Hay una muy buena razón para invertir con criterios ASG… y no es la rentabilidad

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Josh Calabrese on Unsplash

Durante años el gran obstáculo para la inversión bajo criterios de sostenibilidad ha sido las dudas sobre el valor que aportan en cuanto a rentabilidad-riesgo a las carteras. Y si algo ha consolidado esta crisis de mercado desencadenada por la pandemia es una muestra de cómo las compañías con mejores indicadores ASG han sido más resilientes. Ahora, pide Sophie del Campo, directora general de Natixis IM para Iberia, Latinoamérica y US Offshore, ha llegado el momento de superar el debate.

Y los inversores han tomado nota. Tanto Natixis IM como la gran mayoría de las gestoras internacionales con las que hemos hablado en las últimas semanas reconocen una creciente demanda por parte de sus clientes por estrategias ligadas a la inversión responsable. Tal es así que ya no se puede hablar de una moda, sino de un cambio estructural. Según datos de la firma, tres de cada cuatro profesionales considera que debe tener productos ASG en cartera y el 54% de los clientes españoles así lo piden.

Como comentábamos al principio, un gran motor de su crecimiento presente y futuro es la rentabilidad y protección que han ofrecido los criterios ASG durante la crisis del COVID-19. Por comparar con la renta variable, una de las categorías más afectadas durante la corrección, el MSCI tradicional lo hizo peor que fondos e índices ASG con enfoque global, europeo, de mercados emergentes y estadounidense. Así se aprecia de los datos recopilados por Juan José González de Paz, consultor senior de Natixis IM Solutions.

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Y eso nos abre otra cuestión interesante: la gestión activa vía fondos también aportó más que la gestión indexada cuanto comparamos las dos aproximaciones a la inversión ASG. El único caso donde no hay una mejor rentabilidad por parte de los fondos ASG es en la renta variable norteamericana.

Pero la realidad es que a día de hoy la presencia de inversiones ASG en las carteras españolas aún es minoría. Empieza a tener un peso superior en la asignación a renta variable y, curiosamente, es más relevante en las carteras de perfil moderado antes que las agresivas. Aun así, en clases de activos como los activos reales, los mixtos o los monetarios es prácticamente inexistente.

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Pero ya adelantábamos en el titular que la inversión ASG no es solo una cuestión de rentabilidad. Hay una muy buena razón para invertir con criterios responsables: la diversificación que aportan a las carteras españolas. “Con este análisis queríamos asegurarnos de que la ASG no simplemente reemplazase algo que los inversores españoles ya tenían en cartera”, explica Del Campo.

En los tres perfiles de riesgo (conservador, moderado y agresivo) la ASG ofrece diversificación frente a estrategias tradicionales. Es más notable en algunos segmentos de la renta variable, como la de emergentes y norteamericana, pero sobre todo en un amplio espectro de la renta fija. En las carteras agresivas incrementa un 20,3% la diversificación de los activos de renta fija global. Por destacar el punto débil, sería la renta fija emergente, que en las carteras más agresivas resta diversificación.

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Con estas cifras en la mano, Del Campo se refuerza en su argumento: “La realidad es que no hay vuelta atrás. Hay que dejar el debate de si ASG si o ASG no”. De hecho, para Natixis el gran reto ahora para la inversión sostenible: ser de impacto. Insiste en no olvidar el principal motivo de por qué se invierte de manera responsable, y es para tener un efecto positivo sobre la sociedad. “Si no medimos el impacto de nuestras carteras al final la ISR se quedará en marketing”, lamenta.