¿Ha llegado la hora de volver a los mercados emergentes?

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El Coleccionista de Instantes, flickr, Creative Commons

Tras las turbulencias del verano pasado, y pese a las tensiones geopolíticas de los últimos meses, los mercados emergentes vuelven a captar la atención de los inversores. Según una encuesta realizada por Expert Investor Europe (EIE) en mayo y junio, la renta variable de mercados emergentes destaca como la clase de activo más popular entre los selectores de fondos europeos y, en al menos siete de trece países analizados, más de la mitad de los selectores planean incrementar sus asignaciones a la clase de activo.

Finlandia es el país donde los selectores de fondos se muestran más entusiastas con las bolsas emergentes y hasta un 70% tiene previsto incrementar su exposición. Le siguen Noruega (67%), Bélgica (60%) y Francia (55%). Como señala EIE, el apetito por la renta variable de mercados emergentes ha experimentado una fortísima recuperación en los últimos tres meses, respaldada por las entradas netas de capital, que alcanzaron los 1470 millones de euros en mayo, según datos de Morningstar.

“Los inversores en mercados emergentes tienen que mantener una perspectiva general”, afirma el reputado gestor de Franklin Templeton Investments, Mark Mobius, en el último post de su blog ‘Aventuras de inversión en mercados emergentes’. “En los últimos diez años, los mercados emergentes solo se han comportado peor que los desarrollados tres veces, y 2013 fue una de ellas. En la primera mitad de 2014, los mercados emergentes han batido por lo general a los desarrollados y creo que estamos en un buen momento en lo que se refiere a la recuperación de estos mercados”.

Mobius se muestra especialmente optimista con ciertos mercados frontera —los menos desarrollados de entre los emergentes— como Nigeria, Arabia Saudí y Vietnam, donde el presidente de Templeton Emerging Markets encuentra las mejores oportunidades. Coincide con Suneil Mahindru, director de inversiones de renta variable fundamental de Goldman Sachs Asset Management, que apuesta claramente por los países conocidos como Next Eleven (N-11), entre los que el experto se decanta por México, Indonesia, Pakistán, Filipinas, Nigeria y Egipto.

Para Mahindru, “resulta importante evaluar cada país por separado, en lugar de analizar el conjunto de la región como una única clase de activo. Además, resulta crucial mirar más allá de la coyuntura macroeconómica a corto plazo y centrarse en comprender las dinámicas de negocio subyacentes, las cuales, junto con la temática subyacente de la fortaleza demográfica y la expansión de la clase media, pueden impulsar las rentabilidades”.

Más apetito por la renta fija emergente

La renta fija de mercados emergentes sufrió también fuertes reembolsos hace un año, tras los primeros rumores de ‘tapering’, pero parece que ahora los inversores empiezan a regresar poco a poco a la clase de activo. Según EIE, los selectores de fondos franceses son los más optimistas con respecto a la deuda de mercados emergentes y más de un 60% planea reforzar sus asignaciones a bonos corporativos emergentes.

En opinión de Alain Nsiona Defise, director de deuda emergente empresarial de Pictet Asset Management, la deuda de empresas de mercados emergentes ha madurado hasta ser una clase de activos accesible, de interés estructural para inversores externos y locales de los propios emergentes. Nsiona gestiona un fondo de crédito corporativo a corto plazo, una clase de activo relativamente nueva y de crecimiento que representa algo menos de un tercio del crédito vivo de la deuda empresarial de mercados emergentes —que supera el billón de dólares— y que cuenta mayoritariamente con calificación crediticia de grado de inversión.

La encuesta de EIE revela que los selectores de Luxemburgo, Dinamarca, Suiza e Italia también se cuentan entre los más optimistas con la deuda de mercados emergentes, aunque desde la publicación precisan que estos datos no deben interpretarse como que los bonos de mercados emergentes son la clase de activo favorita de los selectores europeos sino que, ahora mismo, los prefieren con respecto a los bonos de mercados desarrollados. Según EIE, el sentimiento hacia la clase de activo es neutral en la mayoría de los países europeos.

Aun así, los datos de Morningstar reflejan que los fondos de deuda de mercados emergentes registraron en mayo entradas netas por valor de 4.600 millones de euros —la cifra más elevada desde enero de 2013— de los que algo más de un tercio (1.740 millones) se invirtieron en bonos denominados en moneda local.