Los flujos de capital (80.000 millones de dólares hasta octubre) siguen llegando sin tregua a los mercados emergentes, alcanzando cifras récord en línea con lo ocurrido en 2009, pero las inversiones todavía suponen apenas el 3% de la capitalización bursátil de todo el mercado de estos países. “La llegada de capital es numerosa, pero en términos de mercado no lo es tanto, pues la abundante oferta de acciones, incrementada por salidas a bolsa como las últimas de Petrobas (70.000 millones de dólares), Coal India y AIA Group –el negocio de seguro de vida de AIG, con 20.500 millones-, está siendo absorbida por la demanda”, comenta Stephen Burrows, director de mercados emergentes de Pictet Asset Management.
Por eso considera que este ritmo de nuevas inversiones es sostenible y que los mercados siguen ofreciendo atractivo, “dado que siguen infraponderados, pues sólo suponen alrededor del 6% de las carteras globales de renta variable y el 13% de las posiciones en el MSCI World y dado que el crecimiento previsto medio en esas regiones es del 6% para 2011, frente al 4% máximo en el mundo desarrollado”. El experto señala como otro motivo para su atractivo el comienzo del ciclo de crédito que puede impulsar a numerosos sectores mientras en el mundo desarrollado está en su doloroso final. “Los flujos son sanos porque ayudan a equilibrar esta situación y los fundamentales siguen siendo buenos”, apostilla.
Sin embargo, no está tan claro que se mantengan, debido a que el incremento de la aversión al riesgo tiene un gran impacto en las decisiones de los inversores. A menos a corto plazo, si bien las perspectivas con un horizonte de tiempo más dilatado son positivas. “Los mercados aún dependen de las inversiones extranjeras, lo que les hace volátiles, pero, cuando aumenten su liquidez se producirá un cambio importante”, marcado por la llegada de unos inversores locales que, aunque ahora están más presentes que antes en países con planes de pensiones más desarrollados como Chile o Polonia, o incluso Marruecos, aún son minoría.
Con respecto a las valoraciones, Burrows niega que haya una burbuja, pues su precio está por debajo de máximos y ofrecen una importante prima frente a los mercados desarrollados, gracias a su mayor crecimiento y beneficios. Sin embargo, llama a la cautela en algunos sectores, como el de consumo básico en Asia, donde “hay presión y es necesario ser más selectivos”. Con respecto a los bancos, cree que cuentan con buenos balances, una gran cantidad de depósitos y una baja penetración de hipotecas, tanto en Asia como en Latinoamérica. Además, los chinos están aumentando su atractivo gracias a las valoraciones, si bien muchos de ellos están ligados a políticas gubernamentales, y en Pictet prefieren los de propiedad privada, como los de Indonesia, Thailandia, Brasil o India.
Principales riesgos
En general, se decantan por firmas ligadas a la demanda interna -entre ellos bancos y aseguradoras, siendo selectivos con el consumo básico y firmas ligadas a las infraestructuras, que captarán la demanda de la población urbana- y locales, con un crecimiento más rápido y una exposición directa. Con respecto a las firmas inmobiliarias, apuestan por mercados como el de Brasil, además de Egipto, Marruecos o Arabia Saudí, países donde los bancos empiezan a conceder hipotecas y hay déficit de viviendas. “Hay una gran población y las oportunidades de crecimiento son enormes”, afirma. Con respecto a China, cree que el Gobierno es consciente del peligro de burbuja en el mercado inmobiliario y que está siendo proactivo, controlando el crecimiento, si bien cree que es más complicado controlar la inflación, en países como India o Filipinas, donde los precios de los alimentos se multiplican y las subidas de tipos de interés se han venido produciendo de forma ininterrumpida.
“Al menos 10 bancos centrales están moviendo tipos”, comenta Burrows, que cree que la inflación se situará en torno al 5% en China el próximo año. Con todo, cree que hay que contextualizar el problema. “En 1993 la inflación era del 400% o 500% en países como Brasil”, donde los tipos de interés eran también mucho mayores. Otro de los riesgos, la estabilidad política ha disminuido (razón por la que países como Rusia cotizan con retraso respecto a otras regiones emergentes), pero dependerá de la capacidad de los gobiernos, familias en el poder desde los años 80 en muchos casos, de crear empleo para una población muy joven, sobre todo en Oriente Medio. “Si no lo hacen lo suficientemente rápido podría haber problemas y habrá que estar vigilantes en países como Egipto, donde habrá elecciones presidenciales el próximo año, si bien la situación actual es de tranquilidad”, comenta.
Más oportunidades en Asia y más selectivos en Latinoamérica
Por valoraciones, apuesta por mercados como los países EMEA (un 15% por detrás de las valoraciones de otros emergentes, una población joven y el impulso que supondrá la inclusión de compañías en los índices de emergentes) y Rusia, con buenos fundamentales, crecimiento y valoraciones, mientras China ha sido infraponderado en los últimos meses, si bien “pronto las valoraciones serán baratas”. Con respecto a Europa Emergente, afirma que hay que ser selectivos, debido a su mayor dependencia del continente. Con respecto a Turquía, ve positiva su demografía, pero advierte sobre el riesgo de inflación, debido a la importación de unas materias primas que se encarecen. El experto es más positivo en Asia que en Latinoamérica, donde hay que ser más cauteloso, aunque hay buenas oportunidades como Brasil y México pero en países como Colombia, Chile y Perú han subido mucho este año y será más difícil encontrar valor.
Y es que ahora hay que ser más selectivos: “Hace años ganabas dinero con la exposición directa a los índices, pero el riesgo es distinto”, dice Burrows que, en general, apuesta por “estar en países con más exposición a los mercados emegentes que al mundo desarrollado y con capatidad de ganar cuota de mercado rápidamente”. De hecho, destaca los crecientes flujos entre mercados emergentes (por ejemplo, Brasil-China), así como las actividades de fusiones y adquisiciones dentro de este mundo.
Acoplamiento bursátil
Para Burrows, hay evidencias de un desacoplamiento desde una perspectiva económica, pero el problema es que no se traslada a los mercados bursátiles, cuyos dueños, en su mayor parte son occidentales. De hecho, existe un riesgo de incremento de la aversión al riesgo por los problemas de Europa, que podría afectar a países como Hungría, con una divisa más débil y más vindulado al continente. En este contexto, las divisas emergentes tienen a apreciarse de forma rápida, lo que pordría llegar a afectar a la competitividad de algunas economías como Taiwán.
Por exposición, Burrows recomienda un fondo global para inversores poco activos que quieran diversificar su cartera con las mejores ideas, pero recomienda a los más activos que busquen oportunidades en los distintos países y regiones.