de volatilidad del índice”, por lo que cree que aún no está claro si con este repunte se ha conseguido “despejar la baraja de posiciones cortas volátiles” o si, en cambio, “conducirá a una mayor compra de volatilidad para cubrir las posiciones implícitas de volatilidad a corto entre los inversores”. 

De hecho, una de las grandes sospechas es que la corrección se ha visto exacerbada por la actuación de inversores cuantitativos y de gestión pasiva. Por ejemplo, en la revista Barrons se hacían eco de que el ETF SPDR S&P 500 – uno de los más populares para cubrir el índice- registró ayer su quinto mayor volumen en una jornada desde su lanzamiento. “Las estrategias sistemáticas pueden contribuir a mayores flujos de salida en los próximos días”, sentencia el experto de La Française.

Una corrección sana a priori

“Es importante recordar que era solo cuestión de tiempo que se produjera esta corrección. Los mercados financieros han estado mortalmente tranquilos durante mucho tiempo y esto nunca iba a durar”, asevera Andrew Milligan, Director de Estrategia Global de Aberdeen Standard Investments. Según Milligan, “lo que estamos viendo ahora es una recogida de beneficios guiada por las extensas valoraciones y las preocupaciones sobre que la inflación se recupere tanto en EE.UU. como en otros lugares”.  

El equipo de inversiones multiactivos de M&G Investments se encarga de matizar que, pese al batacazo, las bolsas estadounidenses tan solo han regresado a niveles de diciembre: “Suele ser habitual que, después de ganancias muy rápidas, se puedan ver correcciones igual de rápidas, y esto puede producirse con frecuencia sin un catalizador obvio”, explican.

Aunque el equipo lleva algún tiempo advirtiendo de la consolidación de nuevas dinámicas que podrían disparar la volatilidad, matiza que “el contagio a otros mercados sugiere un comportamiento risk off más genérico”. También hay signos desconcertantes; por ejemplo, consideran que el hecho de que los bonos europeos hayan subido “cuando la preocupación aparente es la subida global de los tipos de interés sugiere algo de incoherencia en la narrativa prevalente”.

Lukas Daalder, director de inversiones de Robeco, subraya que en esta corrección sólo está participando la renta variable, cuando “normalmente uno esperaría que todos los activos de riesgo, incluidos los bonos de alto rendimiento y la deuda de los mercados emergentes, también se vendieran, pero las pérdidas en estas clases de activos han sido pequeñas". Por tanto, cree que parece tratarse de “una corrección mucho más técnica, especialmente en las acciones que continuaron subiendo y subiendo sin ninguna razón”. Ante esta sobrecompra, “en algún momento era lógica una corrección”.

¿Por qué ahora?

Al margen de las fuertes subidas vistas en las primeras semanas del año, y de lo ajustado de las valoraciones en múltiples mercados, detrás de la corrección figuran una larga lista de factores. El primero de ellos es un repunte de la inflación más fuerte de lo esperado, que obligue a los bancos centrales – particularmente a la Fed- a ser más agresivos de lo que esperan de ellos los mercados.

“El mercado no está preocupado por unos tipos más altos per se. Está preocupado por unos tipos más altos, más inflación y una Fed más agresiva que podría ahogar la fuerte expansión económica”, afirman desde Natixis IM Dave Lafferty, estratega jefe global, y Esty Dwek Rodit, especialista de inversión. Según ambos expertos, esta preocupación se ha visto confirmada por el buen comportamiento de los sectores más sensibles a cambios en los tipos de interés (utilities, REITS, consumo básico) frente al desplome visto ayer por sectores más cíclicos, como los industriales, la tecnología, la energía o el financiero.

Este entorno económico más normalizado puede plantear problemas a la renta variable “no simplemente porque los beneficios debieran correlacionarse con el crecimiento económico, sino porque basándose en el resplandor de la reforma fiscal estadounidense y la fantástica visibilidad sobre los beneficios, las acciones han puesto en precio el entorno económico a la perfección”. Es decir, que las valoraciones ya estaban muy altas, “aunque no exorbitadas”, y los inversores estaban mostrando mucha confianza, por lo que el mercado estaba dando signos de sobrecompra. “Aunque es imposible predecir el cuándo, esta corrección ya estaba de camino”, afirman los representantes de Natixis IM.

Éstos también creen que la corrección ha estado impulsada parcialmente por inversiones cuantitativas o algorítmicas, y apuntan como signo claro el hecho de que el Dow Jones se cayera más del 3% en tan sólo 9 minutos para después recuperarse de las pérdidas y a continuación terminar el día en mínimos. “Huele a que se produjo un reajuste de ETF, no fundamental”, afirman.

Al igual que otras fuentes de este artículo, en Natixis IM descartan que sea el final del mercado alcista: “La economía global aún no muestra signos de deterioro y la rentabilidad corporativa es fuerte. Esto debería sostener tanto los beneficios de las acciones como los fundamentales de crédito en el mercado de bonos”. Dicho esto, advierten de que el potencial alcista de las acciones “está limitado por el crecimiento de beneficios (no esperamos una expansión del PER)”, y el potencial alcista del crédito está limitado por el carry: “No esperamos mucha compresión de los diferenciales”.