El panorama de la renta fija en 2025, marcado por las políticas monetarias divergentes de la Fed y el BCE, presenta retos y oportunidades. Hervé Boiral y su equipo están posicionados para navegar este entorno con su enfoque en bonos a corto plazo, selección estratégica de sectores y un riguroso análisis crediticio.
Lo que un día parecía un acontecimiento sin precedentes hoy es el escenario base del consenso del mercado. Si 2024 fue el año del nuevo ciclo de bajadas de tipos de interés en los países desarrollados, 2025 se espera que se caracterice por una ruptura en la senda de la política monetaria de la Fed y el BCE. Hervé Boiral, director de Inversiones de Crédito Euro y gestor del Amundi S.F. Diversified Short Term Bond ESG, prevé que la Fed se muestre tímida al recortar tipos. Mientras, ve estabilidad en el ritmo del BCE, con un descenso de 25 puntos básicos en cada cita. La razón: el contraste de trayectorias económicas hacia las que se encaminan EE.UU. y Europa. Se debe a la robustez de la economía norteamericana frente a la debilidad de varios países europeos como Alemania y Francia.
No es que Boiral prevea una recesión en Europa en el corto plazo, pero sí anticipa un estancamiento, un crecimiento escaso cercano a cero. “Para la deuda, que haya bajo crecimiento no es necesariamente un factor negativo, ya que en este tipo de contextos las empresas tienden a no apalancarse en exceso, lo que es bueno para el bonista”, explica. Desde luego en los primeros compases del ejercicio el apetito inversor por el papel parece estar ahí. Incluso tras la corrección del arranque de año las nuevas emisiones están siendo sobresuscritas, cuenta Boiral.
La duración será un factor clave en la renta fija; los inversores tendrán que afinar muy bien. Boiral y su equipo están ligeramente positivos, particularmente en el rango de los 3-4 años frente al bono a 10 años. “Es cierto que con yields por encima del 2,5% el 10 años es tentador. Pero en el contexto actual es más fácil tener convicción con estar largos de plazos cortos que de plazos largos”, reconoce el gestor.
Qué esperar del Amundi S.F. Diversified Short Term Bond ESG
En este entorno, el Amundi S.F. Diversified Short Term Bond ESG que gestiona Boiral y su equipo es una de las grandes apuestas de Amundi para 2025. Lanzado en 2018, es un fondo de plazos cortos, pero con flexibilidad en la duración. Tiene la posibilidad de moverse en un rango de entre -1 y 2. Es una flexibilidad a la que han dado uso históricamente. Cuando los tipos estaban en negativo mantuvieron la duración cerca del 0. Ahora que se han normalizado se mueven más bien en el 1,5.
En cuanto a la composición de la cartera, es un fondo de crédito que se nutre del expertise del análisis fundamental de crédito de una casa como Amundi, con 40 profesionales especializados. La compañía emisora es el punto de partida. “Es el factor más importante para nuestro análisis. Es lo que nos da la verdadera información sobre la calidad del crédito, el estado actual de sus fundamentales y cómo están evolucionando. Nos ayuda tanto a estar cómodos con una empresa como a hacernos una idea de cómo se está comportando el sector”, cuenta el gestor.
La selección sectorial es clave
Para el equipo gestor del Amundi S.F. Diversified Short Term Bond ESG la selección sectorial es clave. De hecho, en la composición de la cartera, primero se determina la asignación por sectores con el apoyo de los analistas de crédito. Luego se selecciona a los mejores emisores. Esto es especialmente relevante en el segmento de grado de inversión, que conforma el grueso de la cartera, cuenta el gestor. “En high yield pesa más la idiosincrasia de cada compañía. La correlación sectorial es más baja, pero ocurre lo contrario en investment grade”.
Ese insight es lo que les ha llevado, por ejemplo, a confiar en el sector bancario de cara a este 2025. Mientras tanto, miran con cautela el automovilístico europeo. El primero se está beneficiando de un aumento de la rentabilidad que paga el BCE por los depósitos. En cambio, el segundo cuenta con una industria menos productiva que tiene que competir con actores más fuertes como China en la nueva era de los coches eléctricos, explica Boiral.
El valor de la prima de subordinación
Uno de los factores diferenciales del Amundi S.F. Diversified Short Term Bond ESG es que el equipo confía en el potencial de la prima de subordinación. Buscan explotar el valor de bajar en la escalera de seniority de la deuda de una compañía sin renunciar a la calidad de la empresa emisora. “Puede ser un banco calificado A o AA que emite tanto bonos sénior como híbridos. La diferencia entre la TIR de un papel y otro es bastante relevante a pesar de que la fortaleza del emisor es la misma”, explica Boiral.
“El riesgo de impago existe y son tipos de deuda que tradicionalmente experimentan más volatilidad. Pero a día de hoy nos compensan esos dos factores por capturar el diferencial adicional”, defiende. Así, históricamente la deuda subordinada financiera y no financiera ha representado un tercio del fondo.