Goldman Sachs Asset Management (GSAM) se ha fijado como objetivo crecer en el segmento de distribución, y para ello ha creado un puesto dedicado a dar servicio tanto a las redes de las distintas entidades financieras, como a los agentes independientes y EAFI. Evaristo Moliné, que forma parte del equipo dirigido por Lucía Catalán, y daba soporte hasta ahora a los clientes de la gestora desde Londres, se instalará en Madrid con el objetivo dar servicio al canal de asesoría. Como parte de este proceso de mayor penetración, el grupo lanzará una web en español dirigida específicamente a intermediarios a partir de septiembre.
“Los clientes demandan más servicio en todo el mundo. Empezó en EE.UU., pero lo vemos ahora en Europa, Australia y Asia”, afirma Nick Phillips, responsable de distribución a terceros de GSAM (en la imagen). Sólo las gestoras capaces de ofrecer un servicio de primer nivel y de acompañar a los clientes a lo largo de todo el proceso podrán competir por convertirse en proveedores habituales de los grandes distribuidores.
En cuanto a la propuesta de Goldman Sachs AM; Phillips apunta que su valor reside en ofrecer productos con rentabilidad “consistente y persistente”, en contar con un control de riesgo de primer nivel y en el servicio al cliente como aspecto diferencial.
Este año, han creado un equipo de 10 personas en Londres dedicado en exclusiva a ofrecer asesoramiento a los clientes principales en tres áreas clave: análisis macro, construcción de carteras y herramientas para mejorar la eficiencia de los distribuidores. “Lo llamamos Servicios de Asesoramiento Estratégico”, señala Phillips. Además de intentar hacer que las carteras de los clientes sean más eficientes, el equipo ayuda a los distribuidores, por ejemplo, a mejorar sus estrategias de marketing y llega incluso a ofrecer ayuda a asesores concretos para trabajar su marca personal. “Es un servicio que ya ofrecíamos en Estados Unidos y que hemos trasladado ahora a Europa”, comenta.
Phillips, que participó en el FundForum International 2015, celebrado en Mónaco, cree que Mifid II abrirá la posibilidad de contar con diferentes tipos de modelo de negocio por parte de los distribuidores.
“Con MiFID II habrá transparencia. El cliente tendrá información sobre lo que paga. En países con regulación tipo RDR, se ve que la calidad del reporting es mucho mayor. El cliente sabe por qué paga y quiere saber que está obteniendo valor por su dinero. Puede hacerlo en una estructura con retrocesiones o en una con pago directo al asesor, pero la transparencia es clave”, destaca.
