Henderson: Una selección de valores efectiva puede generar valor, aun en un contexto de volatilidad

Es evidente que no todo va bien en Europa, pero nosotros, por suerte, no estamos obligados a invertir en gobiernos, políticos o bancos que son la raíz de estos problemas. Invertimos en empresas europeas cuyos positivos titulares han sido frecuentemente ignorados por los medios. Dejando a un lado los bancos, las empresas europeas presentan en general una gran solidez financiera tras aprovechar la crisis para reducir costes y ganar en eficiencia. Sus balances también presentan un buen aspecto: la sólida generación de caja ha permitido que se amorticen grandes saldos de deuda y las empresas disfrutan ahora elevadas posiciones de caja.

Con todo, si fuera tan sencillo desligar los fundamentales de las empresas del contexto macroeconómico imperante, las acciones europeas presentarían ahora unos niveles de valoración mucho más elevados. La dubitativa, cuando no inexistente, actuación política de los últimos dos años se refleja ahora en las previsiones de PIB, con el crecimiento negativo pronosticado en 2011 y tasas de crecimiento anémicas para los próximos ejercicios. No obstante, es importante recordar que las empresas europeas están acostumbradas a operar en este entorno. Europa ha sido etiquetada como un mercado de bajo crecimiento desde que trabajo como gestor de fondos. También es importante señalar que el mercado está ahora mucho más globalizado, incluso respecto a su nivel de hace unos pocos años. En 2010, las empresas europeas obtuvieron alrededor de un 15% de sus ingresos totales en Norteamérica (región en la que recientemente se han publicado unos sólidos datos económicos) y un 29% en Asia y los Mercados Emergentes.

Por su parte, las posiciones en renta variable europea de instituciones e inversores minoristas se encuentran en mínimos históricos: el que tenía algo que vender, ya lo ha vendido. Los alentadores fundamentales mencionados anteriormente, unidos al exacerbado sentimiento negativo que despierta la renta variable europea me hacen pensar que ahora mismo es mejor tener una posición larga que corta en esta clase de activo. No obstante, es probable que el camino sea accidentado y que los inversores que busquen anotarse beneficios rápidos salgan desilusionados. Las reformas estructurales deberán escalonarse a lo largo de varios años, y cada una de ellas generará posiblemente episodios de volatilidad. Pero esta volatilidad puede constituir un aliado para el inversor con posiciones largas y cortas, ya que permite tanto ampliar una posición larga a precios atractivos como cerrar posiciones cortas en niveles que posiblemente no se esperaba alcanzar al comienzo.

En un contexto tan exigente como el actual, la selección de valores sigue siendo importante. Prevemos que las empresas sólidas con abundante caja se reforzarán aún más mientras que las débiles se debilitaran más aún. Por este motivo, para tomar posiciones cortas buscamos empresas con elevados niveles de deuda y dificultades operativas. En este sentido, buscamos obtener beneficios con empresas dependientes de financiación pública. A diferencia de la mayoría de empresas, los Estados europeos aún tienen que llevar a cabo un gran proceso de desapalancamiento en el que resulta esencial reducir considerablemente los gastos y recortar las subvenciones. Entre nuestras posiciones cortas, tenemos una exposición destacada a valores de energías renovables. Si bien creemos que seguirá habiendo avances en la búsqueda de energías limpias, los productores europeos han demostrado que en la actualidad este negocio no es rentable si no cuenta con el apoyo de subvenciones públicas. Esperamos que estos valores sufran fuertes caídas conforme se eliminen dichas subvenciones y aumente la ya de por sí fuerte competencia proveniente de Asia.

La renta variable europea ha registrado importantes avances en los dos primeros meses del año. Las últimas medidas del Banco Central Europeo (BCE) han dado algo de tiempo a los bancos y, con ello, han reducido el riesgo de un evento catastrófico. Ello debería permitir que los inversores se centren más en el mensaje procedente de las empresas, que en general ofrece argumentos para que se produzcan nuevos.

Este gráfico muestra que, pese a invertir en renta variable europea, el fondo Henderson Horizon Pan European Alpha Fund no necesita que las bolsas europeas suban para generar rentabilidades. De hecho, según se puede apreciar, su rentabilidad ha superado a la de todos los índices principales desde que Paul Casson comenzó a gestionar el fondo.