¿Ha sido la última reunión de la Fed el aperitivo de un cambio en su política de comunicación?

Jerome Powell, Reserva Federal
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A pesar de que el mercado ya se había encargado de poner en precio la subida de tipos de la Reserva Federal, analistas y gestoras de fondos esperaban con prudencia la primera intervención de Jerome Powell como 16º presidente de la institución para determinar hasta qué grado está dispuesto a introducir cambios en su política monetaria. Su conclusión es en que Powell sí parece dispuesto a cambiar la política de comunicación o forward guidance, después de la prudencia y moderación exhibidos en los últimos cuatro años por Janet Yellen: “El estilo de comunicación de Powell es más directo y, por ello, parece que sus comentarios se descuentan más rápido que las declaraciones de su predecesora”, afirma Jack McIntyre, gestor de renta fija global en Brandywine Global, filial de Legg Mason.

El gestor cree que es por este motivo por el que “las expectativas del mercado mostraban una mayor predisposición a que se produzca una cuarta subida de tipos este año”. Añade que, “dada la tendencia de Powell a comunicar su mensaje de forma categórica, podemos esperar más volatilidad si una de sus declaraciones no llega a materializarse”.

Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum (Natixis IM), afirma que Powell “no quiere quedarse detrás de la curva”, y considera que este factor es clave para entender la última subida de tipos, en el sentido de que ahora “la Fed se compara a sí misma con las expectativas de los inversores”. Esto supone un gran cambio a ojos del experto, “porque Yellen pensaba que la decisión última sobre los tipos que tomase el banco central de EE.UU. no era si estaba o no por detrás de la curva”.   

Waechter comenta que parece probable que cambie la política de comunicación de la Fed, añadiendo más conferencias de prensa y realizando un uso diferente de las previsiones del banco central, concretamente del gráfico de los puntos. “Bernanke y después Yellen han intentado mejorar la transparencia de las decisiones de la Fed. Esto podría ser diferente con Powell y, si es el caso, podría crear más incertidumbre a los inversores y más sorpresas en la ejecución de la política monetaria”.  

Tim Foster, gestor de Fidelity, interpreta a partir de la actualización de las previsiones sobre crecimiento, inflación y desempleo publicados en esta reunión que “estamos ante una Fed esperanzada que está alejándose del enfoque basado en los datos al que nos tenía acostumbrados Janet Yellen”. No obstante, Foster advierte de que el riesgo de shock no se ha difuminado: “Algo terminará sucediendo en nuestra opinión y la economía o el mercado podrían poner pronto a prueba la confianza de la Fed en su capacidad para mantener el rumbo de los tipos”.

La Fed, forzada a tomar medidas

“La Fed no tiene ninguna prisa para realizar grandes cambios, más allá de su subida gradual de los tipos, y es totalmente comprensible”, afirma Mark Nash, responsable de renta fija de Old Mutual Global Investors (OMGI), en referencia al panorama económico optimista pintado por el propio banco central. No obstante, el responsable advierte de que podría haber consecuencias: “Una Fed relajada dará apoyo a las condiciones financieras acomodaticias y al apetito por el riesgo, y podría dañar al dólar en el corto plazo”.

Por otra parte, Nash indica que se espera que el déficit fiscal estadounidense crezca un billón de dólares “sobre una base casi permanente, representando una gran fuente de gasto para la economía estadounidense”. Esto significa que “los tipos de interés no necesitan estar tan bajos para alentar a pedir prestado, ya que el gobierno estadounidense ya está pidiendo más prestado”. Conclusión: la Fed necesita subir los tipos para dar respuesta a las necesidades de la economía estadounidense, pero es difícil materializar el tiempo que necesitará hacerlo. Según el experto, “los tipos subirán a lo largo de la curva, y serán mucho más significativos que la subida extra pronosticada para este año o el que viene”.

Keith Wade, economista de Schroders, es más directo al afirmar que espera cuatro subidas de tipos este año y dos el siguiente, y añadir que “aún queda por ver si esto será suficiente para contener la inflación”. En su opinión, “dependerá en gran medida del ritmo al que se acelere el gasto público”. No obstante, añade que “el incremento de los aranceles también podría complicar el panorama impulsando la inflación, pero debilitando el crecimiento”. Frente a este panorama macro, el economista indica que los riesgo que ha incluido en sus previsiones giran en torno a las subidas de tipos: “El mercado parece demasiado optimista al esperar que la Fed habrá casi terminado con la normalización monetaria para finales de este año”, sentencia.

En la misma línea Christophe Morel, economista jefe de Groupama AM, añade que “el hecho de que la Fed no mencione los riesgos negativos y que de mayor importancia o resalte más los efectos positivos sobre el crecimiento deja entrever que la Fed “compra” o acepta las medidas económicas de Trump más allá de los riesgos”.

Implicaciones para la inversión

Rick Rieder, director de inversiones de renta fija global en BlackRock, indica que “desde el punto de vista de la inversión, pensamos que esta Fed no estará excesivamente centrada en la velocidad de la normalización, sino que pondrá énfasis en su duración”. En consecuencia, Rieder afirma que “invertir en bonos de corta duración proporciona un nivel de certidumbre mucho mayor y menor volatilidad, mientras que aún capturan la mayor parte de la rentabilidad disponible el miércoles en toda la curva”.

El experto matiza que “la curva podría aplanarse algo más” y que “tener algo de larga duración tiene sentido en una cartera bien diversificada” pero que, al mismo tiempo, la Fed parece firmemente determinada a proseguir con la normalización monetaria. Por tanto, el experto aconseja que “los activos de larga duración o sensibles a los tipos de interés necesitan ser tratados con precaución, pues sólo pequeños movimientos podrían causar grandes impactos en el principal en estas partes del mercado”. Pone como ejemplo la caída de más del 2% que viene registrando el índice Bloomberg Barclays U.S. Aggregate en lo que va de año, y la caída de 252 puntos básicos en el segmento de bonos con duraciones entre siete y diez años.

David P. Kelly, Director de Estrategia Global de J.P.Morgan AM, hace unas declaraciones en la misma línea: “Este ligero endurecimiento del tono del banco central es negativo para los bonos y, en un entorno de subida de tipos, los inversores tendrán que ser más selectivos en sus inversiones en renta fija”.