Drawdown: qué es y por qué se debe usar en contexto

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shig, flickr, Creative Commons

En épocas de alta volatilidad y con tendencia a mercados bajistas el término drawdown aparece en todas las crónicas financieras. Técnicamente, el drawdown mide el retroceso o caída en la curva de rentabilidad acumulada desde el máximo alcanzado anteriormente hasta el mínimo más profundo durante un periodo de tiempo dado. ¿Cuánto dura un drawdown? Sería el periodo de tiempo necesario hasta que se supere el máximo anterior.

Su uso en la industria de la gestión de activos se ha extendido en los últimos tiempos, sobre todo, ante la volatilidad imperante que hemos vivido en los mercados. Pero, ¿lo estamos utilizando bien?

Marcos Pérez y Sharash Alexander, asesores de Affinium, son firmes defensores que cualquier drawdown carece de sentido si no se expresa junto a otras medidas que lo ponen en contexto. Esto es, “conocer el drawdown de una inversión o estrategia es irrelevante si no se conoce también la rentabilidad acumulada previa a la aparición del drawdown (denominado en inglés como run-up), así como la duración de la recuperación tras el drawdown”.  Asimismo, señalan como elemento importante tener en cuenta la idea aproximada del horizonte de inversión para poner en perspectiva la estrategia.

¿Qué hay que tener en cuenta para analizar bien el drawdown?

Lo primero, tener en mente que un drawdown no equivale necesariamente a una pérdida nominal, ya que dependerá de cuánto haya acumulado el inversor en el run-up previo. Además, hay que tener en cuenta cuánto tiempo permanece invertido tras el actual drawdown para capitalizar también el siguiente periodo de rentabilidad acumulada.

¿De dónde viene la actual obsesión por los drawdowns?

Los expertos de Affinium apuntan a las finanzas conductuales. La inversión es un campo en el que el conocimiento —saber o ser conscientes de algo—, no evita necesariamente el sufrimiento. ¿A quién no le habrá dicho su madre que el dinero cuesta mucho ganarlo? Para cuanto pronto perderlo cuando decides invertirlo.

Por ello, “toda caída en nuestro nivel de patrimonio, por temporal y pasajera que sea, produce una angustia, ansiedad o dolor que, como seres humanos, no podemos evitar sufrir”, explican los expertos. Las finanzas conductuales juegan un papel importante. "Si bien no podemos evitar como sentirnos, sí que podemos controlar cómo actuar", apuntillan.

¿Se pueden evitar los drawdowns?

Los drawdowns son inevitables en cualquier inversión, incluso en excelentes estrategias rentables. En otras palabras, cualquier inversión líquida en mercados abiertos experimentará, por la simple variación a lo largo del tiempo de su precio, drawdowns.

La idea que hay que mantener es clara. En estrategias rentables, drawdown no equivale necesariamente a pérdida cuando se toma en cuenta el retorno total al final del horizonte de inversión. Todo dependerá de en qué punto empecemos a invertir y de si nuestro horizonte de inversión permite a la estrategia converger a su rentabilidad.

Los expertos plantean que “antes de comprometernos a invertir en una estrategia es conveniente comprender e interiorizar la estrategia lo suficiente para generar la confianza que necesitaremos a la hora de navegar las emociones que nos producirán sus subidas y bajadas”.  En otras palabras, no caer en el error de vender tras una caída y comprar tras una subida, en lugar de quizá aprovechar los drawdowns como oportunidades de compra y actuar a la inversa de cómo nos empujan nuestras emociones.