La gestora no cree que España secunde a Grecia
La casa británica Henderson ha lanzado la versión UCITS III de su hedge fund Global Currency, domiciliado en las Islas Caimán. El nuevo producto será accesible para los inversores españoles desde Luxemburgo a partir del 1 de junio y con posterioridad será registrado en la CNMV. Se trata de un hedge fund que invierte en divisas globales y cuyo portfolio se divide entre una cartera de divisas del G10, con un peso del 70%, y otra de monedas de países en desarrollo, que representa el 30% restante. Dos cestas que se gestionan de forma diferente en función de las características de las divisas del mundo desarrollado y emergente y cuya posición es determinada por un modelo cuantitativo diseñado para generar retorno absoluto e identificar dinámicas en las divisas a medio y largo plazo.
La cesta formada por divisas del G10 está formada por los 8 pares de divisas “long carry”, jugando siempre con el carry a favor. “Lo que pretende el fondo es captar una ineficiencia permanente en el mercado de divisas, el llamado ‘forward rate bias’ o sesgo de los tipos de cambio a plazo, se aprovecha utilizando ‘carry trades’ (vender divisas con bajos tipos de interés y comprar las de tipos altos)”, aseguran desde Henderson. Esta estrategia obtiene una prima de riesgo similar a la que existe en los mercados de renta variable y es considerada como una genuina fuente de rentabilidad, con baja correlación con otras clases de activos. Por su parte, dicha prima de riesgo se captura a través de una estrategia de ‘forward rate bias’ ajustado por riesgo.
En el caso de las divisas del G10, la posición es total o nula, y el riesgo se controla de forma que no más de tres monedas puedan estar posicionadas contra otra. En este caso, el punto de entrada lo marca el momentum de mercado y el de salida las stop-loss, que admiten pérdidas de hasta el 5%. “Si alcanza ese nivel vendemos todas las posiciones y mantenemos el 70% del fondo en cash y no entramos hasta que el momento de mercado y la volatilidad sean adecuadas”, comenta Bob Arends, responsable del equipo. De hecho, no perdieron en 2008 porque estaban fuera del mercado cuando estalló la crisis.
En el caso de las divisas emergentes, el punto de entrada y salida lo marcan las circunstancias de mercado, y está formado por pares cuyo número puede oscilar entre 0 y 8. Su menor peso, del 30%, se debe a las limitaciones de liquidez, según explica Jill Rootsaert, una de las gestoras. Así, el número máximo de posiciones del fondo son 16.
Retorno absoluto
En gran medida, los filtros de riesgo desarrollados internamente determinan los puntos de entrada y salida (momentum y tendencia), reduciendo de forma significativa el riesgo de pérdidas con los stop loss y asegurando que la estrategia tenga una baja correlación con otras clases de activos cuando los mercados caen (centrándose entonces en la preservación de capital), pero que permite sacar beneficios de la prima de riesgo cuando los mercados se revalorizan. De hecho, una de las claves del fondo es su escaso potencial de pérdidas gracias al sistema de control de riesgos. Estos modelos se nutren con datos procedentes de una gran variedad de fuentes, tanto públicas como privadas, de la misma forma que los filtros internos de riesgo limitan el riesgo de caída. Para llevar a cabo esta estrategia, los gestores establecen posiciones tanto al contado como a plazo y opera en el mercado OTC con la intención de beneficiarse de las fluctuaciones de los tipos de cambio.
Con esta estrategia, el producto ha logrado retornos superiores al 13% desde el año 2000, con la excepción de 2008, cuando obtuvo un retorno del 3,4%, con volatilidades de entre el 5% y el 10%, si bien el objetivo son retornos del 10% con un riesgo medio del 7,5%. “El producto tuvo su prueba de fuego ese año, cuando los demás fondos mostraron su falta de liquidez”, asegura la gestora. En cuanto a las razones de la transformación a formato UCITS, motivada por la demanda de los inversores, Rootsaert afirma que el proceso “ha sido muy fácil, pues el producto ya reunía los requisitos de transparencia y liquidez necesarios al tratarse de divisas, mientras el control de riesgos, aunque no regulado, ha sido definido en la estrategia”. El nivel de apalancamiento permitido al fondo es de dos veces, si bien se reduce cuando la volatilidad del mercado es mayor.
El equipo de divisas de Henderson tiene 1.400 millones de dólares bajo gestión, 350 de los cuales están en esta estrategia. Su objetivo es llegar a 1.000 millones a finales de año y que un tercio de los mismos esté en la versión UCITS del hedge original. Su interés se centra en el mercado español, suizo, británico y francés, y un paso posterior será el salto a EEUU.
El euro, bajo presión
“Esperamos una volatilidad elevada en un contexto en que pueden producirse shocks locales durante los próximos meses y donde las claves serán el sector privado y las posibles ventas de activos antes unas próximas subidas de tipos”, asegura Arends. Un ambiente en el que el euro será vulnerable, aunque otros países, como España o Portugal, se librarán del contagio de Grecia.
En este sentido, y aunque considera que es muy complicado generar retornos teniendo en cuenta los fundamentales de las divisas, afirma que les gustan aquellas de países ricos en materias primas, como la corona noruega, el dólar australiano, el real brasileño o el rublo ruso Y, en cuanto a las presiones para revaluar el yuan chino, considera que “cuanto más presione EEUU, más tarde llegará”.