¿Hacia qué modelo debe dirigirse Brasil?

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CM Ortega, Flickr, Creative Commons

Las manifestaciones callejeras en Brasil han reavivado un problema que lleva lastrando el crecimiento del país los últimos trimestres, la escalada de la inflación, y han puesto sobre la mesa la necesidad del país de realizar mayores inversiones, especialmente en infraestructuras y políticas sociales.

Mark Mobius, el gurú de los emergentes de Franklin Templeton Investments, dedica una entrada en su blog a analizar la situación del país: “Si el malestar continúa, es probable que el impacto a corto plazo de las protestas perjudique a la economía brasileña”, afirma, recordando que el Banco Central de Brasil rebajó el pasado 27 de junio sus previsiones sobre el crecimiento del PIB brasileño hasta el 2,7% frente al 3,1% anterior. “Obviamente que preferiríamos ver un crecimiento más sólido, pero lo que realmente nos preocupa sería ver un cambio más permanente que se aleje del modelo de una economía de mercado, es decir, una mayor privatización”, asevera Mobius.

Desde BNY Mellon Investment Management creen que, dentro del modelo económico que debe adoptar el país para reactivar su crecimiento, que “la tendencia estructural hacia una mayor demanda doméstica es un buen augurio”, y añaden: “Pese a sus recientes tribulaciones económicas, Brasil sigue siendo una superpotencia emergente con abundantes reservas de recursos naturales y una plataforma sólida para el crecimiento de la demanda doméstica”.

Los expertos de la gestora fijan un crecimiento del PIB brasileño del 2,3% para 2013 y del 3% para 2014, aunque puntualizan que “si la recuperación continúa decepcionando, existe una probabilidad razonable de que esta cifra termine representando un techo para las estimaciones de crecimiento”. También se muestran claros con respecto a qué rumbo debe tomar el país: “El único modo de volver a una senda de fuerte crecimiento es lograr una transición de una economía basada en el consumo a una impulsada por la inversión”.

Mobius se muestra más optimista respecto a la capacidad de regeneración de Brasil: “Para que las personas y las empresas funcionen, los servicios públicos deben funcionar adecuadamente. De modo que, en ese sentido, consideramos que las protestas son alentadoras porque creemos que Brasil puede mejorar y podría experimentar un aumento aún más rápido en las tasas de crecimiento de lo que ha experimentado en el último año”.

¿Por dónde debe pasar la reactivación?

BNY Mellon encuentra ciertos obstáculos en la gestión del Gobierno brasileño que frenan las posibilidades de crecimiento del país, entre las que destacan la baja disciplina fiscal del gobierno, la falta de transparencia de las políticas gubernamentales y una alta tolerancia a la inflación, que ha superado el objetivo oficial del 4,5%. De hecho, señalan que esta situación se ha repetido durante los últimos tres años, y calculan que todavía se necesitarán al menos dos años más para que se vuelva a producir una convergencia entre la tasa de inflación y el objetivo impuesto por el Banco Central de Brasil. “Es más, las expectativas generales de inflación del mercado de cara a los próximos cinco años permanecen desancladas”, apuntan.

“ Pensamos que el banco central debería perseverar en su política de endurecimiento para garantizar que la inflación vuelve a converger con el objetivo oficial. No obstante, todavía dudamos que los actuales esfuerzos de la entidad sean suficientes como para lograr este objetivo. La devaluación del real brasileño y el logro de un fuerte impulso fiscal requieren una respuesta más firme del banco central, pero la recuperación moderada de la actividad doméstica limita su capacidad para responder de forma acorde”, constatan desde la gestora.

Pese a todos estos obstáculos en contra, Mark Mobius transmite desde su blog un mensaje positivo: “Somos optimistas y opinamos que Brasil puede solucionar sus problemas en beneficio de sus mercados, su economía y su pueblo”. “No hemos perdido la esperanza en el potencial de Brasil y pensamos seguir buscando posibles oportunidades de inversión allí”, se despide el gestor de Franklin Templeton.